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J. BARRIO
GIJÓN.
Viernes, 25 de octubre 2019, 03:15
No hay margen para echar el freno en el Sporting, que tendrá que seguir a todo gas frente al Zaragoza para ganar confirmación y crédito, incluso aunque eso entrañe ciertos riesgos, entre ellos el de perder a Manu García para enfilar el próximo fin de semana el camino hacia la guarida del líder de Segunda, el Cádiz. El talentoso mediapunta, el futbolista más definitivo del Sporting, se encuentra al límite de la suspensión. Una tarjeta más le obligaría a descansar, estrenando el capítulo de futbolistas sancionados por acumulación de tarjetas. Una cuestión extraña y chocante en un jugador con un fútbol tan refinado.
Al margen de esta situación, hay preocupación en el club, incluso en el vestuario, por cómo están recibiendo los colegidos, contemplativos, y los rivales, duros y obsesivos, al '16' en su primer año en Segunda División.
La cartulina amarilla que vio en el Martínez Valero, en un gesto instintivo tras otra dura entrada del centrocampista local Manu Sánchez, evidenció una constante en este comienzo y su desesperación en un partido en el que recibió un marcaje al límite. Sin embargo, los árbitros tienen menos remilgos cuando el canterano está al otro lado, con un registro de faltas disparado (30), solo superado por Djurdjevic (34), con un perfil y carácter más aguerrido que el ovetense, que, como el serbio, vive en los extremos. De hecho, también es el segundo jugador al que más castigan los rivales (31 faltas) después de 'Djuka' (36).
«La segunda entrada que le hicieron en Elche era inexplicable y más con el VAR. Se las hacen siempre a él. Ahora que se tiene el VAR, ¿por qué no revisar estas jugadas peligrosas?», se preguntaba esta semana Marc Valiente en su entrevista con EL COMERCIO. Antes había declarado lo que en cada encuentro del Sporting resulta más obvio. «Manu es un futbolista especial. Lo ven ustedes y lo vemos nosotros», apuntó el central, quien concluyó que «es una suerte que el Sporting le pueda disfrutar».
El único partido en el que José Alberto no pudo alinear a Manu García coincidió con la visita del Alcorcón a Gijón, en un desastre de magnitud con muchos problemas defensivos y también ofensivos. En este último aspecto, el ascendiente del atacante, de 21 años, está fuera de toda duda. Ya ha celebrado dos goles -el último simbolizó la victoria en el Martínez Valero- y ha repartido un par de asistencias. En el cuerpo a cuerpo es efectivo y sabedor de su poderío. Ha completado 15 regates con éxito, más que nadie en el Sporting, perdiendo 16 duelos.
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