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ANDRÉS MAESE
GIJÓN.
Sábado, 10 de noviembre 2018
El de mañana no será un partido más para Rubén Baraja. Tampoco lo será para el consejo de administración ni para Miguel Torrecilla. Por mucho que el entrenador intente centrar las miradas en lo meramente deportivo, lo cierto es que el pucelano se juega algo más que tres puntos ante el Málaga, uno de los candidatos para lograr el ascenso esta temporada.
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Prueba de ello es que ayer, después del entrenamiento a puerta cerrada que completó el equipo en Mareo, el preparador conversó públicamente con Miguel Torrecilla y Javier Fernández. Una imagen que refleja el respaldo que recibió el pucelano por parte del club y la dirección deportiva en la semana en la que más discutido estuvo al frente del banquillo. «Agradezco todas las muestras de cariño y confianza y entiendo que por encima de todo tengo que entregar resultados», afirmó el preparador sobre las palabras que mantuvo tras la sesión.
«No siento que me juegue el puesto, ni que mi futuro pase por ganar al Málaga», respondió Rubén Baraja en una rueda de prensa en la que se palpó una tensión excesiva motivada quizás, por las urgencias con las que el equipo y el propio técnico acuden a la cita de mañana en El Molinón.
Fue directo, sin miramientos en sus respuestas cuando las preguntas se refirieron a su futuro. «¿Que el 99,9 % de la afición quiere que perdamos el domingo para que cambien al entrenador? Creo que el 99,9% de la afición querrá que gane su equipo. El resto de los análisis me preocupan poco», comentó con ligeramente enfadado. «Me siento fuerte y con una gran motivación para darle la vuelta a la situación, sino no estaría aquí», explicó el pucelano, que encontró en su trabajo un motivo suficiente para continuar en el banquillo: «Lo que me sostiene es mi energía, mi trabajo y en creer en lo que hago».
Su análisis de la negativa dinámica de resultados fue escueta y simple. «Necesitamos ganar. Si sumas los tres puntos el equipo parecerá mejor», apuntó el vallisoletano para el que su equipo no ha sido inferior a sus rivales en las últimas jornadas ligueras: «No recuerdo que ningún equipo haya sido superior a nosotros ni que nos haya pasado por encima. Tampoco recuerdo que hayamos sido un desastre».
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Además de lanzar el mensaje relacionado con su energía y capacidad para darle la vuelta a la situación en la que se encuentra el equipo, Baraja repitió en varias ocasiones que «he venido al Sporting para ser un ganador y mi único objetivo es cambiar el rumbo del equipo». Para ello, el pucelano marcó los pasos a seguir para regresar a la senda de la victoria: «Tengo que trabajar, insistir, creer en los jugadores, acertar en la alineación, ayudarlos y cuando empiece el partido transmitir la energía necesaria para que creen en sí mismos».
Del choque de mañana ante el Málaga poco se habló. Baraja subrayó que «las bajas del cuadro malagueño no me alivian porque son un equipo muy consistente en todos los sentidos». El equipo del asturiano Muñiz visitará El Molinón con ocho bajas, varias de ellas significativas por tratarse de teóricos titulares.
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El entrenador del Sporting tiene en mente realizar alguna variación en el equipo que perdió el pasado fin de semana en Almería. «Tengo que tratar de encontrar a los jugadores que el domingo salgan con la convicción de ganar al Málaga porque ya han jugado todos los miembros de la plantilla y han intentado aportar con su juego», concluyó.
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