IVÁN ÁLVAREZ
GIJÓN.
Jueves, 27 de enero 2022, 01:20
Apremiado por la necesidad de encadenar victorias para poder seguir la estela del sexto clasificado, el Sporting se plantará mañana en casa del anfitrión más hostil de la temporada en Segunda, Ocho jornadas sin dar su brazo a torcer delante de su afición ha encadenado ... el Valladolid, que imprimió ese ritmo ganador y comenzó a carburar hasta auparse al podio de la tabla clasificatoria tras asaltar El Molinón el pasado 23 de octubre. Truncó entonces la tropa dirigida por Pacheta el inicio inmaculado del equipo de David Gallego a orillas del Piles. en un duelo que abrió una herida que tardó en suturar.
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Ese tropiezo inició una sequía de victorias ligueras en El Molinón que se estiró hasta los tres meses y el Sporting finiquitó el pasado domingo con una remontada sobre el Amorebieta. Una reconciliación esperada desde el choque entre gijoneses y pucelanos, que comenzó a cambiar el decorado clasificatorio para ambos. Con el punto de mira desviado aquella tarde, tras acumular veinte remates para obtener solo un solitario gol de Djuka, el vestuario asumió el primer pinchazo como local, que suponía además enlazar dos jornadas de vacío por primera vez este curso, como un simple punto y aparte. «Si seguimos este camino, podemos llegar muy lejos», señaló en zona mixta minutos después del pitido final Mariño, sin rastro de las alarmas que se encenderían con el paso de las semanas.
Los augurios no se cumplieron y el doloroso revés ante el Valladolid apenas supuso el segundo capítulo de la caída en picado que vivió el Sporting desde la segunda mitad de octubre hasta las puertas del parón navideño. Un desplome que le relegó a la segunda mitad de la clasificación en una serie de diez choques sin vencer de la que todavía intenta reponerse, mientras su adversario de mañana se ha afianzado en esa tercera plaza que ocupaban los rojiblancos antes de empezar el choque de la primera vuelta.
Los pucelanos encararon el choque en El Molinón todavía amoldándose a los planteamientos de Pacheta, fuera de la zona de 'play off', pero su solvencia en Gijón supuso el punto de partida de una línea ascendente que les encaramó hasta la frontera del ascenso directo, a solo un par de puntos de los dos conjuntos que comandan la clasificación gracias a los veinticinco cosechados en una docena de jornadas. En el mismo tramo de competición, la cosecha del conjunto que dirige David Gallego se quedó en once y ese pronunciado descenso en el ritmo que había imprimido en la apertura del campeonato le ha retrasado hasta la duodécima posición en una carrera por el ascenso en la que le tocará ir a remolque en el tramo decisivo.
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Más frágil que la temporada pasada, necesitará el Sporting recuperar su versión más rocosa para frenar al tercer ataque más prolífico de la categoría. Una ofensiva comandada por Weissman, el fichaje más caro en la historia del club pucelano que en su estreno en Segunda ya acumula once goles y suma siete dianas en el Estadio José Zorrilla. Duelo de pistoleros con Djuka, la gran baza rojiblanca para derribar el muro custodiado por Masip, que acumula 421 minutos con su portería blindada. El conjunto gijonés, que ha dado la talla en Copa ante rivales de la élite, pretende zanjar la marcha triunfal blanquivioleta en su estadio para emular la escalada de su rival y comenzar a invertir su ruta.
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