Una fotografía del pasado para inspirar un presente. «Recuerdo que nos jugamos la Liga en Mestalla, contra el Espanyol, y empezamos perdiendo 0-1. Encima expulsaron a Carboni. Creímos en ese momento que se nos escapaba todo. Pero en el descanso pensamos en que teníamos ... que hacer nuestro partido. Con cabeza. No nos dejamos llevar por la frustración, ni por los nervios, y le dimos la vuelta al partido con dos goles de Baraja, que fue el mejor. Todo tiene que ver con la cabeza, siempre. Incluso el bache por el que pasa en este momento el Sporting». Un mismo líder, antes de corto y ahora de largo, vincula estos dos momentos.
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Evocador de este recuerdo, Santi Cañizares (Madrid, 1969) ha vivido mucho fútbol junto a Baraja. En la selección y en el Valencia, de donde sustrajo ese experiencia del final de la temporada 2001-2002. Pero su conversación con EL COMERCIO está motivada por el Sporting. A un par de días de la visita del Granada a El Molinón, el exguardameta reconoce estar «absolutamente pendiente» de la situación del equipo gijonés. «La Segunda es lo más interesante que hay desde hace mucho», remata sobre su explosivo desenlace. A renglón seguido resume, con bastante detalle, el cómo de las tres últimas derrotas del grupo que dirige su excompañero. «El peor partido, sin duda, fue el día del Barça B», opina.
«He visto al Sporting muy nervioso, con mucha ansiedad por llegar al gol. El otro día Jony pegando golpes al suelo tras una jugada que no le había salido... El Sporting es un equipo con mucho corazón y ganas de ascender, pero le ha faltado calma en estos partidos», observa. El diagnóstico que establece Cañizares, con muchas alusiones a la mayor visibilidad del liderazgo de 'Pipo' en estas semanas de bajón, casa con el reseteado que se ha impuesto la plantilla desde la reunión del martes: «Baraja tiene la mentalidad que tenía en el Valencia. Cuando el Sporting iba bien, no hacía falta hablar mucho. Pero cuando el equipo ha empezado a perder, ha manifestado más ese liderazgo para descargar a los jugadores de presión. No olvidemos que fue un futbolista de élite».
Interna y externamente, el entrenador vallisoletano ha modulado su mensaje. Tras esa reunión del martes, donde pidió a sus futbolistas poner el contador a cero y ser conscientes del privilegiado suelo que pisan, con aporte de impresiones también de varios miembros de la plantilla, el grupo expresa un nuevo estado de ánimo. Tendrá que ser ratificado por la justicia que imparte el balón, pero el ambiente se presenta ventilado tras esa intervención del técnico. «Estamos más unidos que nunca. ¡Yo creo en este equipo!», proclama estos días en sus redes sociales Álex Pérez. «Reconozco esa actitud que ustedes perciben de Baraja», apunta el italiano Amedeo Carboni (Arezzo, 1965), el 'expulsado' del recuerdo en Mestalla del inicio, quien mantiene una estrecha relación de amistad con el entrenador rojiblanco. Puede que por eso también se exprese con un sorprendente conocimiento de la situación del Sporting. «Cuando las cosas se tuercen es cuando los jugadores necesitan una figura de confianza. 'Pipo' siempre ha sido un líder, un jugador con mucha personalidad», amplía el exinternacional italiano.
Pendientes de El Molinón
El partido de El Molinón está en la agenda del fin de semana de ambos exfutbolistas, que recomiendan no prestar atención al Rayo y a la posibilidad de llegar con pulso al ascenso directo el último día. «En este tipo de jornadas lo más importante es no mirar a los lados. No van a poder influir en lo que pase en Vallecas; sería perder el tiempo. Lo que sí es importante es que hagan un buen partido y ganen al Granada desde la confianza, no de cualquier manera», enfatiza Cañizares, que retoma su impresión previa: «El Sporting tiene que serenarse. Le he visto muy nervioso, queriendo ganar desde el inicio, tomando decisiones precipitadas cuando quedaban treinta minutos de partido. Tiene que ganar a partir de las confianza, el juego y las decisiones, no desde el corazón, que sirve para correr y dejarlo todo, pero de eso ya anda sobrado. Hay que retornar al juego».
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Y en el juego, antes del apagón, veían mucho de Baraja. Y, cómo no, de Benítez. «A todos los que trabajamos con él nos marcó. Lo veíamos como un entrenador diferente que se apoyaba sobre todo en la táctica. Cuando diriges un equipo que no es superior a los demás, sobre todo en una competición tan igualada, la mejora está en la táctica: una buena ubicación, táctica defensiva, buen repliegue, transición defensa-ataque... Eso te hace marcar la diferencia», apunta el ahora comunicador. El recetario de Baraja.
Interviene Carboni, que asiente y amplía. «Al Granada le dará vida si este nota miedo. Antes de estos partidos, me gustaba cómo estaba el equipo. 'Pipo' no ha olvidado lo que le enseñé; lo primero, no recibir, y luego, marcar», comenta con una carcajada. Ya más serio, el italiano observa sobre el liderazgo de su excompañero que «es un reflejo de lo que era como jugador y sabe que sus futbolistas le necesitan. La personalidad marca y él tiene mucha. Solo puede ir a mejor y, aunque la situación sea difícil, lo sacará adelante». Igual que en aquel doblete en Mestalla.
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