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Rubén Baraja (Valladolid, 1975) atiende en exclusiva a EL COMERCIO, el primer medio con el que mantiene un encuentro desde su llegada a Gijón, en una entrevista que hoy se puede leer en la edición impresa y en la que el vallisoletano analiza ... sus primeras semanas en el Sporting.
–Su hijo ha venido con una victoria debajo del brazo.
–Sí (sonríe). Estoy muy contento por todo: por nuestra llegada, por cómo nos ha recibido la gente, por tener esta gran oportunidad... todo ha sido muy positivo. Luego se ha redondeado con el nacimiento de mi hijo y los tres puntos ante el Alcorcón. Estoy muy feliz por el momento que vivimos.
-¿Qué regusto le dejó la victoria contra el Alcorcón?
-Estamos muy contentos. Era un partido que, jugando en casa, puedes tener posibilidades de sumar, pero no solo por el resultado, sino la manera en la que el equipo compitió, todo sabe mucho mejor. El equipo ha ido paulatinamente creciendo desde que llegamos aquí y el otro día logramos un resultado solvente ante un buen rival. Eso nos da la esperanza de pensar que a través del trabajo y del proceso podamos seguir mejorando.
–Se le ve muy fino físicamente.
–No me expongo mucho porque los chicos van muy fuerte (risas). Trato de no entorceper mucho, pero sí me gusta mantenerme bien porque la mente está tranquila y despejada.
–¿La moda del ‘running?
–Un poco de todo. Son importantes los espacios para poder desconectar. Todavía no estoy posicionado del todo porque hasta hace poco no tenía casa. Me he ido colocando. Pero sí, me gusta aprovechar los espacios para desconectar. Hacer otras cosas y que mi tiempo libre me sirva para ganar energía y transmitírsela después al grupo.
–¿Con qué palabra se define?
–Me gustaría que fueran varias, no solamente una. El hambre, las ganas de aprender, de crecer... Y, sobre todo, la energía. En Segunda, por cómo es esta competición, siempre necesitas transmitir un mensaje muy enérgico, con mucha ilusión y entusiasmo. Eso es lo que quiero desprender para que ellos lo adquieran.
–Tiene fama de tipo duro.
–(Sonríe). Me gusta una exigencia con cierto método. Me gusta exigir desde el argumento, el diálogo, aunque hay cosas que para mí son innegociables. Pero sí, me gusta intercambiar impresiones con los jugadores. No hay que olvidar que he sido futbolista. He sido uno de ellos y hay muchas cosas en las que trato de empatizar para entenderlos a ellos. Es básico para el rendimiento del equipo que haya una buena conexión.
–Me llamo la atención una frase suya en una entrevista: «agradezco que la gente me haya querido en Valencia tal y como soy porque tengo el carácter castellano».
–(Risas). La gente en Valencia es mucho más jovial, un carácter Mediterráneo. Yo soy una persona del centro de España, de Valladolid, también de Madrid. La primera impresión que puedo causar es que soy una persona seria y demás, pero con el paso del tiempo la gente me va conociendo. Que en Valencia la gente me haya respetado y me quiera tal y como soy, es un privilegio.
–¿Pisa algo la calle de Gijón?
–Hemos estado muy atareados y estaremos en el trabajo del día a día. Esto requiere estar todo el tiempo pensando en lo mismo, pero sí que he ido a dar algún paseo. Es una ciudad con un tamaño ideal para poder disfrutarla. Hay algo que ya conocía porque tengo familia aquí en Gijón y es el ambiente futbolero que hay. Tanto para lo bueno como para lo malo te dan su opinión, pero siempre de una forma muy cariñosa. Es una pasada. Te das cuenta de lo importante que es el Sporting para la gente.
–¿Tiene familia aquí?
–Tengo dos tías carnales. He tenido, además, la posibilidad de veranear aquí de crío. Veníamos una semana o diez días a ver a mis tías y más o menos conozco cómo piensa la gente que es del Sporting. Es algo que me ha servido de mucho. No me tocó ir a El Molinón porque siempre era verano, pero sí que lo pude disfrutar como jugador, tanto como rival, como con la selección. Es un sitio en el que el jugador se siente cómodo. El Molinón tiene las características de una olla a presión: ayuda al equipo, empuja y por momentos casi hasta para hacer goles.
-¿Hay tiempo para llegar al ascenso directo?
-El objetivo del Sporting tiene que ser estar con los mejores y tenemos que trabajar mañana para conseguirlo. Es evidente que llevamos un déficit de puntos importante con respecto al objetivo, pero lo que más me preocupa es el día a día y el partido a partido. Tenemos que tratar de hacer las cosas bien y sumar en cada partido para poder acercanos al objetivo más ambicioso que podamos. Si podemos llegar arriba, mejor, pero si no tratar de poder estar en el 'play off' y pelear por subir a Primera. Ese proceso no es fácil porque veníamos ya con desventaja, pero todavía quedan muchos partidos y muchos puntos en juego. Lo más importante es que el equipo crezca en cada partido y no solo en casa. Ahora vamos a tener la oportunidad de hacerlo fuera y el planteamiento es que también seamos competitivos fuera de El Molinón.
-Ese estirón pueden pegarlo en Lugo...
-Al final ganar en casa, da estabilidad en la clasificación, que los aficionados disfruten. Si encimas eres contundente, eso hace que crezcas en confianza, sobre todo cuando se ha producido un cambio de entrenador. Pero creo que la diferencia te la da ser capaz fuera de casa de ganar o puntuar, ir sumando puntos que te van dando la posibilidad de crecer en la clasificación.
–¿Qué le sugería el Sporting antes de su llegada?
–Siempre ha sido un club con solera en el fútbol español. Tuvo una etapa muy difícil y complicada en los últimos años, pero consiguió ascender. Es fiel a su filosofía. Tiene una identidad propia y eso para mí tiene mucho valor. Cuando vas a elegir un proyecto o un trabajo, tener cosas marcadas te ayuda mucho. En la mayoría de las cosas estoy a favor de lo que es el Sporting y de lo que la gente espera de su equipo.
–¿Es lo que esperaba?
–Me esperaba un equipo que reaccionara cuando se le generaba un estímulo y es lo que ha sucedido. Todavía es pronto y acabamos de llegar. Los resultados nos ayudan a generar un mejor entorno de trabajo en el día a día, que los chicos recuperen confianza y vean que hay un gran potencial detrás. Me he esperado muy buena predisposición de los jugadores. La gente que rodea el equipo, utilleros, delegados, fisios, son gente muy profesional y que construye en el día a día. Esto para mí es muy importante porque somos un grupo de trabajo que necesitamos que todo el mundo colabore y esté implicado. Todo esto nos ayuda a crear un entorno competitivo para mejorar el rendimiento.
–¿Ha vivido dos experiencias previas complicadas en el Elche y el Rayo Vallecano?
–Son experiencias. Con el Sporting son tres ex Primeras. El Elche bajó a Segunda por un problema admisnitrativo y nos tocó hacer un equipo de cero, con un verano muy complejo. Con todo, el equipo fue capaz de competir y por momentos estuvimos cerca de la promoción de ascenso. El Rayo, en ese sentido, es otro ex Primera que baja, pero con otras connotaciones diferentes, con un estilo distinto en el anterior entrenador. Y ahora tenemos la posibilidad de venir al Sporting, que tiene otra identidad y otra filosofía, con unas condiciones de trabajo diferente. Son situaciones extraordinaria porque no hemos tenido la posibilidad de trabajar desde cero con tranquilidad, pero este trabajo es así. Tengo que aceptar las situaciones que se vayan dando y en este caso tratar de estabilizar al equipo, de dotarle de una idea, de una forma de trabajar en el día a día. Que todo eso se traduzca en resultados y que el equipo mejore.
–Su trayectoria profesional, como un jugador de primer nivel, invita a pensar en que sea un entrenador de paso en Gijón, camino de otros retos.
–El Sporting para mí es una gran oportunidad, un orgullo y un agradecimiento muy grande porque el club haya pensado en mí por ser la persona a liderar este proyecto. El Sporting es mi prioridad. Me centro en tratar de mejorar al equipo, yo también, tratar de crecer y que los dos podamos crecer juntos. Es la ambición con la que he llegado.
–La apuesta de Miguel Torrecilla por usted ha sido fuerte.
–Es de agradecer. Ahora sólo esperamos devolvérselo con mucho entusiasmo, trabajo, ilusión y que se consigan los objetivos.
–¿Ha heredado algo de Rafa Benítez?
–Siempre queda, claro. Una cosa fundamental cuando eres jugador es que vas aprendiendo cosas de los entrenador que has tenido, más lo que has podido ir cogiendo de tu cosecha. Benítez para mí ha sido una referencia como entrenador. Lógicamente fueron los años en los que el Valencia hizo los mejores años de su historia y yo formaba parte de ese equipo, con lo cual son cosas que absorbes y luego te pueden servir para el futuro.
–¿Con Villa ha podido hablar?
–Sí. Recibí un mensaje muy cariñoso suyo. Con David tengo una relación muy especial desde que llegó a Valencia y me mandó un mensaje muy cariñoso. Me dijo: ‘venga que hay que meter al equipo arriba y el Sporting tiene que estar en Primera’. Le estoy muy agradecido porque, además, sé que quiere mucho al Sporting. Quiere que le vaya todo bien y también a mí.
–¿Con Paco Herrera tuvo la ocasión de reunirse?
–Sinceramente no hablé con él porque entiendo que sería una situación muy complicada a nivel personal. Es un entrenador con una gran experiencia y sé que este año tenía una ilusión especial puesta en la temporada por referencias que me han llegado de algunos compañeros. Cuando pasan estas cosas, todo el mundo necesita su tiempo para reflexionar. Quizá no sea el momento. Pero nos encontraremos y estoy convencido de que tendremos una buena charla. Es un tipo magnífico y le respeto mucho.
–Para ser un entrenador de la nueva ola no se ha escondido mucho en los entrenamientos.
–Cuando llegas a un club una de las claves fundamentales para rápidamente empaparte de lo que es importante o trascendente, es saber cómo piensa la gente del entorno del club. A la gente de aquí le gusta venir a ver a su equipo, cómo entrenan los jugadores, cómo entrena el técnico durante la semana. Salvo alguna situación especial, que queramos trabajar algo específico, quiero que el público pueda venir a ver al equipo entrenar. En algún momento determinado ellos respetarán seguro que haga algún entrenamiento a puerta cerrada o trabaje algo muy puntual.
–¿El 4-4-2 ha llegado para quedarse?
–Tratamos de trabajar en el día a día ser un equipo que, con los jugadores que tenemos, se adapten a la idea que yo tengo. Que ellos interpreten lo que yo quiero, con las posibilidades de futbolistas que tenemos. Estamos trabajando con el 4-4-2, pero con matices puede haber algún tipo de variación. Con el paso del tiempo también iremos creciendo en versatilidad a la hora de utilizar los jugadores que tenemos. No nos vamos a estancar en el 4-4-2. Tenemos variantes y trabajaremos sobre ellas. Todo eso necesita un tiempo y un proceso, pero los jugadores que tenemos nos dan la posibilidad de variar por momentos en el sistema.
–Pero sí que es un sistema importante para usted, ¿no?
–Lo tenemos muy mecanizado y hay jugadores para poder jugar de esa manera y, lógicamente, estamos abiertos a variar en un momento determinado y sobre la marcha, en el transcurso del partido. Eso es algo que tendremos que ir trabajando con el paso del tiempo. Lo más importante es que los jugadores asimilen lo que queremos. El 4-4-2 es el punto de partida y a partir de ahí ir buscando las variantes para que el equipo sea competitivo.
–Tengo la sensación de que me va a hacer un autopase si le pregunto por el derbi...
–(Risas). Nuestro derbi es el sábado en Lugo. Lógicamente cuando llegue ese momento lo disfrutaremos a tope porque es un partido único. Pero quiero centrarme en lo importante para nosotros, que es el partido del Lugo. Luego vendrá lo siguiente. Esta es nuestra filosofía de trabajo.
–¿Qué pasa con Stefan Scepovic?
–Cuando llegamos le dimos la posibilidad de jugar de inicio. Participó en dos de los partidos que dirigimos de inicio y, lógicamente, tengo que tratar de buscar el mejor once o el equipo que yo piense que nos va a dar un mejor rendimiento. La competencia en un equipo como el Sporting es alta y él tiene que aceptar esa competencia y esa dificultad de ser titular indiscutible. Hay que ganárselo y trabajárselo y es lo que el resto de compañeros están haciendo. No hay más que una decisión deportiva en todo esto. Ahora estamos apostando por Santos y Castro, pero en su momento lo hicimos por Santos y Stefan. En otras posiciones también hemos ido variando. Para mí es importante que todo el mundo se sienta partícipe.
–Santos es una inyección de adrenalina.
–Es un jugador que cuando llegamos por momentos estaba jugando en la izquierda, que nos puede dar ese otro registro. Pero creo que es un punta muy de nuestro estilo, veloz, rápido, con mucha velocidad, con mucha llegada a gol. Está en un buen momento y, cuando un jugador está así, hay que darle confianza, siempre desde la exigencia. Pero impulsarle para que sea ambicioso y no se conforme.
–¿Quintero y Viguera no entran en sus planes?
–Tengo que llevar 18 y luego elegir 11. Hay jugadores que se están quedando fuera por cuestión deportiva, pero estoy tranquilo. Me demuestran en el día a día su implicación, sus ganas de trabajar. Viguera creo que es un ejemplo para todos. No ha tenido ninguna oportunidad y sigue trabajando como el resto. Lo que es evidente es que habrá que ver un poco qué demanda cada situación.
–¿El caso de Xandao es distinto?
–Xandi es un chico que venía después de mucho tiempo sin competir. Llegamos y venía de una lesión, y queremos aumentar su ritmo en los entrenamientos, que esté preparado para su momento cuando llegue. Creo que está trabajando bien. Su evolución dependerá de cuánto él se exija en el día a día. Lo único que espero es que si llega su momento de jugar que dé el nivel que esperamos.
–¿Jony es una especie en extinción en el fútbol actual?
–Es difícil encontrar extremos específicos, como es Jony. Hemos apostado muy fuerte porque esté aquí y él también. Ha hecho un esfuerzo por venir al Sporting y esperamos que esas dos situaciones provoquen un gran rendimiento, principalmente para el equipo, pero que repercuta en beneficio del equipo.
–Menudo regalo de Reyes.
–Sin duda. No soy una persona que considera que el mercado de invierno pueda arreglar toda una planificación que se hace en el mes de junio, pero sí que hay jugadores que tienen tintes especiales, que se van a adaptar rápidamente, que tienen ganas de venir aquí, que saben ya cómo es este club. Ese es el caso de Jony. Traer jugadores en enero tienen que ser futbolistas que vayan a aportar cosas. Estamos muy contentos de que esté con nosotros y de que muy pronto podamos ver al mejor Jony al servicio del equipo.
–¿Se da por satisfecho con otro mediocentro?
–Este mercado es caprichoso, especial. Estamos valorando todas las situaciones que se puedan dar y tratamos de encontrar que cuando se acabe este plazo el equipo sea lo más competitivo posible y que todo el mundo tenga la posibilidad de aportar cosas. No queremos jugadores que estén por debajo de su rendimiento, ni que entorpezcan el proceso. Necesitamos gente muy preparada. Me gustan las plantillas cortas y, además, tenemos un filial que está haciendo una gran temporada. Eso nos da la posibilidad de que chicos que están trabajando en el filial, a buen nivel, puedan estar en un momento determinado con nosotros. Creo en los chicos jóvenes, en darles la oportunidad de mirar al primer equipo, de crecer con nosotros.
–¿Se ve un poco reflejado con el Sergio que se ha encontrado en el Sporting?
–Para nosotros es un jugador muy importante, no solo por lo que nos puede dar de rendimiento, sino también por el espíritu que desprende y la mentalidad ganadora que contagia a sus compañeros. Estoy muy contento de su vuelta y de su aportación al equipo. Nos tiene que dar muchas cosas y lógicamente esperamos siempre su mejor versión.
–¿Se acerca más al ideario de Simeone o de Guardiola?
–No me gusta mucho estandarizar. Admiro totalmente el trabajo de Simeone en el Atlético. Es bárbaro en todos los sentidos por cómo ha crecido el club, pero lógicamente me gusta lo que hace Guardiola. Para mí lo más importante es tratar de ser yo mismo, que mi equipo tenga un sello propio. Un equipo versátil que maneje todos los registros del fútbol, que sepa tener la pelota, combinar bien, atacar bien, que sepa defenderse, que no reciba muchos goles, que salga a la contra con peligro y velocidad y que seamos fuertes en el balón parado. No me gusta que un equipo se conforme con una cosa.
Lea mañana la entrevista íntegra en la edición impresa de EL COMERCIO - LA VOZ DE AVILÉS y en Kiosco y más.
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