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Rosendo Cabezas da la bienvenida al técnico Vicente Cantatore en el aeropuerto de Asturias. PALOMA UCHA
Rosendo Cabezas fallece en Salamanca a los 77 años de edad

Rosendo Cabezas fallece en Salamanca a los 77 años de edad

Fue secretario técnico del Sporting en la temporada 2000-2001, etapa en la que vinieron el entrenador Vicente Cantatore, Rivarola, Da Silva y Graff

M. R.

GIJÓN.

Viernes, 16 de septiembre 2022, 01:38

Rosendo Cabezas, director deportivo del Sporting en la temporada 2000-2001, falleció en Salamanca a la edad de 77 años. Aunque en Gijón estuvo solo un año, dejó huella como hombre de fútbol y persona afable.

Nacido en Barcelona el 15 de agosto de 1945, Rosendo Cabezas Hernández, aunque estudió Medicina, nunca llegó a ejercer por su dedicación al fútbol como técnico. Su trayectoria profesional la inició en 1978 en el Salamanca, en el que estuvo cinco temporadas. En 1983 se incorporó al Zaragoza, para pasar al Sevilla en 1987, en el que tuvo su mejor etapa profesional. Si en La Romareda firmó sus principales éxitos con el fichaje del uruguayo Rubén Sosa y la confirmación de Pardeza, en el club hispalense fue el descubridor del croata Suker, el chileno Zamorano y el austriaco Polster, además de haber sido clave en el fichaje de Salvador Bilardo como entrenador y el regreso de Maradona al fútbol español.

En el mes de abril de 2000, con el Sporting sin director deportivo, el presidente Juan Manuel Pérez Arango recurrió a Rosendo Cabezas para ordenar el club. El fichaje se cerró el 21 de marzo de 2000, por tres temporadas, para empezar su trabajo el primero de julio, pero, antes de incorporarse, solucionó el fichaje del portero Valencia para afrontar el final de la temporada con Juanjo y Sergio Sánchez lesionados, en la que el Sporting llegó a la última fase con aspiraciones de ascenso, difuminadas en las tres últimas jornadas.

Para su proyecto recomendó a Vicente Cantatore como entrenador, quien no resultó como esperaba al tener un estilo de trabajo muy diferente al que conocía cuando triunfó en el Sevilla. Con un Sporting casi sin recursos, logró la cesión del argentino Rivarola y el fichaje de Graff, a quien el Sporting rentabilizó con un traspaso un año después al Rayo, tras llegar con la carta de libertad del Feyenoord. También gestionó la cesión del brasileño Da Silva, que se incorporó con más proyección que realidad.

A su llegada eligió a Eloy Olaya como mano derecha suya para ordenar Mareo, además de haber incorporado a los filiales a entrenadores que habían sido jugadores rojiblancos, como Marcelino, Mino y Joaquín Villa.

La temporada resultó complicada por la marcha del primer equipo. Cantatore renunció en enero al no aceptar recomendaciones del consejo. A diez jornadas del final, Rosendo Cabezas decidió dejar el club gijonés. Aunque el equipo estaba a seis puntos del ascenso, no se encontraba a gusto, por lo que propuso al consejo la rescisión de su contrato, además de valorar a Eloy Olaya como su sustituto.

Posteriormente volvió a trabajar para el Sevilla como ojeador, pero afincado en Salamanca, desde donde mantenía frecuentes contactos con los rojiblancos 'Tati' Valdés y Quini, con quienes tenía una gran amistad y hablaban el mismo argot: el del fútbol. En su última etapa estuvo algo apartado del fútbol por enfermedad.

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