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JAVIER BARRIO
Sábado, 2 de mayo 2020, 01:00
Estamos a cinco puntos del 'play off' y a seis de bajar, con todas las posibilidades. Prefiero que vayamos partido a partido y que la competición nos diga qué somos capaces de hacer. No vamos a renunciar a nada. En cada partido saldremos a ganar. He venido a un club grande, que ahora no está en la posición que quiere, y mi obligación será siempre mirar arriba, pero vamos a ir partido a partido». Miroslav Djukic repasó ayer la realidad en la que ha quedado varado el proyecto del Sporting. Lo hizo desde su casa de Gijón, como invitado estrella en las Jornadas del Comité Asturiano de Entrenadores junto a 'Cuco' Ziganda. El primer contacto -'online'- oficial de los técnicos de los dos grandes del Principado.
A lo largo de 45 minutos, orientado por las preguntas del periodista José Ramón Rodríguez y en presencia de Juanjo Corujo, presidente del comité regional de entrenadores, Djukic analizó el terreno incierto que pisa el fútbol. «Estamos deseando que empiece a rodar el balón», concedió, detallando que vive esta fase de confinamiento en Gijón junto a su mujer, con sus hijos en Valencia. Y que ha visto el día a día con los mismos ojos que todo el mundo. «Veo la cara del Fernando Simón este todos los días», comentó con humor. «A nadie le gusta estar encerrado en casa, pero es importante cumplir las reglas», explicó, apuntando antes sobre su trayectoria que «todo forma parte de mi pasado, incluso el famoso penalti».
Con la vuelta a Mareo más cerca que nunca, el preparador serbio habló de algunos aspectos sin resolver, como los polémicos test, cuya gestión parece quedar en manos de los clubes. «Estamos esperando a que nos digan si se hacen o no», apuntó, asumiendo el espartano régimen que guiará los primeros entrenamientos: «Es el plan que hay para todos y habrá que adaptarse a él para llegar de la mejor forma a los partidos». Con el regreso de la competición, precisamente, no manifestó ningún conflicto interior como otros profesionales. «Para que tengamos una liga justa lo más importante es acabar estas once jornadas. Y si tiene que ser sin público para evitar contagios, mejor, aunque no agrade», observó.
Aunque en esta coyuntura, asumió, deberá prestar una especial atención al aspecto sicológico de los jugadores. «Hay que ir poco a poco perdiendo ese miedo. Llevamos cuarenta y cinco días recibiendo noticias de desastres y estamos llenos de miedos. Lo más importante es que esto vaya empezando y la gente comience a liberarse», manifestó. Sí insinuó una mayor preocupación con el aspecto físico y el riesgo creciente, sobre el papel, de las lesiones. De hecho, desveló, «hablé con el preparador (Fran Albert) de que es mejor que nos quedemos cortos (en los entrenamientos), que a través de los partidos vayamos cogiendo la forma, que precipitarnos».
Avanzó Djukic, que regateó la pregunta de su futuro en el Sporting -«estoy haciendo mi trabajo y las otras cosas no dependen de mí», dijo-, repasando algunas de las posibilidades que se están discutiendo para volver al fútbol con ciertas garantías. «¿Hacer cinco cambios en un partido? Lo valoro como algo bueno. Sería idóneo para repartir el esfuerzo, poder dar más minutos e involucrar a más gente», opinó. Eso, no obstante, excluiría de esta temporada a los canteranos que no están en esa lista de 27 futbolistas convocados, con la gran novedad de Gaspar: «El filial no va a tener mucha importancia ahora porque no va a entrenar. No vamos a poder utilizarlo».
En relación a su libro de estilo, Djukic ofreció pocas pistas. «Con los sistemas todo es movible porque depende del tipo de jugador que tengas», se limitó a señalar. Otras cuestiones, indicó, no son tan flexibles. Por ejemplo, el balón parado, arma poderosa en Segunda. «Es muy importante trabajarlo y estar fuerte en eso, porque muchos partidos se deciden así. Dedicamos todos los jueves a eso». Un par de minutos después volvió sobre sus pasos para valorar un hipotético escenario de que algún jugador de la plantilla se niegue a jugar por el riesgo que conlleva esta situación: «Todos vamos con miedo viendo lo que vemos en la televisión. Dicen que tenemos dos lobos, uno bueno y otro malo, y estos días hemos alimentado al malo. Será cuestión de hablar e ir limpiando un poco las cabezas con experiencias y cosas positivas».
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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