Fernando Sordo Madaleno, ayer, en Mareo, ante una recreación del interior del estadio con el aforo completo, simulando un encuentro del Mundial, con un guiño a la final de 2010 entre España y Países Bajos. J. M. PARDO
Fernando Sordo Madaleno, autor del proyecto de reforma de El Molinón

«Esta reforma pondrá a El Molinón en el máximo nivel del fútbol mundial»

«Habrá complejidades para compatibilizar las obras con los usos comerciales. Lo que queda ahora es unir voluntades»

Carlos Amado

Gijón

Lunes, 12 de febrero 2024, 00:28

El sábado fue un día especial para Fernando Sordo Madaleno de Haro (Ciudad de México, 1991), autor del proyecto de reforma que el Sporting ha presentado ese día para convertir el estadio en sede del Mundial de fútbol de 2030. Licenciado en Arquitectura por la Universidad Iberoamericana, trabaja en el estudio que fundó su abuelo, natural de Llanes, hace 85 años en la capital azteca.

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-Había mucha expectación por conocer su propuesta para El Molinón. ¿Cómo vivió la jornada?

-Con una gran responsabilidad. Llevábamos trabajando en esto un año y medio. Creo que nos hemos ido sensibilizando con las aspiraciones, no solo del club y del Ayuntamiento, sino también de la gente de Asturias y específicamente de Gijón. Fue un día muy emocionante. Empezamos con esta parte de la presentación del nuevo El Molinón, pero acabamos también con el triunfo contra el Oviedo, que fue la guinda del pastel.

-Había estado en varios encuentros del Sporting, pero era su primer derbi, ¿no?

-Sí y me sorprendió. Cuando iba a empezar el partido y oímos el himno de Asturias, fue algo sumamente emocionante y ahí me convencí de que Asturias tenía que ser parte del Mundial. Y lo que más me emocionó fue cuando los del Oviedo, junto con los del Sporting, se unieron todos en ese himno tan precioso que tiene Asturias y se me puso la piel de gallina.

-Momento también para recordar sus orígenes asturianos.

-Claro, incluso de mi bisabuelo, que sale en 1874 hacia México y luego regresa y tiene casa en Llanes. Tiene mucha carga emocional por lo que tiene de historia de la familia. Sordo es un apellido de Llanes, completamente asturiano, y por eso también lo viví con tanta emoción, pensando en lo que diría el abuelo de estar aquí.

-¿Qué reacciones ha recibido a su planteamiento?

-Lo más importante para nosotros es que no solo estamos haciendo un estadio de fútbol, estamos haciendo una extensión del espacio público. Y ahí es cuando realmente cambia la forma en la que estamos planeando el estadio. Es una infraestructura para los siete días de la semana, las 24 horas. Entonces el estadio se ve bastante diferente a cualquier otro estadio, pero es porque queremos invitar a la gente a recorrer el espacio público. Al principio fue una buena sorpresa, gustó. Me lo dijo mucha gente especial y con arraigo en el Sporting, como Joaquín. Me dijo 'siento que realmente ese es El Molinón'. Esa frase nos llena de orgullo, que personas tan relevantes para el club se hayan sentido identificados y tan bien. Luego, refleja esa cultura del exterior que hay en Asturias, la vida con la naturaleza y la relación de los asturianos con el paisaje y estar en la calle. Lo veía el sábado, llueva o haga sol, toda la gente está caminando y la lluvia es parte de la vida del asturiano. No queríamos hacer un infraestructura que solo se viera bien de fuera, que es primordial, pero también una que te invite a recorrerla. Por eso creo que la toma de decisiones fue muy acertada.

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-¿Cómo fue para usted la transición del proyecto inicial al que se presentó el sábado?

-Además de la responsabilidad enorme de hacer un edificio de este tipo y con este presupuesto y relevancia, adoptamos todas las opciones, fue un proceso de ver muchísimas opciones durante este año y medio, un camino en el que hemos aprendido muchísimo. El primer ejercicio que hicimos tenía otra connotación porque era una estructura completamente nueva para satisfacer otras necesidades, como el aspecto comercial. Pero ahora, hemos ido aterrizando el proyecto y entendiendo la vida, la cultura asturianas y la manera de relacionarse de la gente. También tenemos una infraestructura que teníamos que rescatar, que es la que hay actualmente. Fue así como tuvimos que replantear de cero el proyecto. Algunos conceptos están alineados, como la extensión del espacio público hacia el interior del edificio, pero cada proyecto es muy específico. Ahora su vocación era distinta y al ser una renovación tenía que ser distinto.

-La alcaldesa y el presidente del Principado no estuvieron el sábado, pero sí conocieron el proyecto en Oviedo en diciembre. ¿Qué les pareció?

-Era muy importante para nosotros entender sus primeras impresiones. Creo que fue un éxito y que los dos vieron y entendieron la nueva vocación de este estadio y que no es otra que la de todos los estadios de nueva generación en todo el mundo. Tienen que generar otras dinámicas sociales y también espacios interesantes para que estas inversiones, que son muy altas, se utilicen por la gente. Entendieron la vocación social del proyecto que queríamos generar y todos los comentarios fueron positivos.

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-Llama mucho la atención ver un estadio abierto, que no es lo habitual.

-Es por lo mismo, porque pensamos más allá de un estadio. Si hubiéramos decidido hacer un edificio completamente cerrado y hermético la gente no interactúa de la misma manera. La gente sale a correr a diario por el 'Kilometrín', al parque de Isabel la Católica y quisimos hacer una extensión de ese espacio público. Cuando ya estás dentro del estadio, las rampas te protegen del viento y de la lluvia, para lo que hicimos varios estudios. Es un estadio abierto porque el coste de techar completamente el campo hubiera sido inasumible. Pero el techo proyectado es mucho más extenso, completamente unificado, que vuela hacia el exterior diez metros y hacia el interior hasta cubrir todas las gradas. Al ser abierto en el centro si llueve habrá algo de agua, pero eso no nos asusta. La operatividad del estadio es completamente funcional. Desde que entras en la rampa estás completamente a cubierto.

-La apuesta por el rojo impacta, sobre todo porque inicialmente pensaron en el blanco.

-No tomamos estas decisiones porque, como el Sporting juega de rojo, pongamos rojo. La investigación y el análisis son mucho más profundos. Entendimos las complejidades también que conlleva estar al lado del mar y la corrosión del acero. Por eso nos enfocamos en un material como el hormigón, con una duración y un bajo mantenimiento y optamos por una opción íntegra, que dentro de la mezcla del hormigón venga el pigmento, por lo que nunca se tendrá que volver a pintar, porque no es pintado. Algo muy importante que sirvió de inspiración fueron todos los edificios de Gijón. Es sumamente rica la calidad de la construcción en la ciudad, con estos colores rojos, cremas y que dan una calidez muy interesante. También quisimos usar el color para que se entienda que es una infraestructura social y el color le da esa personalidad, además de ser el del Sporting.

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-El estadio crecerá a lo alto y a lo ancho. ¿Cómo está pensada la intervención para interferir lo menos posible en la actividad del fútbol y comercial?

-Están programadas unas fases, lo que queremos es generar los menos problemas posibles al Sporting y a los bajos comerciales. Vamos a respetar su actividad, pero obviamente habrá algunas etapas de la obra que serán incómodas para ellos. La idea es que podamos hacer un edificio que vaya creciendo alrededor de este. Lo que planteamos son cuatro fases, por gradas, empezar por la Este para seguir por la Sur, Norte y terminar con la Oeste.

-No parece fácil compatibilizar los usos de los bajos con las obras.

-Va a haber complejidades. Un proyecto de esta magnitud siempre tendrá sus dificultades, lo que queda ahora es unir voluntades.

-¿Cuánto durarán las obras?

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-Tiene que estar inaugurado en el verano de 2029, un año antes del Mundial. Tendremos que acomodar todo para llegar ahí y el sábado fue el banderazo de salida.

-La 'Tribunona' va a ser una grada nueva.

-Sí, porque tenemos unos estándares para los nuevos estadios, como la cuestión de la isóptica, que es cuando estás sentado tienes que tener 100% de visibilidad al campo. Con esa exigencia tenemos que replantear y generar la zona de hospitalidad y palcos.

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-Que también exige la FIFA, con los palcos y salas VIP y VVIP. ¿Todo va a estar en la Oeste?

-Sí, todo ahí. Por eso estamos echando mano de la infraestructura que tenemos en la Este para tener el menor impacto en la estructura existente. Lo que estamos haciendo es consolidar todas esas partes necesarias para ser sede del Mundial en la Oeste, que también por operatividad nos encaja muy bien por cuestiones de accesos.

-Decía que se iban a conservar unos 17.000 asientos. ¿Son las zonas bajas de las gradas y sobre esa estructura se construirá el recrecido?

-De hecho es construir lo nuevo desde lo ya existente hacia afuera. Realmente no vamos a impactar la estructura actual, estamos aprovechando toda la Este y los cuerpos bajos de las cabeceras Sur y Norte.

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-En la Tribunona también está el museo y el Espacio Quini. ¿Se mantendrán?

-Va a permanecer en la Oeste, pero la idea es rehabilitarlo y generar algo que sea muy especial. Entendemos la historia que tiene el Sporting y también queremos que tenga un espacio que refleje esa historia.

-¿Se unificarían ambos espacios?

-Sí, exacto.

-¿El espacio de aparcamiento interior del estadio también se modificará?

-Correcto. Tenemos que mejorar la zona del aparcamiento del estadio, como también los accesos de servicios hacia la cancha y está todo integrado en el diseño.

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-Por exigencias de la FIFA, también habrá que ampliar zona de prensa. ¿Seguirá todo en la Oeste?

-Sí, las ubicaciones serán muy parecidas a las actuales, pero bajo los nuevos estándares, con muchos más metros cuadrados, también los vestuarios, con zona de calentamiento de cien metros cuadrados, que son de las últimas exigencias de la FIFA. Todo esto va a poner toda la infraestructura y el estadio en el nivel más alto del mundo.

-Personalmente, ¿no le intimida un proyecto de tanta transcendencia para una ciudad?

-No somos ajenos a la responsabilidad. En Sordo Madaleno hemos sido actores importantes de cambios drásticos dentro de tejidos urbanos importantes en una de las metrópolis más grandes del mundo, como es la Ciudad de México. Hemos desarrollado muchos proyectos de usos mixtos que han cambiado la cara de la ciudad. Entendemos el compromiso y tenemos la experiencia, que también nos da respuestas y la tranquilidad de que lo podemos hacer bien. Entendemos que esto va a definir la percepción de Asturias en el mundo y con esa responsabilidad hemos trabajado incesantemente un año y medio. Hemos estudiado todas las complejidades y todas las decisiones que hemos tomado no han sido a la ligera, sino con una seriedad para que esto sea un proyecto de éxito.

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