I. ÁLVAREZ
GIJÓN.
Sábado, 27 de febrero 2021
Amenaza la condición de invicto del Sporting en El Molinón esta temporada el coloso de la competición. Diseñado con el mayor presupuesto de la historia de la categoría, el Espanyol se plantará mañana en Gijón con una vanguardia de campanillas dispuesto a obligar a ... claudicar a un conjunto rojiblanco decidido a mantener su estadio como territorio minado para el forastero y espoleado por una cuenta pendiente tras el tenso desenlace del encuentro de la primera vuelta.
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Dos meses y medio después del choque en tierras catalanas, la sombra de ese final planea sobre el nuevo pulso que afrontarán rojiblancos y blanquiazules con Babin y Darder aglutinando esos ecos. El central terminó fuera de sí ese duelo librado el 6 de diciembre, ensangrentado y con la frustración de ver cómo sus reclamaciones de penalti fueron ignoradas tras una disputa aérea con Lluis López en el área 'perica'. Ni el colegiado de la contienda, Sagués Oscoz, ni su homólogo al frente del VAR, Prieto Iglesias, interpretaron nada punible en un lance que se produjo cuando el equipo que dirige Vicente Moreno contaba con una mínima renta en el marcador.
Con el central martiniqueño maldiciendo esa decisión arbitral fuera del campo al recibir atención médica para taponar la hemorragia originada por una contusión nasal, Darder sentenció la victoria espanyolista. En la celebración del gol, el centrocampista balear se llevó el dedo índice a la boca pidiendo silencio al banquillo sportinguista. Más leña al fuego que desembocó en un conato de tangana en el túnel de vestuarios.
«No he vuelto a hablar con Sergi (Darder), pero no he vuelto a hablar con ningún jugador de la primera plantilla», confesó ayer David Gallego, que indicó que cruzó algún mensaje con gente del club. El técnico, que quiso dejar claro que no quedan rescoldos que aviven la hoguera originada en esos últimos minutos del choque, aseguró que conserva «una relación excelente» con todos los jugadores que tuvo a sus órdenes durante su etapa al frente del primer equipo del Espanyol.
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Milla Alvéndiz, el árbitro del último derbi asturiano, será el encargado de velar porque no se reproduzcan las tiranteces entre gijoneses y catalanes. El colegiado madrileño contará con el respaldo en el VAR del balear Varón Aceitón, uno de los blancos de las críticas espanyolistas por su presencia en la sala VOR durante la derrota en Las Palmas en un choque que los 'pericos' disputaron casi toda la segunda parte en inferioridad numérica por la expulsión de Lluis López.
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