Christian Rivera disputó sus primeros minutos de la pretemporada en el partido ante la Ponferradina, el pasado sábado. ARNALDO GARCÍA
Sporting

La redención de Christian Rivera

Después de una carrera repleta de adversidades, regresa siete años después al Sporting dispuesto a encontrar al fin la estabilidad

ANDRÉS MENÉNDEZ

GIJÓN.

Lunes, 2 de agosto 2021, 01:24

En los momentos que las negociaciones para sellar su desvinculación con Las Palmas se dilataban, nada aliviaba más a Christian Rivera (Gijón, 1997) que el hecho de saber que volvería siete años después al Sporting. Ya tenía desde hace meses un principio de acuerdo con ... la dirección deportiva para regresar al club de su vida, del que se hizo seguidor gracias a su abuelo. «Estoy feliz de cumplir mi sueño desde pequeño», reconoció el hasta el momento fichaje más sonoro de este verano, una apuesta por recuperar a un futbolista que casa con la política del club al ser criado en Mareo.

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El sábado, el mediocentro disputó frente a la Ponferradina sus primeros cuarenta minutos con la novedosa elástica rojiblanca. Viene el jugador de un periodo muy prolongado de inactividad después de no contar con minutos para Pepe Mel en Las Palmas. Rivera ha seguido un plan específico para llegar en las mejores condiciones a la pretemporada.

Antes de que se hiciera el anuncio de su fichaje en el club rojiblanco ya contaba con ejercicios pautados para que el comienzo a los entrenamientos no fuera tan cuesta arriba. Se puso a trabajar muy duro en los primeros meses de verano junto a un especialista físico. Y hasta la disputa del amistoso ante la Ponfe, David Gallego y el resto de preparadores le han tratado con un especial mimo para que no tuviera problemas musculares antes de comenzar una competición que el futbolista gijonés visualiza con especial ilusión. Porque a sus 23 años el jugador ha vivido una carrera muy inestable, repleta de cambios.

Después de su abrupta salida de Mareo en 2014, el jugador militó en la cantera del Oviedo para después dar el salto al Eibar, pasar por el filial del Barcelona y firmar por Las Palmas, donde no ha tenido opciones de jugar y se han sucedido las cesiones en estas tres temporadas: Huesca, vuelta a Las Palmas, nueva salida a Leganés, otra vez de vuelta a las islas y un nuevo préstamo en el Girona antes de regresar por última vez al conjunto canario. Una montaña rusa. Y una lección aprendida para el jugador que ha regresado al Sporting tras reducirse la ficha casi a la mitad y dispuesto a hacer un enorme sacrificio para triunfar en casa. «A los jugadores de Mareo les digo una cosa clara: como en casa no se está en ningún sitio», explica el futbolista.

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Las turbulencias de una juventud nada fácil y que en el exilio le ocasionaron problemas en algunas de sus etapas lejos de su familia. «Todos eran fuera del campo, pero en casa no habrá ningún problema», asegura el jugador. «Está muy centrado y tranquilo. Ha llegado con humildad y muchas ganas», dicen en el club. Tímido, Rivera considera que volver es el paso que necesitaba para recuperar la confianza. «Quería volver a casa», insiste.

Lleva en Gijón una vida muy discreta y familiar y está perfectamente integrado en el vestuario, siendo además muy valorado por sus compañeros porque consideran que es un futbolista que tiene mucho nivel en una posición en la que cuenta además con mucha competencia como es la medular pero que ha tenido bajas sensibles tras las salidas de Javi Fuego y Cristian Salvador. En su primer partido, Rivera actuó de mediocentro, acompañado de Nacho Méndez. La competencia será mayúscula para él porque pugnan por dos posiciones en la sala de máquinas hasta cuatro efectivos : Gragera, Pedro, Nacho Méndez y el propio Christian.

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