Rivera: «Tenemos que seguir creyendo en nosotros mismos pero, aunque queramos, al final, la realidad igual es otra»

Para remediarla, Rivera asume que deben «mejorar muchas cosas», pero considera que especialmente deben «mejorar esos fallos de concentración» como el que provocó el primer gol en contra del pasado domingo tras un desajuste en un córner. Detalles que, a su juicio, «marcan el fútbol hoy en día». «A mí también me pasa mogollón», ha reconocido autrocrítico el gijonés, que se reencontró la pasada en Mareo con José Luis Martí tras haber estado a sus órdenes en el Girona. Cree el pivote que la llegada del técnico balear les está transmitiendo «esa tranquilidad» frente a la presión que pueden llegar a tener aunque no seamos conscientes de ella». «Nos está inculcando su fútbol, su manera de ver las cosas», ha apostillado el centrocampista, el vértice sobre el que gira el triángulo en la medular del 1-4-3-3 por el que el nuevo técnico apostó en la medular en su estreno.

«Me pide que sea yo mismo el que vea el fútbol. Sobre todo que cuando juegan con un delantero no meta el culo entre los centrales, que ya están en superioridad. Intentar sacar el equipo, con mucha presión alta, no intentar sacar yo el balón, sino que el balón venga a mí», explicó el centrocampista, que no titubeó a la hora de señalar la trascendencia del encuentro del próximo lunes contra la Real Sociedad B. «Es un rival que podría ser directo, tenemos que ganar sí o sí», ha proclamado, para luego apostillar que «la realidad es que es esa». Recordó, en ese sentido, que una derrota dejaría a los donostiarras a seis puntos de los gijoneses y con el 'golaveraje' ganado, aunque cree que a pesar de la mala racha si el Sporting vence en Anoeta y «los de arriba no ganan» estarían «arriba también». «Quitando los cuatro de arriba y el Alcorcón, todos son rivales directos», zanjó.

Respecto a ese vestuario atenazado que Martí percibió en sus primeros días en Mareo, Rivera cree que «el equipo tiene la autoestima alta». «Tenemos que seguir creyendo en nosotros mismos, pero aunque queramos creer eso al final la realidad igual es otra», ha expresado, con el pensamiento de que «falta esa pizca de suerte, de confianza, de atrevimiento». «El equipo quiere, pero sí que nos puede estar faltando un poco de confianza, de no venirnos abajo en cualquier gol o que te dominen», ha apostillado, antes de aludir a la juventud de la plantilla y concluir que «a base de vivencias se hace la experiencia».

Rivera, que considera que en la última jornada no mostró «el nivel ascendente que estaba teniendo», cree que tanto a él «como cualquier compañero» les queda «mucho por mejorar» y considera el principal cambio en su rendimiento respecto al tramo inicial de temporada la continuidad. «Ahora tengo la gran suerte de que me están poniendo y estar rindiendo bien. Al principio al antiguo míster le avasallaban preguntando por qué no juega Christian. Tengo compañeros que son igual de buenos que yo. Tenemos que estar para remar en la misma dirección», argumentó el gijonés, que se refirió también a la forma de afrontar la suplencia de Gragera, el damnificado por su consolidación en las alineaciones. «Somos ya mayores todos, somos profesionales y lo está llevando bien. Muchas veces lo hablamos que nos gustaría jugar juntos», confesó el pivote, que se ha escudado en que las decisiones corresponden al entrenador, pero él «estaría encantado» de compartir centro del campo con el internacional Sub 21.