«No lo he vuelto a ver en vídeo, pero me parece que el árbitro está muy riguroso con nosotros y muy permisivo con el Villarreal. Creo que ha habido diferencia de rasero para cada equipo». El entrenador del Sporting, Miguel Ángel Ramírez, hacía referencia así a la jugada en la que José Marsá vio su primera amarilla por una mano en el área que supuso el penalti en contra. Abundó el técnico en que una situación similar no se señaló de la misma forma en el área del Villarreal.
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«Mis jugadores al acabar me han dicho que había sido una mano muy clara, aunque aún no he visto las imágenes», explicó. Resoplabla Ramírez al repasar los «muchos contratiempos» que habían cambiado por completo el guion que tenía preparado para este choque y reconoció que «la lesión de Pablo Insua nos rompe, porque hasta ese momento habíamos tenido ocasiones, incluso una llegada de Jeraldino que podía haber sido el 0-1». «Con la expulsión tocó remar, remar y remar en contra para sacar algo y con uno menos pudimos hasta empatar, pero ha sido un partido extraño», resumió.
La derrota del Sporting supone aplazar la permanencia al menos una semana más, en la que el equipo afrontará el derbi asturiano, circunstancia sobre la que el canario se mostró tranquilo. «Al final tenemos que hacer lo nuestro, porque dependemos de nosotros mismos y si ganamos el próximo partido en casa tendremos casi garantizada la permanencia, aunque nuestro objetivo es competir para sacar los máximos puntos posibles». También se mostró confiado en el papel que jugará la afición rojiblanca el próximo sábado. «El Molinón está siendo fundamental, con el gran número de personas que acuden, que seguro que serán muchos más para el derbi». «Nos van a empujar y cuando nos falten las fuerzas nos van a poner el aliento, así que vamos a jugar con esa ventaja en casa», añadió.
El del sábado será el primer encuentro de máxima rivalidad regional para Ramírez en el banquillo rojiblanco, aunque aseguró que «no es algo nuevo para mí, que ya viví el que puede ser el derbi más caliente del mundo, entre el Gremio (de Portoalegre) y el Internacional, con millones de personas que lo siguen».
El canario reconoció al derbi asturiano como «probablemente el más caliente de España» y, aunque la estadística se muestra favorable a los intereses de los carbayones, «hay ganas de dar una alegría a la gente después de años sin ganar». «Tengo ganas de disfrutar la preparación de esta semana y afrontar el derbi con la máxima ilusión», zanjó Ramírez.
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