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A. MENÉNDEZ
GIJÓN.
Sábado, 30 de noviembre 2019, 02:42
Todo lo acontecido tras la derrota del viernes disparó la expectación en torno a la comparecencia de José Alberto López. Atrás quedaba el último entrenamiento en una semana alejada de los focos. Al margen del ruido. «Necesitábamos trabajar con tranquilidad», explicó después el técnico.
Ataviado con una camiseta negra con el lema 'Enjoy Sporting' y especialmente sonriente, José Alberto entró en escena antes de afrontar doce minutos de preguntas comprometidas, casi todas sobre su futuro. Muy pocas cuestiones fueron estrictamente deportivas. No descubrió la incertidumbre en el sistema ni la posibilidad de apostar por José Gragera ante las ausencias, más delicadas que nunca, en la medular. «Tiene opciones de ser titular», apuntó sin dar pistas.
Aparentemente relajado, como quien sabe que tiene poco que perder y mucho que ganar, repitió hasta en tres ocasiones idéntico mensaje. «Si damos nuestro mejor nivel, vamos a ganar», aseguró. «¿Si tengo fuerza? La tengo toda», añadió. «Esto es como termina, es un buen día para empezar la remontada», insistió. «Hasta este momento, todo ha sido muy cruel. Por eso creo que va a cambiar», repitió.
A las puertas de una final, en un momento marcado por la incertidumbre, el entrenador protegió a la plantilla de toda presión 'extra' por ganar. Ahí repitió el mensaje, desvelado por EL COMERCIO, deslizado a los jugadores el pasado miércoles en Mareo. «Quiero que sean ellos, que disfruten del partido y den su verdadero nivel», señaló. Muy mentalizado en exhibir un mensaje enérgico, José Alberto no esquivó la rueda de preguntas sobre su futuro. «Lo entiendo perfectamente», mantuvo, aunque «estamos hablando más de mí que del partido y del Sporting», señaló.
En su primera aparición pública tras el gabinete de crisis de urgencia pulsado por los rectores tras la derrota ante el Tenerife, concluido el pasado lunes con un encuentro con el entrenador en las oficinas, el técnico agradeció «la confianza» del club, que, tras una profunda reflexión y pulsar distintas opciones, lo mantuvo una semana más en el cargo. «He sentido mucha confianza desde el primer día que llegué a Mareo», agradeció para terminar reconociendo que comprende la envergadura de su situación personal, con el escenario del cambio si no se corrige desde hoy la trayectoria. «El entrenador no es un cargo vitalicio. Sé perfectamente dónde estoy», reiteró. «Estoy agradecido al club y a la afición. Es un gran club que valora el trabajo de los entrenadores», indicó.
Sí quiso dejar un mensaje entre líneas reivindicando el trabajo realizado por su cuerpo técnico, a pesar de los resultados obtenidos. «Hago un trabajo honrado y detallado, ahora bien lo que marca todo son los resultados. Nadie podrá criticar nuestro, trabajo, nuestra honradez, nuestra lealtad, pero lo que marca todo son los resultados», señaló, antes de desvelar el aprendizaje a lo largo de una estancia marcado por las dificultades. «Me considero mucho mejor entrenador que el año pasado y creo que tenemos mucho mejor equipo», dijo. Después, tiró de archivo con una analogía del pasado. « La situación es muy parecida a la del año pasado. Confiamos en qué va a haber un cambio», zanjó.
Dijo un último «gracias», se alejó de la sala de prensa para subirse al autocar y poner rumbo a Miranda de Ebro. Antes, José Alberto se dio un abrazo de despedida, emotivo, con Joaquín.
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