Para el objetivo fijado esta temporada, la trayectoria del Sporting estuvo cargada de decepciones. Casi hubo más que alegrías. Al menos, los disgustos se notaron más, quizá porque se esperaba un rendimiento mejor de la plantilla. El último revés fue el jueves, en la ... visita a Valladolid, donde el partido tuvo un desarrollo inesperado para la ilusionada y ejemplar afición rojiblanca.

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No es aún el tiempo de los análisis globales, porque queda, por lo menos, un partido, con la probabilidad y la ilusión de que sean tres. En Zorrilla se llegó a ver todo perdido, pero el gol de Jony cambió totalmente el panorama. Un 2-0 mete al Sporting en la final posiblemente contra el Zaragoza, pero sin dar por muerto al Numancia, que sería, sobre el papel, un rival más agradable.

Durante la temporada, el equipo de Baraja tuvo muchos accidentes como el primer tiempo de La Romareda, El Arcángel o la media hora final del primer tiempo en Valladolid. Pero el Sporting también tuvo partidos con triunfos convincentes, sobre todo en El Molinón, que mañana tendrá un ambiente con una presión más fuerte que la que encontraron los rojiblancos en Pucela, que fue uno de los factores que metieron a los vallisoletanos en el partido con más agresividad. Esa faceta le tocará mañana a los gijoneses, que tienen en juego la temporada en un partido.

Baraja ya reclamó el apoyo del público. El míster no puede dudar de esa ayuda, que en Gijón nunca le faltará, por muchas bofetadas que haya recibido la fiel afición rojiblanca. Lo que está en su mano es ordenar la alineación y que los jugadores respondan adecuadamente. Eso se logra con su mejor nivel. Es la forma de conseguir una remontada que tendría el carácter de épica.

Se pueden buscar precedentes de eliminatorias en una situación similar o ver que la mayoría de triunfos en El Molinón esta temporada tuvieron relevancia por el rendimiento del ataque rojiblanco, pero la historia tiene poco que ver con la realidad. El inquilino del banquillo gijonés cree en la remontada, objetivo al que se aferra la afición, pero lo fundamental será la disposición y el acierto de los 'artistas'. Ellos son los que tienen que sacar las castañas del fuego, aspecto que está a su alcance en función de la imagen que ofrezcan.

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El regreso de Álex Pérez debe dar más potencia a la altura de la zaga rojiblanca, pendiente de descubrir las cartas de Baraja para el ataque, previsiblemente con un delantero más específico al lado de Santos, aunque lo que se necesita es atacar mejor, no con más números. En cualquier caso, este aspecto entra dentro de la planificación de Baraja. Poco importa si en lugar de Rubén García juega Carlos Castro o Pablo Pérez, dos de las opciones que tiene, más la de Nano Mesa que tiene la vitola de 'pendiente de evolución'. Lo que vale es que el que salga tenga acierto en su rendimiento para contribuir a lograr el objetivo del 2-0 o del 3-1, que son los marcadores que están en la mente de la parroquia rojiblanca.

Hoy es en lo único que se piensa en el Sporting y su entorno. Y analizando el potencial de la plantilla, pese a los disgustos ofrecidos, hay motivos para creer en que sí se puede.

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