El Principado trabajará de la mano con Gijón y Orlegi para hacer de El Molinón sede del Mundial

Renovarse, pero sin perder la esencia. Ni tampoco la ubicación que hace de él el decano del fútbol español. Esa es la idea que subyace en la labor previa a la transformación de El Molinón. Desechado el proyecto inicial de la oficina de arquitectura de Fernando Sordo Madaleno, yerno de Alejandro Irarragorri, el nuevo dibujo, modificado, adaptado y «redimensionado», bajo los criterios recibidos desde los despachos del Ayuntamiento de Gijón y del Principado, empieza a vislumbrarse, por ejemplo, con reuniones como la de ayer en la sede de la Presidencia del Principado, en la que quedaron retratados los compromisos a tres bandas.

Diseñar el estadio de un club de cualquier deporte es una tarea difícil: por su magnitud, primero, pero, sobre todo, porque la necesidad de aunar distintos frentes, como le ocurre a El Molinón. No obstante, lo que suceda en las próximas semanas puede determinar no solo los tiempos de construcción del nuevo estadio, sino, y lo que es más importante, la propia viabilidad del proyecto Asturias 2030 para convertir el municipal gijonés en sede del Mundial que se repartirán España, Portugal y Marruecos.

«Creo que estamos sin duda ante una oportunidad única, en la que la voluntad puede realmente mover montañas. Es verdad que no todo lo que se sueña se logra, pero todos los grandes logros de la humanidad se dieron porque alguien los soñó». Las palabras del presidente del consejo de administración del Sporting retumbaron a su salida, a pocos metros de la entrada del edificio de Presidencia del Principado, donde minutos antes presentó el nuevo proyecto «redimensionado» para el nuevo El Molinón, de 45.000 aficionados y que no se moverá, y lanzó varios mensajes: «Asturias merece ser sede del Mundial por su historia, pero también lo requiere su futuro».

Primero, a eso de las 8.45 de la mañana, apareció el presidente del Gobierno del Principado y, a continuación, la viceconsejera de Cultura, Política Lingüística y Deportes. Después fue el turno de la alcaldesa de Gijón y su segundo teniente de alcalde. Y, ya sobre la bocina, la delegación del Sporting, retrasada ligeramente por un accidente de tráfico que entorpeció su entrada en la ciudad. Todos ellos se encontraron en una de las salas de la segunda planta del edificio de Presidencia. Fotos de rigor, protocolarias, más bien frías, sin demasiados gestos de complicidad, al igual que los saludos, y cierre de puertas. Sobre la mesa, el proyecto Molinón 2030, con una hora y unos cuantos minutos más de conversación.

El calendario es una obsesión del club. Al igual que los pasos a dar. Como el de ayer. «Lo hemos hablado y trabajado. Se debe destacar que se ha llegado a un acuerdo sobre cómo nos presentaremos ante la Federación Española de Fútbol para poder ser candidatos. Con mucha fuerza y potencia para tener la oportunidad de ser sede», insistió Alejandro Irarragorri.

El presidente del consejo de administración del Sporting, acompañado por su vicepresidente Alfonso Villalva, el presidente ejecutivo David Guerra, el arquitecto Fernando Sordo Madaleno -que lleva en la ciudad desde el domingo junto a parte de su equipo-, y la gerente de proyectos de la oficina de arquitectos, Alba Díaz Muñiz, quiso, con esta reunión a tres bandas, la primera, demostrar la unidad entre administraciones que requiere el proyecto, al que le 'comen' las fechas. De esta manera, se da el necesario impulso que requiere el proyecto mundialista de El Molinón y se remata, con la máxima agilidad, el protocolo de intenciones entre las tres partes, en el que quedará reflejada la voluntad de Principado, Ayuntamiento de Gijón y Sporting de colaborar en caso de que El Sporting sea sede del Mundial. Sobre la mesa ayer, las líneas del nuevo estadio, el nuevo diseño en el que el despacho de arquitectos lleva trabajando desde que se descartara el planteamiento inicial.

Pasadas las 10 horas de la mañana se abrieron las puertas de la sala de reuniones y aquellos que se encontraban en su interior empezaron a descender a una planta baja tomada por los medios de comunicación. «Hemos escuchado al Principado y a la sociedad y se ha redimensionado un proyecto que, más que un estadio, es una continuación de la forma en que se vive en Asturias y en Gijón. Es un proyecto para la gente», dijo Alejandro Irarragorri, que confirmó dos cosas. «La idea es que El Molinón siga en la misma ubicación -tal como habían solicitado tanto Ayuntamiento como Principado- y estamos pensando un estadio modular, de 45.000 personas, que se adapte para ser sede del Mundial y también para lo que el futuro conlleve», confirmó la cabeza visible del Grupo Orlegi tras presentar el nuevo proyecto redimensionado -la palabra ayer más empleada-.

El nuevo El Molinón, pues, no se moverá, ni tampoco perderá su lugar en la historia como el estadio más antiguo de España. «Asturias puede soñar con ser sede del mundial. Un proyecto que puede generar una revolución. Lo merece por su historia, pero también lo requiere su futuro», hizo hincapié. «Es un proyecto para la gente y estamos totalmente comprometidos con trabajar con las distintas instituciones y actos que se requieren para hacer de este gran sueño una extraordinaria realidad», puntualizó.

La reunión, en la que se dieron pasos adelante, permitió alcanzar «un acuerdo para presentar ante la Federación Española para poder ser unos de los candidatos a ser sede», insistió Irarragorri, que pidió tiempo para concretar el cómo del proceso de construcción del nuevo estadio. «Más allá de la cuestión financiera, lo más importante es que hemos salido de la reunión convencidos del apoyo del Principado porque este camino solo podemos recorrerlo juntos. El Principado lo entiende. Se ha dado un paso importante para ser sede del Mundial», explicó por su parte la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón.

«Estamos en un momento de conocer el proyecto que nos acaban de presentar. Es un proyecto en el que creemos, muy relevante para Asturias, y hay que plasmar todo ello en una declaración de intenciones que podamos firmar cuanto antes», añadió la viceconsejera Vanessa Gutiérrez. «Vamos a trabajar con rapidez ahora para concretar nuestro apoyo al proyecto en un protocolo en el que manifestemos que vamos todos de la mano».