Jesús Bernal (Muniesa, Teruel, 1996) no lo ha tenido fácil para llegar al fútbol profesional. El mediocentro turolense jugó en el filial del Zaragoza, pero luego comenzó un camino que le ha llevado de la Tercera División a la Segunda B y la Primera RFEF, para acabar esta pasada temporada en Segunda con el Racing de Ferrol. Ahora, a sus 27 años, se ha convertido en el primer fichaje del Sporting para la próxima temporada. La primera piedra del nuevo proyecto. «El Sporting acierta con su fichaje», sentencia Javier Manjarín, actualmente segundo entrenador del Racing de Ferrol y leyenda rojiblanca.
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Todo ese trabajo desarrollado durante años, sin perder nunca de vista la meta de llegar al fútbol profesional, ha convertido a Jesús Bernal en un jugador «estable y centrado, dentro y fuera del campo. Es un futbolista que hace mejor al resto. Siempre está para ayudar a todos, para hacer las coberturas y, si tiene que filtrar pases, también lo hace», le define Néstor Susaeta, exjugador del Real Oviedo y compañero suyo en el Rayo Majadahonda.
El exfutbolista azul y el nuevo fichaje del Sporting trabaron una buena amistad durante las dos temporadas que pasaron juntos en Madrid. Bernal ya había pasado por el Ardave, la Cultural Leonesa y el Atlético Levante, siempre con buenos números de participación. Bernal, jugando de seis, y Susaeta, haciéndolo de ocho, conformaron una buena sociedad en este equipo. «Sus números no son una casualidad, es un futbolista que no ha tenido lesiones y que juega con todos los entrenadores, con los que proponen un fútbol más de toque y con los que son más conservadores».
Una de las cuestiones que más destacan quienes le conocen es su capacidad para abarcar mucho campo y estar siempre pendiente de las necesidades del equipo. Ya lo hacía con 21 años en el Ardave, a donde llegó con «humildad» para hacerse pronto un hueco y ser uno más del equipo. «Era el primer año en Segunda B del club y él vino de fuera muy joven asumiendo la responsabilidad de ser titular. Es un futbolista que no para de correr, que hace muy buenas coberturas defensivas y que, con balón, ha dado un paso adelante», explica Alberto Miñambres, compañero de Bernal en este equipo e hijo de Felipe Miñambres, otro mito rojiblanco. «Con 21 años era muy inteligente tácticamente, siempre ocupaba los espacios vacíos. Estaba donde el equipo le necesitaba».
La regularidad es una de las características que definen a este mediocentro que destaca por su capacidad para recuperar balones. En la liga regular de Segunda que acaba de finalizar ocupó la segunda posición en esta estadística entre jugadores de campo, solo por detrás de Anaitz Arbilla, con 255 balones recuperados, más que muchos porteros. «Es un jugador que da mucho en defensa, aunque con el balón tampoco lo hace mal. Va bien en el juego aéreo, aunque no un futbolista corpulento, sino más bien delgado. Tiene muy buena movilidad y ayuda mucho en los costados, entiende muy bien ese juego», sostiene Javier Manjarín.
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El camino al fútbol profesional es duro y solo la idea de que siempre hay que estar preparado porque la oportunidad puede llegar en algún momento es capaz de mantener viva la llama. Su gran oportunidad le llegó en Ferrol, de la mano de Cristóbal Parralo y Javier Manjarín. En su primera temporada en Galicia logró junto a sus compañeros el ascenso a Segunda y su paso al fútbol profesional. «Es un jugador que se cuida mucho. Con nosotros creo que solo se perdió un entrenamiento. Es alguien con quien siempre puedes contar, dispuesto a ayudar y a afrontar cualquier adversidad. Y, aunque este año al principio le costó un poco, es de los que más minutos ha jugado con nosotros. Ha ido de menos a más».
En el aspecto personal, quienes han estado cerca de él no le ponen ni una pega. «Cuando llegó al Ardave, no lo hizo en plan crecido, al contrario. Se integró muy bien», recuerda Alberto Miñambres. Muy buena opinión de él tiene también Enol Coto, ex del Sporting que compartió vestuario con Bernal en Ferrol el año del ascenso. «Aquel fue el primer año que yo salía de casa. Vino a hablar conmigo porque sabía que era difícil. Es un chaval muy sencillo». Ahora, a Jesús Bernal le queda el reto de integrarse en el vestuario del Sporting y jugar en El Molinón, un estadio complicado por la presión ,pero con el sueña que todo el que lleva años trabajando para ser profesional.
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