Villalba, Pablo García, Gaspar y Guille Rosas, en la Terminal 1 de Barajas, a la espera para embarcar en el avión que les llevó a México. RSG

Sporting

El primer choque de Ramírez

Tras seis meses de paz y discurso unificado, el entrenador del Sporting protagonizó esta semana el primer desencuentro con la dirección del club

Miércoles, 12 de julio 2023, 01:50

El primer desencuentro público entre Miguel Ángel Ramírez y la dirección del Sporting tuvo su punto de partida muy lejos de Gijón. En Ecuador. El entrenador del club rojiblanco recibió a primera hora de la mañana del lunes una llamada del Barcelona S. C. de ... Guayaquil, el principal equipo de este país, ofreciéndole el puesto de preparador y un jugoso sueldo. La noticia trascendió en medios ecuatorianos, que daban por hecha su llegada y, tras una charla a media mañana con el presidente ejecutivo, David Guerra compareció ante los medios confirmando la oferta recibida por el entrenador, pero sin poder asegurar su continuidad. Lo que sí hizo fue garantizar que la situación se resolvería rápido y apelar al «compromiso» que se exige a todos los empleados del club y que siempre había visto en el preparador canario.

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No fue hasta última hora de la tarde cuando la situación se dio por resuelta tras una reunión entre Ramírez, Guerra y Gerardo García, director de gestión deportiva del club.

Las horas que pasaron entre ambas conversaciones dejaron traslucir el descontento del entrenador con una planificación deportiva que no acaba de arrancar. Con el capítulo de salidas atascado y muchas fichas en la primera plantilla, es difícil que lleguen nuevos jugadores. De hecho, además de los cedidos que han regresado a Mareo, solo el portero Rubén Yáñez puede ser considerado como fichaje.

Desde su llegada a Gijón en enero del pasado año, Ramírez se ha mostrado fiel al discurso de Orlegi, propietario del Sporting. «Me gusta ayudar al club a crecer como estructura y desarrollar el talento que pueda haber», afirmó en su presentación.

Con una idea de juego dominador, Ramírez se encontró con una plantilla que llevaba meses pensando en la presión fuerte y las transiciones rápidas. Costó ajustar las piezas, con continuos cambios, pero siempre con un respaldo firme por parte de la dirección del club. Tras la última jornada, Ramírez pidió una «revolución» en la plantilla, aunque apuntó que no sería posible hacerla en un solo mercado.

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De regreso de las vacaciones se ha encontrado con los mismos jugadores, algunos descartes suyos, y sin ninguno de los refuerzos, una situación que ha llevado al primer choque de calado con la dirección del club. La reunión de la tarde del lunes sirvió para calmar los ánimos y ratificar la fe de las dos partes en un proyecto y una forma de trabajar en la que entrenador y gestores van de la mano. De hecho, fuentes próximas al preparador sostienen que nunca llegó a plantearse su salida con rumbo a Ecuador. Pero, si los resultados no llegan, el primer señalado será el propio técnico.

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