«El nuevo Molinón será un estadio pensado para la 'Mareona'». Así lo ha confirmado esta mañana el arquitecto mexicano Sordo Madaleno, yerno de Alejandro Irarragorri, y autor del planteamiento de la nueva reforma para el feudo rojiblanco que requerirá de una inversión ... de 150 millones de euros. El presidente del consejo de administración del Sporting Alejandro Irarragorri vivió una mañana intensa en El Molinón, donde realizaron tres presentaciones distintas del proyecto 'Asturias 2030'. La primera a represenantes federativos, Consejo Superior de Deportes y Gobierno local; la segunda a los ediles de los grupos municipales del Ayuntamiento de Gijón y la tercera y última, para el público en general, medios de comunicación y representantes de clubes deportivos, empresas e instituciones asturianas.
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Fernando Sordo Madaleno fue el encargado de explicar el desarrollo conceptual del nuevo estadio, que tendrá una cubierta metálica roja con anillos exteriores de acceso y respetará los bajos comerciales y potenciará los espacios de uso recreativo y hostelero, así como el entorno en el que se sitúa. Tal y como adelantó EL COMERCIO, el color rojo será el que luzca el nuevo estadio y habrá un amplio espacio dedicado a la hostelería en su cota más alta de la zona suroeste, desde el que a modo de mirador panorámico se podrá ver la playa de San Lorenzo.
Solo dos días después de firmar con el Principado y el Ayuntamiento el protocolo de intenciones para apoyar la candidatura gijonesa al Mundial de fútbol, el Sporting ha querido aprovechar la gran expectación que genera el derbi asturiano para hacer pública su propuesta de reforma e imprescindible ampliación de El Molinón.
En un principio, también se quería aprovechar la presencia de Pedro Rocha, presidente de la gestora de la Federación Española de Fútbol (FEF), invitado a asistir al encuentro, para presentarle el proyecto, pero finalmente Rocha, que anoche cenó con los responsables del Sporting, tuvo que abandonar a primera hora de esta mañana Gijón por motivos personales. Fue María Tato, integrante de la comisión evaluadora para el Mundial 2030, la que representó a la Federación Española en la primera presentación de esta mañana, a la que también asisiterion los concejales de Urbanismo, Jesús Martínez Salvador; Relaciones Institucionales, Jorge González-Palacios, y Deportes y Educación, Jorge Pañeda. María Tato estuvo arropada por el presidente de la Asturiana, José Ramón Cuetos Lobo, y Juan María Carnicer, director del gabinete de la Presidencia del Consejo Superior de Deportes.
En la presentación pública del proyecto, a la que se sumó Vanessa Gutiérrez, en representación del Gobierno del Principado, el presidente ejecutivo del Sporting, David Guerra, abrió el acto con un repaso de los pasos que se habían dado hasta llegar a este momento. «Entrar en esta carrera fue una de las primeras decisiones que tomamos y lo conseguimos en el último minutos gracias a vuestro apoyo y también conseguimos que Gijon y Asturias estuvieran en ingualdad de condiciones que los grandes estadios de este país», argumentó. Guerra recordó que, en un primer momento, presentaron un proyecto pensado para el desarrollo de la ciudad y del estadio «que iba hasta los 300 millones de euros». «Después de los cambios en las instituciones, escuchamos a los representantes de los ciudadanos y a las autoriades y conseguimos aterrizar el proyecto a la mitad de inversión, pero que conservara la antigüedad del cesped como el más antiguo del fútbol español y que estoy convecido de que será el más antiguo también en albergar partidos de una Copa del Mundo», añadió.
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Tras la intervención de David Guera, tomó la palabra Fernando Sordo Madaleno para desgranar los detalles de su propuesta de renovación del estadio, que ampliará su aforó hasta las 43.000 localidades para el Mundial y que se reducirán hasta dejar la capacidad de El Molinón en 32.000 asientos definitivos, con la posibilidad de ampliar su aforo para cualquier evento que así lo requiera. De los asientos actuales, Sordo Madaleno cuantificó en unos 17.000 los que se podrán conservar. «No queríamos que la inversión de ese espacio de ampliación no se usara en otras cosas y como se trata de un espacio en una cota de 30 metros de altura tendrá vistas panorámicas a toda la ciudad, por lo que se podrá hacer un espacio cultural itinerante para exposiciones a lo largo del año enfocados, sobre todo, a artistas aturianos», explicó Sordo Madaleno.
El arquitecto también quiso destacar como aspectos fundamentales la integración de El Molinón en su entorno y la accesibilidad. «Siempre nos pareció muy interesante el Kilometrín como una extensión que utiliza la gente como hilo conductor entre la playa y el estadio, así que queremos generar una nueva dinámica con las rampas que serán una prolongación del Kilometrín», comentó. «Habrá ascensores, pero además las rampas tendrán un 6% de pendiente y las gradas y todos los espacios de estadio serán accesibles a todo el mundo», señaló.
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Después de que Fernando Sordo Madaleno mostrara en imágenes toda la distribución de espacios ideada para la cita mundialista, con un amplio mirador en la cota más altas de la zona suroeste destinado a usos hosteleros, como ya había adelantado este periódico, tomó la palabra el presidente del Sporting, Alejandro Irarragorri. El empresario mexicano repasó la importancia para la ciudad y la región de una oportunidad como la de ser sede de un Mundial y quiso dejar claro que «nosotros no somos constructores y no venimos a hacer desarrollo inmobiliario, serán las empresas asturianas los que obtengas esos beneficios». «Nuestro beneficio está en la razón de participar en el fútbol como generador de valor, un valor emocional y aspiracional, y la capacidad que tiene de generar derrama económica y oportunidades en la comunidad donde estamos y esta es una oportunidad enorme», argumentó.
Irarragorri quiso mostrar públicamente el regalo que le habían hecho a María Tato, de la comisión evaluadora. Se trató de una almohadilla original del Mundial 82, en la que figuraban todas las sedes de la fase de grupos, entre ellas El Molinón y el Carlos Tartiere. Con ello, quiso ejemplificar que si en aquel momento Asturias contó con dos sedes, «cómo les explicaremos a nuestros hijos y nietos, que en esta nueva oportunidad no tengamos ni una». «Esto es de todos, hace tiempo que dejó de ser del Sporting y es responsabilidad muy grande que tenemos todos de agregar algo para que sea realidad», zanjó para finalizar el acto.
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Este sábado ha sido la primera vez que los concejales han visto el nuevo diseño, que los responsables del club ya mostraron en diciembre en Presidencia del Principado en una reunión con Adrián Barbón y la alcaldesa de Gijón, a la que asistió Fernando Sordo Madaleno.
El Sporting de Orlegi, que presentó la candidatura de El Molinón con un macroproyecto de más de 300 millones de euros que incluía la construcción de nuevo estadio desplazado hacia el este, ha tenido que redimensionar su planteamiento a petición de la nueva Corporación municipal. La exigencia más importante fue la de mantener la ubicación del terreno de juego para que El Molinón siga siendo el campo más antiguo del fútbol profesional español, una de las bazas principales con las que ahora el club quiere dar valor a la candidatura de Gijón.
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