En una tarde muy emocionante en Cantabria, con Manu Preciado «orgulloso» de la huella dejada por su padre, el inolvidable entrenador del Sporting, fallecido tristemente en 2012, alcanzó la eternidad también en Astillero. Un busto suyo fue descubierto e inaugurado en el Parque de La ... Planchada, uniéndose a la estatua que sirve de punto de peregrinación de aficionados desde junio de 2013 en El Molinón.
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El lugar no fue casual. En Astillero nació y creció el carismático técnico, el segundo entrenador que más partidos dirigió en la historia del Sporting. Y en ese parque comenzó su relación con el balón. En partidos callejeros de «mil contra mil». «Vayas donde vayas, siempre se acuerdan de él», recordaba Manu Preciado, quien estuvo ayer acompañado de su hija, Valeria, y de una representación del Racing de Santander, con José Alberto a la cabeza. No faltó, por supuesto, el Sporting, con Roberto Canella, uno de los hijos deportivos de Preciado, y José Antonio Redondo, desplazándose hasta Cantabria para participar.
El evento se enmarcó dentro de los actos del décimo aniversario de una peña del Racing radicada en Astillero, el pueblo de Manolo Preciado.
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