'El Pingüino', como caído del cielo para el Sporting de Gijón

El certero estreno de Garitano, que acabó con una línea de cinco para rebotar la lluvia de balones al área de Marc Mateu, que cortó nueve jornadas de sequía y más de cinco meses sin ganar a domicilio, tuvo de todo. Hasta dos alertas del VAR. La primera, para avisar del penalti a 'Duba', origen y ejecutor en el segundo gol. La segunda, para invalidar un gol empujado con una mano astuta de Fede Vico, cuando el Eldense empezaba a apretar. Pero aguantó el tormento el equipo, jornalero hasta el final.

El Sporting ideó un choque áspero y cuadriculado en Elda. Nada vistoso, ni fluido, pero muy meticuloso sin balón. Garitano forró su patio trasero, cortando el vuelo de sus laterales. Kevin y Diego, superando en la elección final a sus homólogos más aventureros, como Guille, escoltaron a Maras y Róber Pier. Todos dieron un paso atrás. Por delante, Olaetxea, Nacho Méndez y Gelabert, hiperactivo, se escalonaban según el perfil y la circunstancia. De partida, mandó con el balón el Eldense. Pero lo hizo a través de un fútbol cansino y poco cortante. El balón transitaba con tanta tensión como reservas. Un duelo pendular.

El Sporting, cada vez más cómodo, saludó primero. Una ingeniería de laboratorio de siempre. Un córner pateado por Gelabert, tenso y raso, hacia el exterior del área. Nico Serrano armó la pierna y descargó, rebotando el balón en el pecho de un futbolista del Eldense. Jugando con la calculadora los dos, el equipo de José Luis Oltra no se quedó con el susto en el cuerpo, contestando con uno de sus puntos fuertes: el balón parado de Marc Mateu. Aunque Garitano mandó seguro un aviso para navegantes en la charla previa, Maras se llevó por delante a Gassama en una disputa y acercó al francotirador valenciano al área. El pateo posterior de Mateu, malintencionado siempre con esa zurda de cirujano, lo rebotó de emergencia un acrobático Yáñez. Por lo demás, sin la inyección del balón parado, el espectáculo bajaba en graduación, amarrado por el orden y la necesidad de los dos oponentes y las faltas tácticas.

El Sporting abrazó la primera hora casado con esa disciplina castrense, obsesionado con proteger a Yáñez, pero sin fuegos artificiales al otro lado del campo. Demasiado apretados atrás, Gelabert, Dubasin y compañía tenían que recorrer muchos metros para ver de cerca al exrojiblanco Dani Martín, en bata y zapatillas por falta de curro. Solo hubo un 'uy' en un pateo mordido de Dubasin. Pero tampoco Yáñez se despeinó en exceso.

Cerca del descanso, la bombilla del mejor jugador del Sporting se encendió. Dubasin levantó los ojos y vio a Gelabert dibujando un desmarque que parecía imposible de conectar. Entre las piernas de Fran Gámez coló el balón. Y el palentino acarició la pelota con la derecha, sutil y talentoso, y este entró lentamente. Al Eldense le entraron las prisas. También a sus feligreses, pidiendo varios penaltis, en una lluvia de balones al área de Yáñez.

De la caseta salió un Sporting igual de especulador y aplicado en su faena. Y contragolpeador. Juan Otero estuvo a un tris de hacer el segundo, en un remate dentro del área tras una jugada cosida por Dubasin y Gelabert, los dos mejores arriba. Pero el balón salió tirando besos al poste izquierdo de Dani Martín.

En todo caso, la necesidad del Eldense le llevó a echarse al monte. Y el Sporting empezó a conceder peligrosamente saques de esquina, aplaudidos por el Pepico Amat y con Marc Mateu de ejecutor. Tras uno de ellos, Gassama se quedó mirando frente a frente a Yáñez. Pero cuando iba a apretar el gatillo, Kevin le birló el balón. Un pestañeo después, una disputa aérea de Otero, terminó con Dubasin corriendo hacia Dani Martín. 'El Pingüino' perdía el control del balón, pero tocó y el meta gijonés se lo llevó por delante. Dubasin, tras el chivatazo del VAR, marcó el penalti. Ocho goles y nueve asistencias. El once de Oltra pudo conectarse al choque en un remate de Gassama que flotó sobre la línea, tras dar en el larguero, y que empujó dentro Fede Vico. Pero el 'frame' del VAR, rebobinando, detectó una mano 'maradoniana' de Vico, apagando la ilusión del Pepico Amat, advertido por megafonía del lanzamiento de objetos.

Garitano ya había empezado a bajar la persiana al partido, dando entrada a Guille y a Nacho Martín. Y, antes, a Pablo por Nico Serrano. Pero el gol de Ortuño aceleró el puso al partido de camino al final. Yáñez, estupendo ante la embestida de Ropero, evitó el vuelco. Hasta el 102 se fue el partido, con el Sporting de Garitano resistiendo para abrochar un triunfo casi salvador.