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ANDRÉS MAESE
Lunes, 11 de febrero 2019, 03:04
La vida de portero en el fútbol no es sencilla. Dicen, los que defienden la portería, que son diferentes al resto porque visten de distinta manera a sus compañeros, utilizan las manos en un deporte en el que se juega con los pies y sus actuaciones difícilmente pasan inadvertidas tanto para lo bueno como para lo malo. Además, en el caso de que su entrenador decida apostar por otro compañero, su suplencia es prácticamente indefinida.
Le ocurrió a Diego Mariño cuando aterrizó en Gijón. Su principal competencia, Iván Cuéllar, apenas faltó a un partido y tuvo que esperar su oportunidad en el banquillo. Esta llegó en su segunda campaña en el Sporting. Desde entonces, apenas ha dejado opciones, primero a Óscar Whalley y ahora a Dani Martín, para disputar minutos en la Liga.
El gallego se ha convertido en las dos últimas temporadas en un pilar fundamental e indiscutible del Sporting. Sus paradas han merecido el elogio unánime de la afición. Intervenciones imposibles que ayudaron al equipo a lograr clasificarse para el 'play off' el pasado curso y que esta campaña sirven para que el equipo no perdiera más puntos de los que ya ha dejado en el camino.
«Estoy muy feliz en Gijón. Estoy teniendo minutos en un equipo como el Sporting, lo cual es todo un orgullo», asegura uno de los pocos hombres que aprueban, y con nota, el examen de esta temporada. Dolido por la derrota ante Osasuna, Diego Mariño analiza para EL COMERCIO su tercer año en el cuadro gijonés.
«Uno siempre busca un destino para ser protagonista porque los jugadores somos egoístas», explica sobre su llegada al Sporting. Le tocó esperar su oportunidad y en su primer año dejó su sello en el Santiago Bernabéu. Un partido que los rojiblancos merecieron más ante el Real Madrid gracias, en parte, a su actuación. Pero el partido se perdió.
Dos temporadas después, Mariño se encuentra en el selecto grupo de ocho jugadores que han diputados todos los minutos de la Liga: 2.160 en total. Unas cifras que se asemejan a las de la pasada campaña en la que solo se perdió un partido y en la que estuvo sobresaliente. «Lo que más deseamos es no intervenir porque es buena señal, pero en el fondo queremos parar porque es lo que más nos gusta hacer», destaca.
A la hora de hablar de su rendimiento en el campo, Mariño es sincero y honesto: «Por suerte estoy apareciendo con buenas paradas. Lo mejor de mi profesión es tener buenas actuaciones que ayuden a ganar partidos». Un hecho, el de participar en conseguir los tres puntos, que en las últimas semanas se complica más de lo esperado como sucedió el pasado viernes.
«No estuvimos bien ni defensivamente ni ofensivamente, les regalamos los dos goles. No hay más resumen que hacer del partido», recuerda, mientras lamenta la ocasión perdida. Una derrota que aleja, una semana más al equipo del 'play off' de ascenso. «Tuvimos varias opciones para engancharnos y fallamos. Pero para lo bueno y para lo malo la Segunda División es muy larga y nos dará más oportunidades», apunta el portero, que cree en el ascenso.
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