Pelayo Morilla evita el quirófano

Hace algo más de una semana, en un entrenamiento de sábado con el Algeciras, Pelayo Morilla sufrió un contratiempo en su progresión. Ya había dejado atrás dos graves lesiones, una rotura del ligamento cruzado por cada rodilla, pero en una acción fortuita sufrió una molestia en la rodilla izquierda que disparó las alarmas. En un primer momento, el jugador se asustó, trasladándose en mitad de la semana pasada a Gijón para ser examinado por los médicos del club.

Las pruebas a las que fue sometido determinaron que el canterano sufre una rotura parcial del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, la última de la que fue intervenido. Pese al historial del jugador, no obstante, los chequeos no apreciaron inestabilidad en la rodilla del futbolista, por lo que, en principio, Morilla no tendrá que pasar otra vez por el quirófano. Una 'buena noticia' para el jugador, con el que se ha cebado el infortunio en los últimos años. En este sentido, el extremo será sometido a nuevas pruebas esta semana para determinar los plazos de la recuperación, siendo sometido a un tratamiento conservador, evitando así la cirugía.

Hasta la fecha, en su cesión en Algeciras había disputado un total de cinco partidos, recuperando poco a poco sus sensaciones e, incluso, la alegría de marcar un gol. Fue el 19 de septiembre, en el derbi frente a la Balompédica Linense, saldado con una goleada que cerró el futbolista del Sporting. El jugador ya cuenta las horas para comenzar el proceso de su recuperación, combinado con descanso, para volver cuanto antes a la competición.

«Estoy un poco triste por no asentarme en el primer equipo por un cúmulo de lesiones y circunstancias, pero lo pasado, pasado está. Quiero reencontrarme como futbolista, disfrutar jugando», anunció el futbolista en una entrevista con EL COMERCIO unos días antes de celebrar aquel gol. En todo este proceso, Morilla ha ganado madurez y fuerza mental, por lo que, los que le conocen, tienen pocas dudas de que en breve ya estará dando guerra.