![La pasión no pasa de la puerta](https://s1.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2025/02/08/102203414-kI2B--1200x840@El%20Comercio.jpg)
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Un 'hola' del sportinguismo a sus futbolistas tan ardiente como multitudinario, con miles de personas citadas casi dos horas antes del inicio del partido, se vio contrarrestado por el gris encuentro que brindó el equipo de Rubén Albés, atrapado en la tela de araña ... del Eibar, que le hizo pasar un mal trago hasta cuando jugó con uno menos.
El Molinón tenía ganas de marcha y se había inflamado para la ocasión, pero el fuego se fue apagando con el desarrollo del encuentro, decreciente. A la prolongación ya se llegó con la grada despejándose y un amago de incendio final que apagó Guille Rosas. La despedida al equipo fue tan fría como la tarde, que había empezado a todo gas.
El recibimiento al Sporting, como en las grandes citas, fue explosivo, congregando a miles de personas tras el llamamiento efectuado por la Grada de Animación. El autocar del Sporting se hizo esperar hasta las cinco de la tarde –el límite que marca la Liga–, momento en el que apareció en escena, siendo escoltado por una marabunta sportinguista que le abría paso en un frenético pasillo humano en rojiblanco que enloquecía durante el trayecto. Varios agentes de policía vigilaban la manifestación festiva del sportinguismo.
Las bengalas, las proclamas a favor del equipo, los golpes que retumbaban en el autocar (desde fuera y desde dentro), se unieron para componer la banda sonora y el color de la previa, con la afición buscando el remonte antes del inicio del partido. Rubén Albés, uno de los primeros en descender del autocar delante de la puerta del aparcamiento, se giró a ambos lados y aplaudió el apoyo del sportinguismo en un gesto de agradecimiento.
Dentro del estadio, el césped de El Molinón presentó una imagen poco habitual, casi desconocida, en una batalla con la que llevan lidiando los jardineros casi desde el verano. La lluvia y el frío de los últimos días acentuó la mala impresión de ayer, con un campo desconchado y zonas enmarronadas. El césped preocupa. Lleva presentando problemas desde julio, acusando las altas temperaturas que hubo entonces, como sucedió en Santander y en algunos campos del norte.
No obstante, el equipo de trabajo de Eva Sánchez-Céspedes, la responsable de jardinería del club, había logrado contrarrestar el deterioro con una serie de tratamientos en la primera vuelta. Pero ya en el parón de invierno, el césped enfermó, perdiendo densidad de planta, lo que, sumado a las oscilaciones de temperatura y a las lluvias, que ablandaron el terreno, deterioró por completo el verde con dos partidos consecutivos en casa.
Ayer por la noche, nada más terminar el choque, personal del club se puso manos a la obra para comenzar a pinchar el césped y a iniciar una serie de tratamientos que se extenderán a los próximos días. Entre las medidas se ha aplicado un tratamiento novedoso con enzimas que se espera que fructifique pronto, además de resiembras, recebos y el trabajo diario con las lámparas. La idea es que el verde de El Molinón vuelva a lucir una óptima imagen contra el Almería.
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