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Kravets, a su salida al campo, con la bandera de Ucrania, en el último partido en El Molinón. ARNALDO GARCÍA
El partido más difícil de Kravets
Sporting

El partido más difícil de Kravets

El futbolista del Sporting, que ha podido traer a su madre a Gijón, lucha por la salvación del equipo y sufre con el día a día de Ucrania un mes después de que estallara la guerra

JAVIER BARRIO

GIJÓN.

Viernes, 25 de marzo 2022, 01:16

«La gente en Ucrania es muy valiente y Vasyl es así. Y esa valentía la está demostrando siguiendo concentrado en su profesión y en el Sporting, pese a la situación que tiene en su país. También está luchando por Ucrania», resumían ayer con orgullo desde el entorno del lateral rojiblanco, quien, por la mañana, con la cara de concentración de siempre, se ejercitaba en el campo número 2 de Mareo. El equipo encara mañana un encuentro crucial ante el Cartagena (El Molinón, 18 horas). Y Kravets, que regresará a la titularidad tras su obligada baja en Leganés, seguirá ubicado en el más difícil todavía, jugando dos partidos en uno. La búsqueda de la salvación del Sporting, por un lado, y la de resistir cumpliendo con su profesión al año más difícil de su vida. La pesadilla que vive desde hace exactamente un mes.

Este sábado, posiblemente esté en El Molinón su madre, Lilia, quien salió de Ucrania hace una semana y media. Desde entonces se encuentra en Gijón junto a su hijo, la pareja de este (Yarinka) y su nieta (Emilia). Pero el padre y el hermano pequeño de Kravets siguen en Ucrania, en Leópolis (Lviv). Ayudan en todo y a todo el que pueden dentro de esta bonita ciudad próxima a la frontera con Polonia, sacudida recientemente por las bombas, que destruyeron una zona de reparación de aviones en el aeropuerto, a unos siete kilómetros del centro. Es la fotografía del hogar del futbolista del Sporting, que ha sorprendido en Mareo por su cercanía y buen humor -mucho más serio en todo este tiempo-, pero sobre todo por un grado de profesionalidad excepcional dentro de una coyuntura extrema.

De momento, salvo ese episodio, el entorno del jugador transmite una tranquilidad relativa sobre la situación que se respira en Leópolis. Kravets está en contacto permanente y casi diario con su padre y, también, todos los amigos que tiene allí, siendo al mismo tiempo un altavoz a través de sus redes sociales para denunciar lo que está padeciendo su país. En el último partido en Gijón, ante el Tenerife, salió al campo con la bandera de Ucrania, mostrando su apoyo a sus compatriotas. Luego, a jugar. Esa fue la gran encrucijada a la que se tuvo que enfrentar hace un mes, cuando los tanques rusos entraron en su país y destrozaron su vida. «Quiero ir a la guerra y ayudar a mi gente, pero no sé cómo disparar», gritó desesperado entonces. Pero para su familia era importante que siguiera con su profesión.

Lilia posiblemente vea mañana el partido de su hijo en El Molinón. Su padre y su hermano pequeño, en Leópolis

Solo faltó a una sesión

Desde ese día, Kravets solo se ha perdido un entrenamiento por la lógica conmoción inicial que supuso la invasión y ha jugado los tres partidos que ha podido disputar, siempre entre los destacados dentro del rendimiento discreto que ha ofrecido el Sporting últimamente. La salvedad fue Butarque, pero por la 'cláusula del miedo' que incrustó el Leganés en las negociaciones para acceder a su cesión. No ha querido ni perderse las sesiones vespertinas de 'coaching' que Joseba del Carmen introdujo en el 'menú del día' de la plantilla desde hace unos días.

A finales de enero pudo reunir a su familia al completo durante unos días en Asturias, aprovechando para recorrer toda la comunidad y hacer una visita a Covadonga, y para celebrar de paso el octavo cumpleaños de su hermano pequeño. «Mi familia es mi vida», reconoce el futbolista. Semanas después, en vísperas del partido contra el Zaragoza en El Molinón, estallaría la guerra en Ucrania. Y desde entonces vive luchando en dos realidades, la del Sporting, que necesita ganar este sábado a toda costa para salir cuanto antes de su situación, y la de su país, contra la que se rebela como puede. Mañana, en otra prueba de resistencia, volverá a jugar por el conjunto rojiblanco y por Ucrania.

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