Pablo García, jugador del Sporting de Gijón: «La afición no está contenta, pero si no confiamos en nosotros mismos, ¿quién lo va a hacer?»

Pablo García fue el hombre de la jornada de ayer en el Sporting de Gijón después de anunciarse su renovación. El futbolista, que entró en la Escuela de Mareo con diez años y ha ido escalando categoría a categoría hasta asentarse en el primer equipo, celebró esta mañana la ampliación de su contrato hasta 2028 con el club de su vida. «Es un paso muy importante para seguir vinculado al Sporting de Gijón y continuar creciendo», afirmó un jugador que se acuerda en estos momentos de su familia, sus amigos y su perro, «que se está haciendo famoso», pero también de sus abuelos, «que estas navidades pasaron unos momentos complicados. Para ellos va esta renovación».

La alegría por poder continuar su carrera en el fútbol profesional en el club donde ha ido quemando etapas hasta consolidarse como profesional no oculta que el equipo está pasando por un momento en el que, desde fuera, se percibe cierta atonía. La lejanía con los puestos que permiten luchar por el ascenso a Primera, «objetivo de este club», tiene a la afición alicaída. «La gente no está contenta, eso se ve. Lo que puedo decir es que nosotros confiamos. Si no confiamos en nosotros mismos, ¿quién lo va a hacer?», apuntó un Pablo García que no estará, por sanción, este domingo en el Ciutat de Valencia para medirse al Levante, pero que ve al equipo capacitado para sacar los tres puntos contra un rival de altura. «Sabemos que tenemos unos buenos partidos por delante y podemos ganarlos perfectamente», explicó acerca de un calendario próximo en el que figuran el Levante, el Almería, el Zaragoza y el Racing de Santander.

El lateral izquierdo gijonés no da la temporada por perdida, ni mucho menos. Pablo García recordó la «ilusión» que generó el equipo en la pasada campaña y cree que en la presente «poco a poco se está volviendo a remontar». Lo que tiene claro es que jugar en Primera sería «un sueño», más si lo hace «con la camiseta del Sporting de Gijón».

La trayectoria de Pablo García en el club de su vida no ha tenido nada de sencilla. Con un ya lejano debut en 2020 de la mano de David Gallego, el defensa acumula 76 partidos con la camiseta rojiblanca en los que ha repartido seis asistencias. Por el medio, muchos entrenadores y una salida en calidad de cedido a un equipo de inferior categoría, el Alcorcón, para regresar con más fuerza. «No lo vi como un paso atrás, aunque es cierto que pasé una época complicadilla en Madrid, pensé que se me podía acabar el tema en Gijón», reconoció. No obstante, aquel año logró el ascenso a Segunda y, a su regreso, Miguel Ángel Ramírez le dio la confianza para asentarse en el Sporting. «Me ayudó y es de agradecer. Siempre quise quedarme aquí. Quería acabar mi anterior contrato y ahora ha llegado este».

Los minutos de la pasada campaña fueron importantes, pero es en la presente donde ha encontrado mayor continuidad. «Necesitaba partidos seguidos para ganar experiencia y este año los he tenido. Todo jugador tiene que pasar por esa etapa y es cierto que a mí me ha llegado un poco más tarde que a otros compañeros de mi año. Estoy contento y con más confianza que otros años».

La suya es la tercera renovación de un canterano en el último año, después de las de Gaspar Campos y Guille Rosas. Sobre la mesa está el caso de Nacho Méndez, aún en negociación. La opinión personal de Pablo García sobre la conveniencia de cerrar ese acuerdo es clara. «Todos sabemos quién es Nacho Méndez para el vestuario. Es el capitán, la voz cantante, y para nosotros, hablo desde lo personal, sería importante su renovación y bueno para el Sporting de Gijón».

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