Paco Jémez, en el banquillo, durante un partido. JORGE GUERRERO

«No me he ofrecido al Sporting ni a ningún equipo»

«Si alguien cree que vamos a El Molinón a especular, está muy equivocado», avisa Paco Jémez

JAVIER BARRIO

GIJÓN.

Viernes, 29 de abril 2022, 01:27

Rápido y al pie. Así entiende el fútbol Paco Jémez (Las Palmas de Gran Canaria, 1970), entrenador del Ibiza. Y así se expresa. A toda mecha. Lo del 'pie', también por lo certero de sus respuestas, en las antípodas del 'bienqueda'. Brutalmente sincero: «El Paco ... Jémez jugador sería indiscutible conmigo, siempre, porque era muy disciplinado». Visceral, poseedor del balón, al ataque todo el tiempo -«no entiendo la palabra especular»-, su definida propuesta se interpone pasado mañana en la salvación virtual del Sporting, ante el que nunca ha perdido como técnico, marcando algún gol siempre.

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«Espero que siga así, pero las estadísticas están para romperse. Vamos a El Molinón sabiendo que nos vamos a enfrentar a un rival con un campo muy caliente y una afición espectacular. Es uno de los partidos más bonitos que nos vamos a encontrar», avisa el técnico, nacido en Canarias, aunque cordobés de toda la vida. Y hasta una pizca de «gallego». «Tengo muy buenos amigos en Gijón: Juanele, Manjarín, Abelardo, Luis Enrique, conozco muy bien a Joaquín, a Mario Cotelo... El asturiano siempre me ha caído muy bien, congeniamos. Será porque soy medio gallego, por mis años en Galicia. Y por lo tanto, primo-hermano».

Faltan un par de días para el partido en El Molinón y, aunque Jémez transmite la energía de siempre a EL COMERCIO, baja pulsaciones al partido. «En el fútbol puede pasar cualquier cosa, pero a estas alturas, sacando siete puntos a falta de cinco partidos, hombre... Muy mal se tienen que dar las cosas para que el Sporting no se salve. Tendría que ser una auténtica debacle. Este año creo que la permanencia va a estar más barata que ningún año. Si yo fuese el entrenador del Sporting, no lo vendería como un partido a vida o muerte. El Sporting no puede liarse la manta a la cabeza, esa presión... La situación es la que es, hay siete puntos. Aunque está claro que cuanto antes ganes un partido, más tranquilo vas a estar», concede.

Y esa situación del Sporting, por supuesto, no interfiere en su credo. «Si alguien cree que vamos a ir a especular, está muy equivocado. No jugamos en función del rival», sostiene. El Ibiza es un espejo del Jémez de siempre, que solo se ha quedado dos partidos sin marcar y apenas ha podido dejar la portería a cero en otro par de ocasiones. «Nosotros vamos a ganar partidos», sostiene. «Nunca he sido un entrenador al que le haya preocupado recibir goles, siempre y cuando, claro, marque más. El otro día, en la semifinal de 'Champions' (Manchester City-Madrid), vimos un ejemplo precioso. ¿Cuándo vamos a ver un partido con siete goles? Al que no le guste eso, no le gusta el fútbol», zanja.

Al vestuario del Ibiza llegó en enero, entre el final y el cambio de año, como respuesta a la derrota de los baleares ante el Sporting, que liquidó a Juan Carlos Carcedo. El Ibiza olía a chamusquina entonces, a cinco puntos del descenso. Pero casi cuatro meses después tiene la temporada resuelta y la permanencia garantizada, en una zona tranquila. Aunque su nervio mata la calma. Sus primeras palabras a sus jugadores, al llegar a las islas, las de siempre: «Les digo que vamos a hacer lo que vamos a trabajar, y que la responsabilidad última siempre será mía. Ellos tienen que hacer lo que entrenamos y lo que les digo, y lo tienen que intentar hacer bien. Y cuando no sale, yo soy el responsable. Lo que no podemos pretender es que los jugadores corran riesgos y que luego no se equivoquen».

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Aunque se deshace en elogios hacia el Sporting, tuerce el morro cuando se le pregunta si le gustaría dirigir algún día su proyecto, respetuoso con Martí. «En este país siempre ha habido mucho tonto y últimamente, más, porque se reproducen como los conejos. Hay tontos para aburrir. Si le digo que sí, ya saldrán muchos a decir que me estoy ofreciendo», se arranca. «Mientras el Sporting tenga entrenador, soy muy respetuoso y no me pronuncio. No sé qué va a pasar en el futuro, por eso es tan bonito. ¿Me pregunta por el club? Un pedazo de equipo, que tiene unas grandes instalaciones, una historia, una afición espectacular... Eso lo está disfrutando ahora su entrenador, que es Martí. Si algún día el Sporting no tiene entrenador y usted me llama, le contestaré a la pregunta, pero teniéndolo, no».

Promete, después, no recordar si el Sporting le tentó tras su salida del Córdoba, hace una década. «Tengo memoria de pescado frito», bromea. Y aclara algo sobre el mes de enero. «¿Le llamaron?», se le pregunta. «No me he puesto en contacto con nadie, ni nadie del Sporting se ha puesto en contacto conmigo», se activa. Nada de ofrecimientos: «No me ofrezco a ningún equipo. Primero, porque no tengo necesidad y, segundo, porque es una tontería. Si un equipo te quiere, va a ir por ti. Puedo ofrecerme todos los días al Madrid, pero descuida que no me va a fichar. Nunca he entendido eso de ofrecerse. Hombre, entiendo que los representantes tienen que hacer su trabajo y llamar, pero ofrecerme yo, no».

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