Manuel Rosety
Sábado, 15 de noviembre 2014, 16:41
El Sporting sigue invicto tras empatar sin goles en Mendizorroza, en un encuentro complicado, en el que los rojiblancos tuvieron algunas dificultades para adaptarse al ritmo del encuentro, con bastantes errores en los pases. La falta de acierto en la asistencia final resultó determinante. Con ... este resultado, Abelardo iguala el record de Boskov en la década de los años 80.
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Abelardo repitió la formación que ganó al Zaragoza en la jornada anterior, mientras que el conjunto local tuvo tres variantes respecto al conjunto que empató en Tenerife, con las novedades de Galán, Raúl García y Einar. El equipo gijonés salió con su habitual 4-2-3-1, frente a un aparente 4-4-2 de los locales.
El Alavés tuvo una fuerte salida, con un juego directo peligroso en los rechaces. Hubo algunos momentos de incertidumbre en la zaga gijonesa, que trató de despojarse de la presión con despejes y contraataques. La primera ocasión fue de Carlos Castro, con un disparo que dio en un defensa. Luego tendría otra oportunidad de remate Bernardo, que acabó en córner, al dar en el cuerpo de Einar.
Pasados los diez minutos el juego se niveló. El Sporting llevó el peso del encuentro, con el balón controlado desde atrás, pero sin acierto en el último pase. El equipo gijonés jugaba mejor, pero sin concretar las jugadas y faltarle precisión en el remate y en la asistencia final. El Alavés inquietaba a ráfagas, con agobios aislados. En el equipo local destacaban los laterales, con un juego profundo, para buscar los centros laterales. La mayor presión vitoriana se produjo en los diez primeros minutos y en los cinco finales, pero la zaga rojiblanca se mostró segura y contundente.
En el segundo tiempo, el Alavés volvió a salir con más presión ofensiva. Los locales tuvieron dos ocasiones de remate, en un cabezazo de Vélez, que se fue desviado, y en otro que desbarató Cuéllar, en la parada de la tarde. El Sporting tuvo algunas aproximaciones, pero de forma esporádica y sin aparente peligro. El gijonés Manu Fernández apenas tuvo que intervenir. El problema de los rojiblancos era la falta de consistencia. En el centro el campo, Sergio apenas tenía apoyos y en la zaga, tanto Luis Hernández como Álex Menéndez estaban imprecisos con el balón. Esta vez, los cambios de Abelardo apenas mejoraron la línea del equipo. Sin Carlos Castro, el equipo perdió fuerza ofensiva y las llegadas carecieron de peligro y de remate. Lo más positivo fue el empate, que permite mantener la vitola de invicto una semana más.
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