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Miércoles, 5 de noviembre 2014, 23:17
El próximo 12 de noviembre se cumplirán veinte años desde que José Fernández es el máximo accionista del Sporting, aunque el dirigente gijonés ya empezó su vinculación al Sporting el 5 de septiembre de 1992. En el tiempo que lleva al frente de la entidad ... hubo episodios de todos los tipos, con aciertos y errores, unos propios y otros fundamentados en una elección equivocada de los colaboradores más directos.
Aunque conocedor del fútbol como aficionado, su modelo de gestión tuvo numerosos altibajos. A veces se dejó convencer por personas interesadas. En otras, asumió los poderes de decisión, con resultados diversos.
En la conversión del club en SAD,
fue precisa la intervención de Vicente Álvarez Areces, entonces alcalde de Gijón, para buscar inversores en la ciudad. Empresarios de todos los gremios fueron citados para aportar dinero privado. El alcalde tuvo que tomar las riendas, ya que Plácido Rodríguez Guerrero no tenía alternativas creíbles para completar el capital social. La única inversión importante realizada era la del empresario gallego Manuel Calvo, propietario de Hizarco, que tenía la concesión de la publicidad de El Molinón, con 300.000 euros. José Fernández fue el cuarto máximo accionista, con 72.000 euros, detrás de Alberto Menéndez Rúa, empresario que ya regentaba el bingo del Real Sporting, y el Ayuntamiento, con los 276.000 euros con los que completó el capital social.
Desde el primer momento, José Fernández asumió un papel de relevancia en el consejo, en el que Eloy Calvo Capellín, con el respaldo del Ayuntamiento, fue nombrado presidente. Tras tomar posesión, la primera decisión fue traspasar a Monchu al Sevilla. La operación fue cerrada en un viaje a la capital hispalense por José Fernández y Pedro Morán, con un montante de 1,2 millones de euros. Los nuevos dirigentes rechazaron las peticiones de comisiones.
En aquel entonces no se preveían tensiones en el consejo, aunque la coordinación parecía algo complicada, con un grupo de dieciséis empresarios, la mayoría sin experiencia en la dirección de clubes deportivos. Solo Eloy Calvo, Luis Mitre y Alejandro Fernández-Nespral habían tenido una etapa de dirigentes en el periodo de Ramón Muñoz.
José Fernández, ex jugador del Sporting juvenil, fue uno de los consejeros que más empeño puso por contribuir a mejorar las plantillas del primer conjunto rojiblanco. Para Fernández, su primera participación en el consejo de administración del Sporting fue un proceso de adaptación a un mundo que conocía a distancia, pero no sus entresijos.
El papel de José Fernández empezó a contar con más relevancia cuando Manuel Calvo mostró aspiraciones a la presidencia. A Fernández no le gustaba que un consejero con relaciones comerciales entre sus empresas y el club adquiriera el control de la entidad.
El primero en cansar de las luchas internas fue Eloy Calvo, quien dimitió en la primavera de 1994. El hasta entonces presidente llevó a cabo una política económica drástica en los recortes, hasta el punto de que dejó de viajar el segundo entrenador y los consejeros que acompañaban al equipo en los desplazamientos tenían que abonar sus gastos. Los nueve millones de desfase heredados en septiembre de 1992 se recortaron unos tres millones de euros.
El cargo de presidente lo ocupó transitoriamente Manuel Calvo, quien lo solicitó a sus compañeros de consejo, ya que su gran ilusión era ser presidente del Sporting. El elegido por el consejo era José Fernández, pero se adoptó una situación de transición hasta la siguiente junta accionistas.
En cualquier caso, durante el mandato ocasional de Manuel Calvo, la mayoría de las negociaciones ya eran controladas por José Fernández. Así concretó el traspaso de Juanele en una reunión en el Hotel Miguel Ángel, en Madrid, en la que se incluyó la incorporación de Pier.
En aquella época, los enfados de Manuel Calvo eran monumentales, ya que era informado de algunas negociaciones después de que estaban cerradas. Un argumento que se exponía en el consejo era que las intervenciones del presidente no tenían un control estricto. Un ejemplo fue el fichajes de Velasco y Morales, cuyo importe se incrementó respeto a la negociación inicial de Herminio Menéndez.
Así fue el paso previo dado por José Fernández camino de la presidencia del Sporting. El siguiente paso fue la pugna con Manuel Calvo.
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