Daniel Fernández
Miércoles, 17 de septiembre 2014, 22:15
Primero, pagar a Hacienda; luego, renovación. Esa es la premisa con la que trabaja en estos momentos el consejo de administración del Sporting . La ruptura de la paz social en el club, con un divorcio absoluto entre la afición y sus dirigentes, precipitará un relevo en la directiva rojiblanca en la próxima junta de accionistas prevista para diciembre, con la entrada de nuevas caras y la salida de una parte de los actuales consejeros. No obstante, esta decisión está condicionada a que la entidad encuentre una solución al grave problema económico por el que atraviesa, con el pago de cuatro millones de euros a Hacienda antes de que concluya octubre.
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Los actuales dirigentes del Sporting tienen asumido que la ruptura de la paz social obliga a cambios en el organigrama directivo del club. «Nosotros no nos aferramos al sillón y está claro que un sector mayoritario de la afición nos ha dado la espalda. Es necesario acometer una reestructuración», afirmaban ayer a este diario desde el consejo.
Uno de esos posibles cambios puede ser el del presidente del Sporting, Antonio Veiga. Como adelantó EL COMERCIO el pasado martes, el dirigente rojiblanco está analizando su situación personal. Según pudo saber este diario, Veiga parece decidido a abandonar la presidencia este año. No obstante, será una decisión que no tomará de forma definitiva hasta que se consiga dar una solución a los problemas económicos por los que atraviesa la entidad, que en octubre debe afrontar el pago de 4 millones a Hacienda.
El Sporting no dispone de la suficiente liquidez para atender este pago, por lo que todo el consejo está centrado en la búsqueda de financiación para poder atender ese plazo. En caso de incumplimiento, el club podría ver embargadas sus cuentas por la Agencia Tributaria, lo que supondrá un colapso financiero en la entidad. Además, antes de junio de 2015 debería estar al corriente con este organismo para no ser descendido por la Liga a Segunda B, como ocurrió este año con el Murcia.
Además del presidente, el resto de consejeros también están valorando su renuncia en el cargo. Es el caso de Javier Martínez. El hostelero ya advertía ayer en EL COMERCIO que «esto es como la política, no es para quedarse eternamente».
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Javier Martínez es uno de los que aboga por caras nuevas en el consejo. No obstante, como ocurre con Veiga y con el resto de miembros de la directiva, la decisión de renunciar al cargo o de llevar a cabo una reestructuración del consejo no debe ser tomada antes de enderezar el rumbo económico de la entidad.
Ese proceso de renovación que el consejo valora también está condicionado a un posible cambio de la propiedad del club. Como adelantó EL COMERCIO el pasado martes, el máximo accionista, José Fernández, está a la espera de ofertas para vender su paquete accionarial. El empresario está representado en el consejo por su hijo, Javier Fernández. Si antes de la junta de accionistas no se produce una venta del paquete accionarial, el actual vicepresidente seguirá en el futuro consejo.
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El resto de miembros del consejo -los asesores Iñaki Eraña y Fernando Losada- también están por la labor de afrontar una renovación. No obstante, será una reestructuración que deberá esperar a la próxima junta de accionistas. En ella habrá consejeros que se sienten por última vez en la mesa presidencial y habrá caras nuevas en el futuro organigrama del club.
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