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Manuel Rosety
Miércoles, 6 de agosto 2014, 17:13
El Sporting no pudo con la defensa del Racing, en un partido demasiado gris, en el que un error defensivo gijonés fue determinante para el triunfo cántabro.
A última hora fue baja el portero Alberto, por un problema vírico según versión oficial, si bien luego ... se sedujo que fuente episodio de vértigo. En esta ocasión, el técnico rojiblanco dio descanso a hábiles titulares, pensando en l prueba del próximo fin de semana en Riazor.
Las novedades en la alineación fueron la presencia de Álex Menéndez por primera vez en la pretemporada y la presencia de Álex Serrano como delantero centro específico. En el Racing se registró la presencia de cuatro exrojiblancos, Orfila, Samuel, Andreu y Miguélez.
El primer tiempo resultó anodino, con poco fútbol, demasiadas imprecisiones, errores en el pase y un ritmo lento. Los dos equipos abusaron del patadón, lo que hizo que el juego fuera feo.
Los gijoneses, con Álex Serrano y Pablo Pérez en la zona de vanguardia, no tuvieron balones para entrar en juego, sin que las bandas se dejarán notar. El Racing se mostraba seguro atrás, con contundencia, para girar en torno a Andreu.
El Sporting tuvo solo tres aproximaciones a la portería de Raúl, pero sin peligro. Por su parte, el conjunto yo cántabro aprovechó un error de Julio en el despeje, que Iñaki resolvió para marcar por encima de Cuéllar. El conjunto montañés pudo marcar de nuevo en un saque de falta, tras un error de Álex Menéndez en un saque de banda, que el portero rojiblanco controló con seguridad.
En el segundo tiempo, el conjunto gijonés salió con más decisión, pero la presión rojiblanca duró poco. Los rojiblancos no tenían intensidad. El juego cambio algo con los nueve cambios de Abelardo en el minuto doce de la reanudación. El Sporting dio más sensación de querer controlar el juego, pero con dificultades para encontrar espacios libres en la ordenada defensa montañesa.
Abelardo hizo debutar a Dani Ndi, centrocampista ofensivo camerunés, quien estuvo muy activo, pero dentro de un juego a ráfagas de los rojiblancos, quienes en ningún momento inquietaron con peligro al portero Raúl.
Los gijoneses tuvieron una tímida mejoría con los cambios, pero la imagen mantuvo un tono de preocupación.
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