Alvaro Bustos y Rachid marcaron las diferencias

En la primera parte, el equipo gijonés llevó la iniciativa, con varias aproximaciones con peligro a la portería de Ponzo, pero con demasiadas imprecisiones. El jugador más espectacular fue Álvaro Bustos, pero los rojiblancos estuvieron ofuscados en el remate, pese a la voluntariedad de Guerrero y la fogosidad de Carmona.

En el ensayo de Abelardo se cumplió la imagen de seriedad defensiva, con dominio del juego aéreo y agresividad en el centro del campo para la recuperación de balones, pero se acusó en exceso que la preparación está aún en sus inicios.

En el primer tiempo, la banda izquierda fue lo más destacado, con buenos detalles del lateral Viesca, ágil en ataque y pegajoso en el marcaje, quien se entendió bien con Álvaro Bustos, futbolista de fácil y espectacular regate.

Las ocasiones de gol más claras del primer tiempo fueron de los gijoneses. El Marino sólo se dejó notar en una falta lanzada por Guaya, mientras que Ponzo se lució en un disparo lejano de Sergio, sin acierto rematador en acciones de Guerrero, Luis Hernández, Álex Barrera y Carmona.

En el segundo tiempo, el equipo gijonés mantuvo la superioridad, pero también las imprecisiones. En esta fase, el juego ofensivo se centró en torno a Pablo Pérez, quien tuvo la ocasión de gol más clara, pesó la adornó en exceso y se perdió la opción de remate. Sin embargo, Rachid fue el que marcó las diferencias en el segundo tiempo, con jugadas espectaculares. En una de ellas, con una arrancada desde el centro del campo, se fue de cuatro rivales y centró a Carlos Castro, quien se encargó de romper la racha de ineficacia para superar a José Luis.

El ritmo del partido fue lento y poco vistoso, salvo detalles aislados, entre los que destacaron Álvaro Bustos, sobre todo, y Pablo Pérez, además de la extraordinaria jugada de Rachid, espectacular a ráfagas, en la que Carlos Castro puso la guinda con el gol gijonés.