Manuel Rosety
Viernes, 16 de mayo 2014, 11:20
«¿Ya ha visualizado su salida por el túnel de El Molinón este sábado?». Abelardo Fernández (Gijón, 1970), reconocido en su momento como un futbolista exageradamente tranquilo, poco dado a incubar nervios, arma la respuesta en un segundo. «Me he imaginado el final del partido ... contra el Hércules y ganar», dice con una sonrisa. Reclinado sobre un sofá blanco, en el piso superior a los vestuarios, habla en el idioma del fútbol más puro, sin promesas artificiales. «Vamos a ver a dónde llegamos», aventura enigmático, a la vez que trata de dar la mayor normalidad a su situación. Quiere focalizar toda la atención en el día 'D' y la hora 'H'.
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-Como futbolista tenía fama de ser la antítesis al nerviosismo. ¿También como entrenador?
-Es distinto. Me siento más responsable. Es mucho peor a nivel mental, al menos en mi caso, ser entrenador. En el Sporting B, por ejemplo, me comía mucho la cabeza con la gente que tenía que dejar en el banquillo y, sobre todo, sin vestir. He vivido esa situación como futbolista y sé que es una desilusión. Estoy nervioso, tensionado como es lógico, pero tranquilo a la vez. Estoy en un puesto de responsabilidad, sí, pero mucha gente se cambiaría por mí. Tengo un excelente cuerpo técnico a mi lado: Gerardo (Ruiz), Iñaki (Tejada), Isidro (Fernández), que para mí es fundamental. Les consulto mucho. Me siento muy arropado.
-En la historia de Segunda no abundan los casos de un entrenador al que le hayan dado cinco partidos para conseguir el ascenso. Se juega mucho a nivel personal.
-Si me planteo eso a lo mejor no cojo el puesto (risas). Hay gente, no poca, que se juega mucho más que yo cada día. Soy un privilegiado, entreno al Sporting, que es un sueño, y hay mucha gente en el paro pasándolo mal como para que me lean quejándome. Ellos sí que se juegan mucho para dar de comer a sus familias. Si esto sale bien, seré el tío más feliz del mundo. Si no sale, por esfuerzo y dedicación no va a quedar. Estoy confiado en mi plantilla. Sé que lo va a dar todo. Este lunes vi una respuesta muy positiva de los aficionados y eso me infunde mucha fuerza. Pero para enganchar a la gente tenemos que darle algo.
-Su compromiso abarca estos cinco partidos y, si lo consigue, el 'play off'. Otro en su lugar habría presionado para que le garantizasen otro año más.
-Entiendo que el club tenga esas dudas ahora. Es una etapa muy importante para todos. Tenemos que intentar ascender porque sabemos los problemas que habrá si no lo hacemos. Quiero mucho al Sporting y no puedo exigirle que si me da estos cinco partidos, después me garantice otro año. No. Si me dan estos cinco partidos, intentaré ganármelo. Ojalá sean otros cuatro en la promoción y ojalá subamos. Después, que el club decida si está contento conmigo o no. Tengo mucha ilusión. Vamos a ver qué pasa. Vamos a intentar subir a Primera y el primer paso es el sábado.
-¿Tenía preparada la conversación de este lunes en el vestuario?
-Tenía un esquema en la cabeza de lo que iba a decir, pero no había papeles. Las cosas van saliendo sin más en este tipo de situaciones. Traté, sobre todo, de darles confianza y optimismo. Hacer una revolución y empezar a pegar voces, como que no, aunque hay que ser enérgico. Había muchas cosas buenas, porque no hay que olvidar que el equipo hizo una muy buena primera vuelta, y otras que intentaremos cambiar para mejorar resultados. Les dije, en ese sentido, que los necesitaba, igual que ellos a mí, que tuviesen confianza, tranquilidad y, sobre todo, que se divirtiesen. Son unos privilegiados por todo: esta ciudad, este estadio, que es la 'releche'... ¿Qué sale bien? Cojonudo. ¿Qué sale mal? Mala suerte, pero que nadie llegue nunca al vestuario con la sensación de que no se lo ha dejado todo en el campo.
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-Luis Enrique ya comentó el lunes que le había felicitado. ¿Clemente?
-También. ¡Además me mandó un mensaje desde Trípoli (Libia)!
-¿Pep Guardiola?
-No, pero hablo a menudo con él por mensajes. Sé que estará encantado. Tengo muy buena relación con él.
-¿Hay que ofrecer un espectáculo diferente a El Molinón?
-Lo que los sportinguistas valoramos de siempre es que el equipo se deje la piel. Es así. Puedes jugar horrible, no estar acertado en el pase, pero es fundamental que se vea que vamos a toda leche: que corramos a presionar cuanto no tenemos el balón, que movamos rápido cuando lo tengamos, que el jugador del Sporting gane la disputa.
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-¿Es partidario de estabilizar un once en estas cinco jornadas?
-Evidentemente sí que me gusta tener un bloque con una serie de futbolistas fijos si me dan un rendimiento.
-¿Y el sistema?
-Lo tengo claro. Tenemos que jugar con dos arriba. Este equipo está confeccionado para eso e intento amoldarme a él. La plantilla está hecha así y tenemos tres delanteros muy buenos para la categoría. Hay que aprovecharlos. Stefan (Scepovic), 'Leka' y Guerrero son muy buenos.
-¿Un 4-4-2?
-(Risas). En principio tenemos plantilla para jugar así y tenemos que aprovecharlo. Si tenemos delanteros goleadores habrá que meter delanteros que marquen goles. Eso implica que a la hora de defender esos delanteros tendrán que ayudar en defensa porque si no el equipo contrario nos cogerá superioridad numérica en el centro del campo. Los delanteros tienen que trabajar tanto en ataque como en defensa. Si aguantamos sesenta o setenta minutos, ya habrá otro hombre en el banquillo con unas ganas tremendas por salir. Exijo bastante desgaste. Me gusta presionar bien arriba.
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-¿Cuenta con Guerrero?
-'Guerre' participará. Seguro. Tengo que hablar con él, aunque ya sabe como soy. Si entrena como estos dos días será partícipe. No sé si de titular el sábado, pero va a tener minutos fijo. No va a estar desconvocado.
-Dicen casi todos sus compañeros de gremio que tiene a los dos mejores delanteros de la categoría.
-Uno de ellos ha marcado 22 goles.
-No tiene dudas con Scepovic.
-¿Quién va a tener dudas con él? No creo que alguien las tenga, ¿no? Es un futbolista importantísimo para nosotros, también 'Leka' y Guerrero, pero tenemos que buscar el equilibrio para intentar mantener nuestra portería a cero. Esto lo digo en el plano colectivo, no solo de los cuatro de atrás y el portero. Tenemos potencial arriba, opciones de marcar, pero la clave está ahí, en mantener la portería a cero. Hay que amarrar atrás. Tenemos que ser un equipo que si hace un gol gane 1-0. Hay que intentar ser así. Tenemos poco tiempo, pero es lo que falta porque arriba tenemos potencial.
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-¿En el espejo de qué entrenador se mira usted?
-Me han marcado muchos. García Cuervo, muchísimo. Le dio la oportunidad a un chaval de 19 años cuando el Sporting llevaba solo un punto, quitando a un internacional como Kevin Moran. No miró la edad, sino el rendimiento. Ciriaco Cano, luego, fue un entrenador con una personalidad increíble. Recuerdo que en la primera temporada, en el primer partido contra el Valladolid, hizo debutar a cuatro o cinco del filial: Avelino, Iván, Tomás... Jugamos todo críos, pero le daba igual. En el Barça, Cruyff y Van Gaal. El primero, por su forma de jugar, muy arriesgada. Revolucionó el fútbol en España. Aquel Barcelona no jugaba como el de ahora, mucho más defensivo que el de Cruyff, que jugaba un 3-4-3 y el pivote defensivo era Guardiola. Van Gaal, también. Fue el primer entrenador que tuve que cortaba vídeos, que estaba diez horas en el club, que lo llevaba todo muy estructurado.
-¿Tiene decidido el once?
-Tengo alguna duda en la línea defensiva, en los pivotes y en la banda. Pero tengo perfilada la mayor parte.
-La reconstrucción en la línea defensiva será importante.
-No soy de quejarme por las bajas. Saldrá otro futbolista que intentará hacerlo lo mejor posible. Se ha dado la circunstancia de que Bernardo y Canella están sancionados, de que Mandi, que es un futbolista del que creo que su puesto específico no es el centro de la defensa, pero que por circunstancias está jugando en esa posición y podría hacerlo, tampoco está. Está Luis, Lora, Iván, Álex Menéndez y Julio. Hay que escoger a cuatro y otro irá al banquillo. Es lo que hay.
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-¿Qué aprendió de su destitución en 2010?
-Mucho. Me fui a Candás y a Tuilla y me vino fenomenal porque me encontré con dos vestuarios terriblemente implicados. Muchas veces les cuento a los chavales del filial que eran chicos que venían del andamio, de descargar camiones, de la mina en Tuilla... Venían a entrenar a las ocho de la tarde con una profesionalidad espectacular. Tuve la suerte, además, de ganar la Copa Federación con los dos.
-¿Pablo Pérez y Jony?
-(Risas).
-¿Ve capacitado a Jony para jugar en Segunda?
-He dado el paso para que entrene con nosotros. Quiero verle. Jony ha estado fantástico en el filial, ha metido ocho goles y ha dado muchas asistencias. Pablo Pérez, igual. Es un futbolista de intensidad, de calidad, que cualquier entrenador querría tener: es disciplinado, educado y demasiado buena persona. Ya le digo que tiene que sacar la mala leche.
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-Le ha metido bastante caña en estos entrenamientos.
-Le meto caña, lo reconozco, pero sabe que le tengo mucho cariño. Le meto caña porque es muy bueno futbolísticamente, pero com o persona tiene que tener un poco más de mala leche.
-¿Jugarán como titulares?
-No está descartado. Tampoco le digo que sí, pero no está descartado. Si los he subido es porque evidentemente tienen alguna opción.
-¿Cómo se relaciona con el jugador?
-Intento decirle las cosas como son. Fui futbolista y me gustaba que me dijesen la verdad. No puedo ir a decirle a un jugador que estuvo bien si no fue así. No me gusta engañar.
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-El popular código de la sinceridad del vestuario. ¿Es básica la sinceridad, aunque resulte dolorosa?
-Por mi experiencia, sí. Cuando no pones a un futbolista y no le convocas tienes que explicarle el porqué de las cosas. Hay que ser franco.
-La relación que mantuvieron Sandoval y usted fue bastante fría.
-Creo que es una idea equivocada. Era correcta, buena. No voy a negar que tenía mejor relación con Manolo (Sánchez), pero Manolo es un amigo. Le agradecí las palabras que tuvo hacia mí en rueda de prensa y, por mi parte, le intenté ayudar en todo lo que pude.
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-Algo de distancia sí que marcó: creación de zonas exclusivas para el primer equipo, horarios...
-Cada entrenador tiene sus cosas y sus manías. Yo no me considero nada maniático. Él planteó ese tema, lo decidió y nada más. Ni me pareció bien ni mal. Entre todos se hizo el equipo que él pidió en cuanto a futbolistas, colaboradores, pero al final las cosas no salieron bien.
-¿Ya le han preguntado por Nacho Cases?
-Es un futbolista que me gusta. Ese debate es una tontería. Me gustaría que se sacasen datos de cuando estuvo en el filial. Nacho es importantísimo para nosotros y espero recuperarlo porque nos da toque y pausa.
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