Nacho Cases cuelga las botas

El centrocampista llegó al Sporting siendo un niño. Con apenas siete años se integró en la cantera del club, en la que fue dando todos los pasos necesarios hasta llegar al primer equipo. Solo un año en su etapa de formación, que pasó cedido en el Revillagigedo en edad juvenil, no vistió los colores rojiblancos.

Su debut en el primer equipo llegó en enero de 2011 cuando Manolo Preciado le puso a jugar en El Sardinero, ante el Racing de Santander, con el equipo en Primera División. Titular en aquella jornada grabada en la memoria del jugador, compartió campo con Diego Castro, Barral, Cote, Lora y Cuéllar, entre otros. Desde entonces, Cases acumuló 183 partidos disputados entre Primera y Segunda con el Sporting, en los que firmó 11 goles.

Uno de los mayores logros de Cases con la camiseta rojiblanca fue el ascenso de la temporada 2014-2015. Su fino pie izquierdo y su radar para los pases imposibles dejaron sello en El Molinón. Declarado sportinguista, desde el momento de su debut con el primer equipo del Sporting Nacho Cases se convirtió en un fijo para los entrenadores que fueron ocupando el banquillo rojiblanco. Solo en la segunda vuelta de su última temporada en El Molinón tuvo algo menos de participación, una campaña que acabó con el descenso a Segunda.

Fue en ese año, 2017, en el que Cases decidió cumplir su aspiración de jugar en el extranjero. Con 29 años y después de toda una vida vestido de rojiblanco, el jugador puso rumbo a Chipre, donde firmó por el AEK Larnaka. Con este equipo, y junto al también exsportinguista Juan Pablo Colinas, Cases logró alzarse con el Trofeo de Copa de Chipre, segundo título de la historia del club. Desde entonces, jugó también en Grecia y Lituania. El sportinguismo siempre ha guardado muy buen recuerdo de un jugador que al talento supo unir el trabajo.