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A. MENÉNDEZ
GIJÓN.
Martes, 9 de febrero 2021, 03:08
La covid ha cambiado el fútbol por completo, convertidos los estadios en inmensos teatros silenciados donde solo tienen cabida los protagonistas. Las consecuencias de esta transformación obligada se han hecho notar a prisas desde que el balón volvió a rodar tras el periodo obligado de ... confinamiento. La pérdida del factor campo se evidenció de nuevo en la última semana de competición en Segunda. Los visitantes contabilizaron más victorias (7) que los locales, situación antes extraña pero que ahora ni siquiera llama la atención en los profesionales del sector. «Honestamente es indiferente jugar en casa que hacerlo fuera. El factor cancha no se nota nada», explica Félix Revuelta, máximo accionista del Logroñés que sufrió el pasado sábado las consecuencias en primera persona con la goleada que encajó a manos del Sporting.
El Molinón, uno de los estadios con mayor número de aforo de la categoría, mientras, resiste a la debacle general. Los números del Sporting en su estadio corren a la contra de los pronósticos iniciales, y se mantienen disparados.
No ha perdido un solo partido el proyecto de David Gallego en los 12 encuentros que lleva en su terreno. Es el único club de la categoría que se mantiene invicto. Mientras que sufre a domicilio, mantiene desde sus inicios una trayectoria fiable y regular en su estadio. Las Palmas es el equipo de la Liga que tiene una diferencia más ostensible entre su recorrido en casa y fuera. Los analistas en este caso tienen clara que en la tendencia tan inestable y distinta que ofrece según el escenario donde compita el equipo de Pepe Mel tiene una ascendencia evidente la fatiga por verse obligados a viajar.
Las opiniones de los profesionales son más diversas para justificar el sobresaliente desempeño como local del Sporting, un club históricamente muy vinculado a su afición. El proyecto de Gallego lleva nada menos que 26 puntos en sus primeros 12 partidos en El Molinón (7 victorias, 5 empates). Un hito tan destacado que alcanza el tercer mejor promedio de la entidad como local de los últimos veinte años (contabilizando solo las temporadas en Segunda División). Un ritmo que solo es superado por años históricos como el del ascenso con el Pitu Abelardo de la campaña 2014-2015 (27 puntos) de la temporada 2003-2004 a las órdenes de Marcelino García Toral, ambos proyectos impulsados por la complicidad que había entre equipo e hinchada.
Eloy Olaya, histórico jugador del Sporting, reflexiona sobre los motivos que llevan al equipo a este estado de confianza como local pese a no tener el impacto de su público.
Cree Olaya que hay dos factores claves. Un condicionante interno: la fiabilidad que está mostrando el equipo a nivel defensivo en su feudo ( ha encajado 6 goles en 12 partidos, 0.5 de promedio). Y un factor externo, pero que se está dejando notar en el transcurso del equipo: la menor presión que tiene la plantilla del Sporting, una de las más jóvenes de la categoría y que además cuenta con un amplío elenco de debutantes en la categoría. Olaya lo explica: «La ausencia de público puede hacer también que jugadores jóvenes tengan menos presión y se atrevan a hacer más cosas sobre el campo.
El Molinón es un estadio que apoya mucho al equipo y seguro que en esta situación, con el equipo inmerso en puestos de 'play off' desde que comenzó la competición estaría respaldando y haciéndose notar en la grada. Pero también hay situaciones en la que cuando los resultados se dan en contra la afición es muy exigente». Carlos García Cuervo, que fuera entrenador del club, confirma las dos claves mencionadas. Mantiene la relevancia del orden defensivo que tiene el conjunto que lidera David Gallego. «Es muy raro que al Sporting le hagan más de un gol». Apunta, además, en ese arma de doble filo que puede ser la afición. «La gente joven no siente tanta presión. Nunca se sabe si te puede afectar la presión».
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