EDUARDO ALONSO
GIJÓN.
Viernes, 11 de febrero 2022, 01:37
Dicen los más tradicionales que «el gol se tiene o no se tiene». «Es lo único que no se puede enseñar», aseguran. Pablo Pérez nunca ha sido un gran goleador. Tampoco un jugador de banda desequilibrante. Pero siempre ha defendido como uno más, uno de ... los dogmas subrayados en el libro de estilo de todo entrenador, y, sobre todo, ha sido un jugador oportunista, batallador, luchador, ante la portería contraria.
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En el proceso que ha llevado al menudo delantero gijonés a transformase en el futbolista que es hoy ha habido un puñado de momentos decisivos. Uno, sin duda, fue en Anduva, próximo escenario liguero del Sporting, cuando dos goles suyos dieron a aquel equipo de 'los guajes', dirigido con soltura desde el banquillo por Abelardo en aquella temporada 2014-2015 que conduciría a los rojiblancos por última vez a volar a la Liga de las estrellas, la primera y única victoria del conjunto sportinguista en sus seis visitas a Miranda de Ebro.
El rojiblanco supo conciliar en su justa medida, durante su comparecencia, la decepción por el bajón del equipo con el optimismo que esconde. «El equipo llega a Anduva con muchas ganas de ganar, de volver con los tres puntos», explicó. «Cuando se habla de temporada perdida, me duele», hizo hincapié.
«Va a ser un partido complicado ante un buen conjunto, que en su casa es fuerte y difícil», reconoció el sportinguista, quien explicó que «estamos estudiando al rival» y añadió que «esperamos un duelo competido». «Nos la jugamos todos. El míster, el club... Sabemos dónde estamos. Personalmente, me abstraigo de lo de fuera. Sabemos cómo es Gijón. Una semana te ponen arriba y otra te matan. Hay que tener una regularidad porque psicológicamente no es fácil», se le escuchó a Pablo Pérez.
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Abelardo supo exprimirle aquel 20 de septiembre de 2014 y hacerle saber que la condición de titular se la había ganado. En un mal despeje, Pablo Pérez aprovechó un rechace para plantarse solo ante el portero Imanol, hacerle un quiebro y tirar cruzado. Veinte minutos después, Jony se internó por la banda izquierda y su preciso centro lo empujó al fondo de la red el '22', uno de esos jugadores que prefieren hablar sobre el terreno de juego.
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