Sporting | Míchel: «Me queda el deseo de jugar una última vez en El Molinón»
Míchel Madera, futbolista del Qarabag ·
«Aunque algunos me silbaran en su día, eso me motivó para ser mejor futbolista. Siempre llevaré al Sporting en el corazón»Secciones
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Míchel Madera, futbolista del Qarabag ·
«Aunque algunos me silbaran en su día, eso me motivó para ser mejor futbolista. Siempre llevaré al Sporting en el corazón»JAVIER BARRIO
gijón.
Lunes, 20 de abril 2020, 03:18
Cae la tarde en Gijón, la noche en Bakú, cuando Míchel (Pola de Lena, 1985) saluda. En enero, silencioso, se cumplió una década de su traslado desde Gijón a Birmingham, hogar de los televisivos 'Peaky Blinders'. Aquella operación dejó 3,3 millones ... de euros al Sporting, pero un boquete difícil de remendar en el centro del campo de El Molinón. Ahora, en el Qarabag disfruta de una agradable y exitosa madurez futbolística en Azerbaiyán.
-¿Cómo recuerda su salida del Sporting hace diez años?
-Como una buena oportunidad a nivel económico, pero una experiencia difícil. Era la primera vez que salía de casa. A nivel futbolístico estaba muy contento en el Sporting, pero para todos fue una buena operación. Por una cosa u otra, me tuve que ir.
-Por usted, ¿habría seguido?
-Claro que sí. El Sporting es mi segunda casa. Me ha dado todo lo que soy. Es un club que he querido, quiero y querré. He jugado en muchos sitios, pero no recuerdo pisar otro césped con esa temperatura ambiental. Lo echo de menos. Por una parte, me hubiera quedado, pero fue una buena operación para todos. Lo que deseo es que el Sporting vuelva a estar en Primera por muchos años.
-¿Asustaban esos 3,3 millones de euros que el Birmingham pagó por usted?
-Nunca me he sentido un jugador que valiera tanto. El Sporting pedía un precio al que el Birmingham no podía acceder, pero llegó un nuevo dueño y puso el dinero. La experiencia no salió muy bien, pero me benefició después.
-Hasta su marcha, El Molinón estaba muy dividido con usted.
-Hubo momentos difíciles con mi mujer, mi familia. Sufría por ellos. Iban a verme jugar y escuchaban algunas cosas que me decían. Pero todo eso me ha llevado a ser el jugador que soy. Me exigían y yo a mí más todavía. Pero fíjese, cuando volví con el Getafe, que tuve que salir un momento a la banda, El Molinón me aplaudió. Me quedará grabado para siempre. Aunque algunos me silbaran en su día, eso me motivó para ser mejor. Siempre llevaré al Sporting en el corazón.
-¿Tuvo la ocasión de hablar con Mateu Lahoz estos años?
-(Risas). Hemos hablado alguna vez de las expulsiones y nos hemos reído. Ahí se queda. Mateu es un árbitro buenísimo. Pero el fútbol es el fútbol y aquellos eran momentos de mucho nerviosismo. Todavía me acuerdo del día del Granada 74. Necesitábamos ganar, porque la Real apretaba, y me expulsaron en el minuto 20. Estaba en el túnel de vestuarios muy nervioso. No quería ni mirar, pero gracias a los compañeros se sacó adelante.
-¿Qué representa Manuel Preciado en su carrera?
-Todo. Por el cariño que me dio, por lo que aprendí de él, por saber llevarme siempre. Yo no estaba jugando cuando llegó. Él fue quien me hizo futbolista profesional. Gracias a Manolo pude disfrutar de partidos contra el Barcelona y el Madrid con el Sporting. Y ahora puedo jugar Liga Europa o Champions, que ni lo habría imaginado. Todo eso me lo ha dado él y solo tengo palabras de agradecimiento. Recuerdo una comida en Madrid, cuando ya estaba en el Getafe con Diego (Castro). Comimos los tres juntos... Siempre me metía un poco de caña (risas). Era muy grande.
-¿Alguien le llama aún 'chulo'?
-Sobre todo los excompañeros del Sporting (risas). Mucha gente me recuerda así por el deje que tenía. Es cariñoso.
-¿Cómo recuerda la Premier?
-Muy exigente y, cuando yo llegué, muy física. Yo jugaba poco y me dio tiempo a ver muchos partidos desde fuera. De aquella había dos equipos técnicamente superiores al resto, Arsenal y Everton. Ahora ha cambiado un poco.
-¿Debutó en Stamford Bridge?
-Fue un momento bonito y duro, porque perdimos 3-0. Tengo una camiseta de recuerdo de uno de mis ídolos, que era Deco.
-También le tocó jugar contra el Sunderland, que está de moda.
-(Risas). No he podido ver la serie, pero sí le digo que tiene un campo muy bonito. Muy parecido a El Molinón. Sunderland es una ciudad del Norte en la que se vive mucho el fútbol. En aquella época iba muy bien y tenía buenos jugadores, como Henderson, que está ahora en el Liverpool.
-¿Le da rabia no haber podido estar más en la Premier?
-Soy bastante exigente y sé que podía haber hecho algunas cosas mejor. Pero una vez que eso pasa, pasa y la experiencia queda.
-Sus últimos diez años de carrera los ha vivido con una maleta.
-Antes de irme a Inglaterra no había salido nunca de España, salvo una vez que fui a Portugal con mis padres. En la etapa del Birmingham era muy joven, pero en Grecia me sentí más hecho. En Israel creo que viví otra experiencia buena. Y ahora estoy en Azerbaiyán. Este es uno de mis mejores momentos personales. Este es mi quinto año y me queda uno más de contrato.
-¿Qué tal el fútbol en Grecia?
-Un poco diferente. Los aficionados lo viven muchísimo. Para ellos es como comer, algo vital.
-¿Alguna experiencia difícil?
-Hubo un partido contra el Olympiacos que perdimos 6-0. Un derbi (Míchel jugaba en el AEK de Atenas) y nos pasaron por encima. Estuvimos dos horas esperando para salir del campo. Nuestra ciudad deportiva estaba en las afueras y el autocar nos dejó en la ciudad. Tuvimos que volver a casa en taxi, no pudimos coger el coche. Al siguiente fin de semana entraron unos ultras a nuestro hotel antes de un partido. Los capitanes hablaron con ellos y nos dijeron que no podíamos coger el autocar. Como habíamos vuelto en taxi del partido contra el Olympiacos, esa vez igual. Y así fue. En cualquier caso, la Liga me encantó. Y el país y Atenas, que es precioso.
-¿Algún deseo por cumplir?
-Ahora mismo, a mi edad, es difícil. Vamos primeros y por supuesto intentar volver a jugar Champions, aunque ahora es más difícil porque son cuatro rondas. Sí me queda el deseo de jugar una última vez en El Molinón.
-¿Cuál es el momento más importante de su carrera?
-El ascenso del Sporting en 2008.
-¿Más que jugar la Champions?
-Sí, por todo lo que fue aquello. Los compañeros, la gente. Lo de Castellón, que fue una de las cosas más increíbles que me han pasado. El partido de Anoeta, que ganamos a la Real. Granada 74, Córdoba. Y el último día, claro.
-¿Le ofrecieron nacionalizarse y jugar con Azerbaiyán?
-No. Lo he leído, pero es mentira. Nunca pasó.
-¿Y tuvo alguna posibilidad de regresar al Sporting?
-No, nunca.
-¿Le habría gustado?
-Claro. El Sporting es mi equipo, donde empecé a ser profesional. Pero no me arrepiento de los sitios en los que he estado. Me siento agradecido a todos los clubes.
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