Secciones
Servicios
Destacamos
JAVIER BARRIO
GIJÓN.
Martes, 21 de enero 2020, 03:02
El Sporting lleva sumergido en la búsqueda de gol y de un extremo demasiado tiempo. Y el mercado de invierno, año tras año, se confirma como una alternativa de alto riesgo en ese camino. Al igual que la pasada temporada, con un tope ... salarial muy ajustado por la inversión efectuada en el verano, el club necesita liberarse del peso de alguna ficha para ventilar la plantilla y afilar el ataque. Y un año más, Miguel Torrecilla parece dispuesto a apurar hasta los límites del final del mercado para encajar todas las piezas, que las opciones más cotizadas ofrezcan unas condiciones más flexibles y favorables y sobre todo que, dentro de esa cadena de movimientos, los descartados encuentren su sitio.
Lo último es la llave para lo primero, según aseguran en Mareo, insistiendo en que no hay margen para incorporaciones de ciertas garantías si antes no sale algún futbolista. En cualquier caso, viendo como un problema esto, luego está el siguiente paso, más complejo. La etapa de Miguel Torrecilla en el Sporting, con dos mercados invernales, a falta de lo que pase con el actual, corrobora que la ventana del mes de enero es especialmente complicada para fichar. Los futbolistas más codiciados por los equipos de Segunda son los descartes de Primera. Jugadores, en el mejor de los casos, con un buen cartel, pero pocos minutos en las piernas. Y, en el peor, muy desconectados de la competición, como sucedió el curso pasado con el madrileño Ivi López.
El Sporting, con Torrecilla como director deportivo, ha acudido al mercado de invierno el curso pasado y el anterior, con un total de siete incorporaciones concretadas en estas dos ventanas. Completadas con Hernán y Guitián, cinco de ellas fueron futbolistas de ataque con perfiles muy similares a lo que se busca hoy: un extremo -preferiblemente zurdo- y si se dieran las circunstancias, un delantero. En enero de 2018 y de 2019 llegaron a Gijón Jony, Nano Mesa, Álex Alegría, Ivi López y Aitor García. De todos, cedidos y en su mayoría con opción de compra, tan solo el ahora futbolista del Lazio marcó la diferencia, contribuyendo a un repunte brutal del Sporting en la segunda vuelta de aquel año.
Con el resto de casos hubo mayoritariamente desencanto y, también, alguna experiencia positiva que resaltar. En un plano inferior al cangués se sitúa, por ejemplo, el onubense Aitor García, incorporado en propiedad tras una inversión de un millón de euros. Sigue siendo un futbolista con muchos problemas en la finalización, irregular, pero desde su llegada se ha amarrado al once y aporta algo de lo que carece este Sporting: desborde, atrevimiento y velocidad. Un poco más abajo, sin llegar al suspenso, pero tampoco al convencimiento pleno, estuvo Álex Alegría. Si bien el delantero fue clave en el mejor momento del equipo de José Alberto en la segunda vuelta, determinando el estilo, liberando a Djurdjevic y marcando 3 goles, terminó desinflado como todo el equipo. Como atenuante, Alegría llegó a Gijón con muy poca participación en la temporada y media anterior. Con todo, dejó un buen regusto por su profesionalidad y por la sensación de que en algunos momentos resultó un jugador decisivo en el equipo.
La situación de Nano Mesa fue diferente. Torrecilla obtuvo su cesión hace dos años del Eibar, que se había lanzado a por su fichaje tras una extraordinaria temporada en el Tenerife. A Gijón llegó con voluntad de reivindicarse, con mentalidad trabajadora en los partidos, pero no fue capaz de arrancarse el rol de futbolista revoltoso para agitar los guiones desde el banquillo. Debutante en el Tartiere, jugó 16 partidos, 7 como titular y marcó 2 goles, eclipsado por Michael Santos y una alineación poco tendente a los cambios. Aumentó la competitividad en el ataque, pero sin ser relevante.
Sin duda, la operación que peor resultó de largo fue la de Ivi López, ahora en la Ponferradina. Jugador de calidad y un formidable disparo con la derecha sobre el papel, a Gijón llegó totalmente desconectado y en un mal estado de forma, con negativos informes de su paso por el Levante y por el Valladolid, donde jugó a préstamo la primera parte de la temporada del curso pasado. Pese a los intentos de José Alberto por recuperarle, con alguna charla personal, acabó con un suspenso su etapa en Gijón. Jugó 7 partidos, con tres titularidades y cierta sensación de pasotismo.
Dudas sobre el perfil
Su caso aún se recuerda en el club a la hora de determinar el perfil de los jugadores a incorporar. Hay algunos sectores, de hecho, que se declaran más favorables a buscar opciones que puedan llegar al proyecto con ritmo de competición y rendimiento inmediato -el caso de Aitor García- o hambrientos de oportunidades, recelosos con otros que presentan un mejor cartel a priori por su estatus de jugadores de Primera. Los directores deportivos y agentes, además, siempre recuerdan que este es un mercado inflaccionado y en el que pocas veces se obtiene lo que se quiere. Otro 'pero' es la fugacidad y el poco recorrido que tienen los futbolistas que se incorporan en enero. Solo Hernán, al que ahora se busca una salida, y Aitor, aguantan.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.