Martí señala el cuaderno de su segundo entrenador, Fabián Rivero, en presencia del preparador físico, Eduardo Domínguez. ARNALDO GARCÍA
Sporting

Martí se pone a prueba en su escuela

El técnico del Sporting buscará su primer triunfo en Anoeta, donde vivió un máster acelerado a las órdenes de Juanma Lillo

IVÁN ÁLVAREZ

GIJÓN.

Sábado, 5 de marzo 2022, 01:57

Arruinado por el Zaragoza en el tiempo añadido su estreno, José Luis Martí pretende enmendar ese tropiezo de su primer paso a las riendas del Sporting y empezar a sumar victorias que le permitan labrarse un futuro en el banquillo rojiblanco, La semilla en ... ese proceso pasa por un triunfo en Anoeta, una de las cuatro estaciones en un larguísimo itinerario que le permitió superar con holgura el medio millar de partidos en competición oficial antes de colgar las botas.

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En San Sebastián, la ciudad a la que regresará este lunes con la necesidad de obtener tres puntos que desatasquen al Sporting, vivió el balear su estancia más breve dentro de todos los clubes presentes en su currículo como centrocampista, pero esos cinco meses y medio alimentaron de forma decisiva su interés por los entresijos de la fase ofensiva del juego y contribuyeron a su intención de ligar su futuro a la pizarra al cruzar su camino con el de Juanma Lillo. El entrenador tolosarra fue por su sapiencia uno de los técnicos de mayor influencia en la prolífica trayectoria en la medular del actual técnico sportinguista. «Con 33 años me enseñó más que lo que había aprendido en los 33 años anteriores», confesó la temporada pasada durante una entrevista al programa radiofónico 'La Hora Blanquiazul' en su etapa en el banquillo local de Butarque.

Titular indiscutible para el ahora escudero de Pep Guardiola, como refleja su presencia en las once alineaciones que tuvo que confeccionar el tolosarra en aquel tramo final de temporada en Anoeta, Martí se quedó prendado de su pedagogía para hacerle comprender al jugador la motivación de cada decisión y su amplio abanico de maniobras en campo contrario. Fue una de las fuentes de las que bebió a la hora de impulsar un camino como entrenador con unos primeros pasos frenéticos, que le llevaron a estar inmerso en la lucha por eludir el descenso con el Tenerife un puñado de meses después de colgar las botas en el Mallorca. En esas situaciones en las que toca caminar sobre el alambre también rememora las enseñanzas del afilado colmillo competitivo que transmite Joaquín Caparrós, la maestría táctica que percibió en Rafa Benítez y la gestión del grupo del exsportinguista Javier Clemente a la hora de «quitarle los nervios» y descargar de presión a la plantilla. Un rasgo que el palmesano considera necesario aprovechar ahora en el banquillo que en su día ocupó el experimentado vizcaíno.

Obligado a preparar contra el reloj su puesta de largo como entrenador local en El Molinón, Martí ha podido contar con una semana entera de entrenamientos para ahondar en la concepción del juego que pretende implantar en las trece últimas jornadas y conseguir su primera victoria como sportinguista en su primer encuentro desde el área técnica en Anoeta. En ese estadio, desde el césped, lamentó cómo se le esfumaba un complicado ascenso a Primera al salir perdedor de un vibrante pulso ante el Sporting comandado por Preciado, pero, aunque no se le abrieron de forma directa las puertas para su regreso a la máxima categoría del fútbol español como pretendía, sí logró añadir un lustro más en la élite con la camiseta del Mallorca, con la que puso punto final a su dilatada carrera.

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Después de tomar buena nota el pasado sábado en el Carlos Tartiere de la Real Sociedad B, el técnico sportinguista pretende detener la línea ascendente del filial donostiarra e iniciar la suya para evitar verse en un atolladero de mayor gravedad del que acecha a los sportinguistas tras las dos derrotas consecutivas que han sufrido como anfitriones. Ante la amenaza de los alumnos aventajados de Zubieta, que ya asaltaron El Molinón en la primera vuelta al imponerse por la mínima (0-1) en un choque marcado por las numerosas bajas en ambos bandos, Martí no debe permitirse otro resultado que manche su expediente y acentúe los problemas clasificatorios que persiguen al Sporting.

Al excentrocampista balear le confiaron en Mareo las riendas del equipo para taponar la hemorragia defensiva que propició el desplome clasificatorio y todavía padece el conjunto rojiblanco, trémulo ante el primer golpe a pesar de los cambios en la retaguardia que introdujo en su primer choque a los mandos. Sin apenas margen de error, obligado a ir a remolque en una carrera en la que solo alcanzó un buen ritmo en el primer mes de competición, Martí necesitará sacar provecho de algunas de las enseñanzas adquiridas en un máster acelerado recibido en una posición estratégica de Juanma Lillo. Ahora, frente a otro técnico de Tolosa como Xabi Alonso, contra el que libró más de un duelo en la zona ancha, pretende tomar impulso para alejarse del precipicio del descenso y lograr esa calma que todos los entrenadores necesitan para poder lograr la impronta que dejó en él aquellos meses hace más de una década en San Sebastián.

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