Martí: «Tenemos que ser doce cuando las cosas vienen tan mal dadas como ahora»

«No soy una persona que crea en la crítica, sino en la corrección. Evidentemente, si los resultados no han llegado es porque algo no estamos haciendo bien. No hay que engañarse a uno mismo, eso es lo peor que puede pasar», expuso el técnico sin echar balones fuera. Enfrascado en la búsqueda de soluciones que permitan atajar la mala racha y lograr su primera victoria, está enfocado en «revisar todas las acciones» y «corregir las situaciones» a mejorar para evitar ceder más puntos como los dos que ha visto esfumarse frente al Zaragoza y la Real Sociedad B. En las rectas finales de ambos choques observa «aspectos completamente diferentes», pero concluye que en esos últimos minutos deben «ser más inteligentes».

Pendiente de los futbolistas con diferentes molestias físicas que condicionan su presencia en el choque de mañana contra el Tenerife, el técnico balear percibe al vestuario «con ánimo de revancha, de volver a ganar». Aroma de reivindicación tras una semana en la que el cuerpo técnico también ha hecho hincapié en «transmitirle confianza» al jugador.

«Tienen que sacar todo lo que tienen dentro. Poco a poco van a ir sacando su mejor versión», proclamó el exmediocentro, Con la esperanza de ver una grada que empuje a su equipo, equiparó ese vínculo a una relación paternofilial. «Se trata de ser un buen padre y un buen hijo. Los que somos padres sabemos que queremos lo mejor para nuestros hijos y sabemos que tenemos que apretarles, estar siempre encima de ellos para que saquen su mejor versión. Eso es lo que va a hacer nuestra afición, intentar ayudarnos. Pero sobre todo en los momentos difíciles», argumentó.

«Por lo que palpo, por la sensación que me transmite el club y los aficionados que me encuentro por la calle es que vamos a ver un Molinón apoyando al equipo en todo momento. Dándole ese plus, porque al final tenemos que ser doce para cuando vienen las cosas tan mal dadas como ahora», profundizó.

A pesar de su condición de recién llegado al club, no es ajeno a la trascendencia del homenaje que ayer recibió Mariño antes del comienzo del entrenamiento. «Cuando uno recibe una camiseta con doscientos partidos lo dice todo. Lo importante es que sean muchos más», valoró. Los elogios los extendió a los compañeros de demarcación del vigués, Cuéllar y Joel Jiménez, al asegurar que en la entidad están «orgullosos de cómo defienden los colores».

Con la intención de aislarse de lo que hagan los rivales directos en la lucha por eludir el descenso para no perder «ni un ápice» de su pensamiento respecto al duelo contra el Tenerife, ensalzó la solidez y el orden del conjunto insular. «Es un equipo agresivo, que no permite al rival muchas ocasiones», destacó el preparador balear, atento también a su velocidad, que obligará a los rojiblancos a «estar muy atentos a las vigilancias» durante los ataques. Frente al peligro visitante, aboga por posesiones largas y minimizar errores en las pérdidas, una de las facetas que considera que están lastrando a los gijoneses. Abierto a «cambios tácticos» mañana, con «algún matiz» para encontrar las debilidades del rival, ante la pujanza de los perseguidores prioriza que sus jugadores tengan las ideas claras.