Dominio y victoria en Miramar

El Sporting comenzó el partido con un 4-4-2, en el que Gio Zarfino y Pedro Díaz ocuparon las dos posiciones de mediocentro, con Otero y Cristo en la punta del ataque. Nacho Méndez, que dio la victoria a los rojiblancos, también salió de inicio, aunque escorado en la banda derecha. En el centro de la zaga Abelardo apostó esta vez por dos centrales puros, Somolinos e Insua, a la espera del partido que esta tarde jugará el equipo ante el Real Avilés en el Román Suárez Puerta (19 horas) y que supondrá el cierre de la pretemporada.

Los rojiblancos marcaron territorio desde el inicio del encuentro. Las señas de identidad de este Sporting son cada vez más claras, a una semana de que comience la Liga. La presión alta y la intensidad en todo el campo es innegociable y, por lo visto esta mañana, solo cuando el equipo necesita un respiro se relaja el esfuerzo. La táctica dio sus frutos. El Marino era incapaz de salir de su campo, lanzando balones largos que crearon muy poco peligro durante los primeros 45 minutos. Ni siquiera el recurso de Isma Fagir, el espigado delantero de los luanquinos que roza los dos metros y que está acostumbrado a jugar de espaldas, sirvió al Marino para zafarse de la presión del Sporting.

La presión en los rojiblancos es innegociable, pero también lo es tratar de sacar el balón jugado desde atrás. El equipo comenzó con mucha paciencia, con Gio y, sobre todo, Pedro tratando de hacer jugar al equipo. La primera ocasión llegó en el minuto cinco. Una jugada por la derecha acabó con un centro a la frontal del área que acabó con un disparo a puerta de Cristo. El balón superó a Buru, pero la jugada estaba anulada porque el balón había salido por la línea de fondo.

Con Queipo muy activo y Cristo y Otero tratando de buscar espacios entre la defensa del Marino, el Sporting hizo algunas jugadas de mérito en la primera mitad, pero falló a la hora de rematar, una aspecto el del disparo que tiene margen de mejora.

Al descanso, el Marino hizo cuatro cambios y encaró con otro espíritu el partido, más abierto que en la primera mitad. El Sporting seguía con el mismo once y Pol Valentín, que ocupó el lateral derecho, dio muestra de su velocidad en varias internadas. En una de ellas, en el minuto 17, consiguió lanzar a Queipo, que puso un pase al primer palo que encontró Nacho Méndez. Ocasión clara que el sportinguista no desaprovechó y que ponía el 0-1 en el marcador.

Ya no se movería más el marcador. Abelardo dio descanso a Gio Zarfino, Nacho Méndez y Somolinos para dar entrada a tres canteranos: Lucas Suárez, Juan Aspra y Pol Marín. Este último fue uno de los más destacados de la segunda parte, demostrando un buen juego de espaldas y capacidad para el desmarque.

En el Marino acabaron jugando todos los convocados. El conjunto luanquín tuvo acciones de mérito y a punto estuvo de aprovechar un error de cálculo de Insua, que midió mal un balón alto con el partido casi acabado. Cárcaba no fue capaz de convertir en gol uno de esos fallos que en Segunda División suelen salir más caros. El balance del partido fue bueno para el Sporting. Un equipo sólido que busca tener el balón, robarlo pronto cuando lo juega el rival y que sabe también aprovechar los balones largos para tratar de crear peligro.