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ALEJANDRO FORCELLEDO
GIJÓN.
Miércoles, 28 de diciembre 2022, 01:20
Manolo Mesa jugó 443 encuentros con la camiseta del Sporting. Llegó a disputar ocho encuentros de la Copa de la UEFA. Estuvo con el ... equipo en Colonia, Belgrado, Praga y Eindhoven. Jugó con la selección española en un par de ocasiones y logró marcar un tanto. Disputó las dos finales de Copa del Rey que el Sporting perdió ante Real Madrid y Barcelona. 'El Quillo' o 'Siete pulmones' como lo llamaba la hinchada rojiblanca cumplió este lunes 70 años. Manolo Mesa llegó a Gijón en el año 1975 desde la bahía de Cádiz. Le costó aclimatarse e incluso en su primer año en Gijón vivió un descenso a Segunda, pero al año siguiente el equipo retornó a Primera para firmar los mejores años de la entidad rojiblanca. Mesa es una de las leyendas del Sporting que más cariño levanta entre los aficionados.
-Lo primero, feliz cumpleaños, ¿cómo lleva los 70?
-Pues muy bien. Lo importante es haber cumplido todos los que llevo. Estoy bien físicamente y mi familia también está bien, con eso soy feliz.
-¿Qué significa para usted Gijón?
-Es un orgullo haber estado doce años allí. Lo más importante que me ha sucedido en la vida me pasó en Gijón. No lo podré olvidar jamás.
-¿Recuerda cómo fue su fichaje?
-Fue lo máximo cuando vino Enrique Casas a buscarme a un Tercera. Como deportista me costó un poco, no lo niego.
-¿Por qué lo dice?
-Pues porque no existía Mareo, no había donde entrenar y para un hombre del Sur como yo pensar en jugar en el Norte no era sencillo.
-¿Dónde vivía en Gijón?
-Pues cuando llegué primero estuve en la calle Manso y cuando Paco Herrera dejó su piso de Aquilino Hurlé me lo ofreció y me lo quedé yo.
-¿Y cómo era el vestuario que se encontró?
-Tuve unos compañeros increíbles. Cuando yo llegué había gente veterana como Tati Valdés, José Manuel o Ciriaco Cano que me acogieron como a uno más. Allí me encontré gente fabulosa.
-¿Con quién hizo más migas?
-Más o menos con los que eran de mi quinta como Ferrero, Redondo y Castro. También hice amigos como Doria con quien sigo en contacto hoy en día.
-En doce años convivió con unas cuantas quintas.
-Sí, claro. Luego llegaron algunos futbolistas algo más jóvenes que yo con los que me hubiera gustado seguir en aquel equipo. Jiménez, Claudio, Joaquín, Maceda, pero es que la gente del club era espectacular. José Luis Rubio, Pepe Ortíz, Tamayo que era quien nos llevaba la ropa. Todos ellos fueron como hermanos para mí.
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-Entonces no le costaría tanto.
-Bueno, es que ahora parece todo muy sencillo viendo Mareo, pero nosotros entrenábamos en la Universidad Laboral o nos metían en cualquier campo o pasábamos el día corriendo por el parque. No era fácil, no se crea.
-¿Con Mareo cambió todo?
-Fue rápido. Yo diría que al segundo año de estar yo allí ya nos fuimos a Mareo y comenzó a cambiar todo. Subimos a Primera y nos asentamos e incluso jugamos la UEFA en varias ocasiones y llegamos a disputar la Liga y dos finales de Copa, casi nada. Creo que nos merecimos un título que nunca llegó.
-¿Le hubiera gustado acabar su carrera en el Sporting?
-Hubiera dado algo por haber seguido en el Sporting y acabar mi carrera en Gijón. Me fui con 34 años, pero es que los que venían eran muy buenos. Yo jugué con Mino, Eloy, Zurdi, Marcelino...
-Y detrás venía gente muy buena también.
-Claro, venían otros con una pinta tremenda. Abelardo, Luis Enrique, los Ablanedo, Eraña, Tati, Monchu, hubiera dado algo por jugar con ellos, de verdad lo digo.
-¿Por qué no siguió?
-Yo lo intenté. Me fastidió no hacerlo, lo juro. Hice todo por seguir, le di al club una semana para decidirse, pero no me llamaron hasta un mes después y yo ya me había comprometido con la Balompédica.
-¿Quién se puso en contacto con usted?
-Me llamó José Manuel, que era gran amigo mío y yo no pedía nada del otro mundo. Venía de jugar casi cuarenta partidos aquella temporada y me ofrecían ir renovando año a año si jugaba una cantidad de encuentros determinada y yo a eso me negué.
-¿Sigue al Sporting?
-Claro que lo veo. Los resultados no están acompañando, falta gol, pero queda muchísimo todavía para terminar la temporada.
-¿Cree que pueden llegar a la promoción de ascenso?
-Lo tienen que intentar hasta el último minuto. Mira, te voy a explicar una cosa de cómo funciona el fútbol. Lo más importante, pese a lo que digan los expertos y en las tertulias, es el trabajo.
-Ese discurso se repite mucho.
-Es que no hay otro secreto. Trabajar y trabajar. El ejemplo lo tiene en Messi o Cristiano Ronaldo, han aprendido a jugar de otra manera, pero trabajan como el que más. Si has visto el Mundial ves a Messi controlarse y hacer otro juego, pero trabaja como cuando tenía veinte años.
-¿Qué futbolista le gusta?
-Yo no quiero un futbolista que recupere diez balones y pierda veinte. La calidad de cada uno tiene que aportar a los demás. Roba y dásela a uno mejor que tú, no hay problema. Era lo que hacía yo, pero claro igual lo tenía muy fácil.
-En el Sporting roba mucho Rivera, ¿le gusta?
-Roba mucho, es cierto, pero no tiene la misma capacidad de pase que tenía por ejemplo Joaquín. Rivera es joven, lo irá mejorando y entrenando, es buen futbolista, pero es que Joaquín era otra cosa.
-¿Joaquín es un buen ejemplo de adaptación?
-Lo pasó fatal. Jugaba en banda, no le venía bien, hubo un cambio de sistema y de entrenador y ya se fue al centro del campo y lo que nos daba era inmenso, cortaba veinte balones, los protegía, era increíble.
-Usted jugó hasta muy mayor ¿cuál fue su secreto?
-Yo con cuarenta años estaba jugando una fase de acenso a Segunda. Estaba en la Balompédica Linense y nos tocaron el Girona, el Salamanca y el Villarreal, los tres eran equipos para subir. No subimos, era complicado. ¿Mi secreto? Trabajar, tener suerte con las lesiones y que me gustaba lo que hacía.
-¿Hace mucho que no viene por Gijón?
-Antes de la pandemia estuve en Gijón. Me perdí cuando vino Doria a España que me hubiera gustado mucho encontrarlo.
-¿Echa de menos a sus compañeros?
-Eso siempre. Estuve con ellos el día de los veteranos y con Quique Morán que es otro gran tipo.
-¿Le gustaba mucho su vida aquí en Gijón?
-Es que yo era feliz sentado en el parque con ellos, en serio lo digo. Íbamos ahí al lado del Piles a caminar y a charlar. Eché muchas horas en el parque esperando a que los niños salieran del colegio, eran tiempos muy felices.
-¿Qué espera del Sporting?
-Pues ojalá verle de nuevo en Primera, pero me gustaría que por ejemplo Joaquín tuviera más peso. Sé que está implicado ahora como asesor o algo así, pero me gustaría verlo más en algo deportivo, sabe de fútbol. Tiene un mérito tremendo y creo que sería un gran asesor del entrenador que esté.
-¿Tiene algún mensaje para el sportinguismo?
-Me gustaría decir que aquí, en este rincón de Andalucía donde estoy, el Sporting tiene un aficionado más y un hincha.
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