«Estamos a tope para el partido»

Gijón vive una efervescencia como hacía años que no se recordaba. Colectivos de diferentes ámbitos e instituciones están volcados con el Sporting para tratar de dar un último empujón a un club que puede alcanzar la gloria que ya tocaron con Preciado y Abelardo: regresar a Primera. Después de 42 jornadas de Liga siguiendo un mismo patrón, el club decidió que la de ayer era una buena fecha para cambiar las rutinas. La plantilla se concentró en el hotel Artiem, donde desarrollaron una sesión de entrenamiento más centrada en el trabajo de gimnasio, velando ya armas para lo que se viene. Un pequeño retiro antes de la primera de los dos batallas que tendrán que afrontar en apenas cuatro días.

Seis años hacía ya que los rojiblancos no llegaban a final de temporada con opciones de regresar a la élite. Y eso se nota. Los jugadores, todo sonrisas después de haber alcanzado el 'play off' en la última jornada de la liga regular, llegaron al hotel de concentración habitual del Sporting para vivir una jornada diferente. «Estamos a tope para el partido», aseguraba Fran Villalba en su entrada al hotel. Sonrientes y convencidos de que si hacen el plan de partido pueden decantar de su lado la eliminatoria ante el Espanyol.

Hubo trabajo, pero como advirtió Miguel Ángel Ramírez, técnico del Sporting, muy medido para no sobrecargar a unos jugadores que llevan muchos partidos en sus piernas. En el retiro de Villaviciosa, la plantilla pudo abstraerse del ambiente de una ciudad que vive enfebrecida la previa del partido más importante del año hasta la fecha.

Porque Gijón no deja de crecerse ante lo que está por venir y aquí lo simbólico juega un papel importante. La tradicional bandera de Gijón que luce al viento todo el año en La Escalerona fue sustituida ayer por una del Sporting, dejando claro a poco más de 48 horas del partido ante el Espanyol dónde está puesto el foco.

La cita será el domingo en El Molinón a una hora, las nueve de la noche, que no suele gustar a los aficionados. No será problema esta vez. El club ya tiene garantizados 18.500 asientos ocupados no por espectadores, sino por sportinguistas que a buen seguro se dejarán las gargantas para empujar a su equipo en la primera mitad de esta eliminatoria, el primer paso para tratar de volver a Primera.

Las muestras de afecto y apoyo al Sporting se multiplican por la ciudad. Varios fueron los colegios que ayer se movilizaron para lanzar un mensaje de ánimo e ilusión a unos jugadores sobre los los que hay muchas esperanzas depositadas. La ciudad, que en toda España consideran que cuenta con una afición de Primera, está ansiosa por que llegue el momento del partido.

La previa será intensa. Los jugadores se desplazarán esta mañana a El Molinón, donde desarrollarán un entrenamiento abierto al público al que se espera que acudan miles de personas (11 horas). Los propios centros educativos de la ciudad han animado a sus alumnos a no perderse la cita, que pondrá la piel de gallina a más de uno.

De ahí, los jugadores regresarán a sus casas para seguir con la rutina normal de todos los fines de semana de Liga. Descanso, concentración previa al partido y, después, la locura. El ambiente que se espera en El Molinón será el de las grandes citas, con recibimiento, mosaico y una entrada espectacular. Un partido que ningún futbolista quiere perderse y que contará con una ciudad detrás para empujar y empujar hacia la victoria.

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