Jony aprieta los dientes

Así, el día a día de Jony está marcado por el trabajo físico, buscando sudar la gota gorda desde el mes de junio para llegar a la pretemporada en plenitud. El inicio de la del Sporting, a la que no tiene garantizado llegar, será el próximo 9 de julio. Eso le deja unas cinco semanas de trabajo por delante, con la búsqueda de algún oasis puntual. Salvo un día a la semana de descanso o dos, dependiendo de la carga de trabajo, el extremo está siguiendo un exigente plan de trabajo acordado con el club y su preparador físico de confianza, Rubén Pons, que trabajó como fisioterapeuta para el Villarreal y el Liverpool, entre otros equipos.

La primera semana de vacaciones, Jony la pasó en Mareo, con sesiones vespertinas: trabajos de fuerza, carrera continua, fases de gimnasio... Todo ello supervisado por César Castaño, que incluyó alguna novedad en su agenda para romper la monotonía, como alguna salida, como fue la subida al refugio del Picu Urriellu en compañía de varios miembros del club. Unos doce kilómetros, ida y vuelta, saliendo desde Sotres. En esta segunda semana, el cangués ha cambiado de escenario, pasando unos días en Benicassim, donde está bajo la tutela de Pons hasta el final de la semana. Igual que su compañero en la Lazio Luis Alberto, con el que tiene una buena amistad.

La segunda parte de la agenda, avanzando el calendario de verano, le llevará a Ibiza, donde pasará unos días con su familia, pero manteniendo la rutina de entrenamientos. Aunque, como matiz, allí abrirá el abanico al trabajo de campo, en el césped y con balón, con otro profesional que le dirigirá en el día a día. Será hasta el 18 de este mes, todo pautado. Entonces, la idea que el cangués tiene con sus personas de confianza y el propio Sporting es regresar a Mareo. Otra vez con César Castaño.

A Abelardo y al Sporting, Jony les hizo la promesa de que haría todo lo posible para liberarse de su contrato con la Lazio. Si lo logra, como adelantó EL COMERCIO, la intención del club es ofrecerle un contrato de larga duración, por cuatro temporadas, para amortiguar de alguna forma la pérdida económica que experimentaría. Pero también se comprometió y se obsesionó con llegar en las mejores condiciones si todo va según el plan previsto. El pasado curso, en ese sentido, fue muy duro. «Lo ha pasado muy mal», confirman desde el club sobre lo que le tocó vivir la última temporada. Primero, sin contar para la Lazio, apartado. Segundo, porque en Gijón «asumió» una responsabilidad muy grande sobre sus espaldas, llegó sin ritmo, tuvo distintos problemas musculares, incluso participó en algún partido con un hueso de un dedo del pie roto. Todo esto, con el equipo en riesgo, derivó en un sentimiento de impotencia y frustración del que se quiere resarcir.

José Antonio Morga

«Jony representa un poco el sportinguismo y a mi me encantaría que siguiese en el club», reconoció Abelardo en una de sus últimas intervenciones. Tanto el entrenador, quien ha sacado su mejor versión en el fútbol y que está convencido de que con un físico muy fino volverá a ser diferencial en Segunda, como el cangués, tienen el deseo firme de volver a unir sus caminos este verano. La hoja de ruta ideal sería una desvinculación rápida para que el jugador, como pretende 'El Pitu', pueda trabajar desde los primeros días con el resto de sus compañeros y con el plan que diseña José Antonio Morga.