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MANUEL ROSETY
Domingo, 13 de diciembre 2020, 04:22
Javier Tebas fue abogado del Sporting. Sólo representó al club gijonés en una demanda y lo aconsejó durante algo más de un año, en una época complicada. Fue una solución de urgencia en un momento delicado, con una presencia puntual.
Tebas fue un recurso ... del consejo formado por Manuel Vega-Arango, Antonio Veiga, Mariano Fernández Prendes y Amador Yenes, con la intervención de Alfredo García Amado, quien tenía amistad personal con quien entonces era vicepresidente de la Liga de Fútbol Profesional y representante del desaparecido G-30.
El Sporting tenía como abogado a Viliulfo Aníbal Díaz Pérez. Su contratación había sido una recomendación de José Fernández tras su llegada a la presidencia, en 1994. Al letrado le tocó una época atípica. El caso más enrevesado fue el de unas actas de Hacienda, con una reclamación inicial que estaba en torno a 360.000 euros correspondientes a contratos de imagen de jugadores, correspondiente al mandato anterior a la conversión del club en SAD. Sus reiterados recursos no prosperaron y tuvieron un efecto polémico entre los componentes del consejo de entonces, en una época presidencialista. La deuda llegó a 2,4 millones, con intereses y recargos. La mayor parte fue asumida por el máximo accionista, al cancelar un crédito del Banco Herrero, a cambio de las acciones de los que habían sido sus compañeros de consejo.
El letrado gallego tuvo que defender al Sporting en bastantes juicios, en una época de impagos y problemas de liquidez. El más sonoro fue el caso de Lediakhov, tras ser despedido el jugador ruso, por una actitud polémica en sus dos últimos años en la entidad.
La salida de Viliulfo Díaz fue una cuestión de falta de confianza. El abogado vigués había recibido el encargo de José Fernández de formar consejo tras el traumático descenso de 1998, con un inicio catastrófico en Segunda. La idea de la propiedad era que Manuel Vega-Arango fuera nombrado presidente, pero el letrado se opuso. Fue cuando salió Germán Ojeda, quien presidió el club siete meses de continuas polémicas, enfrentado a la propiedad y al mismo Viliulfo Díaz, quien propuso su incorporación y aceptó su presidencia.
El relevo en la presidencia de noviembre de 2002, con el nombramiento de Manuel Vega-Arango en sustitución del dimitido Juan Manuel Pérez Arango, propició un cambio en los servicios jurídicos. El abogado gallego parecía haber adquirido más influencia en la etapa de Pérez Arango, con quien despachaba personalmente y tenía un trato más amistoso, así como un control importante en la entidad. Sin embargo, tras el relevo en el consejo pasó a ser una figura en la que no confiaba el nuevo presidente, a quien tres años le había cortado el acceso al cargo. Las relaciones eran tensas y el nuevo consejo optó por, en primer lugar, fiscalizar la actividad del abogado gallego.
La ruptura ocasionó una demanda de Viliulfo Díaz contra el Sporting, con una reclamación de 180.000 euros. El problema del club en aquella situación es que estaba sin abogado. El consejo dio vía libre a Alfredo García Amado para que hiciera una gestión con Javier Tebas, quien aceptó representar al club en juicio contra el ex asesor jurídico. Fue una negociación muy rápida, porque en un plazo de dos días, el letrado costarricense se presentó en Gijón.
La imagen de Tebas ya era polémica en aquella época. Había representado a varios clubes, con intervención en la compra del Badajoz, al que dirigió dos años tras la espantada del nuevo dueño. El club pacense estuvo al borde de la desaparición. También tuvo un episodio polémico en el Xerez, del que salió airoso al final.
Tebas debutó como abogado del Sporting el nueve de mayo de 2003. Su primera intervención fue lograr un aplazamiento en la vista por la reclamación de Viliulfo Díaz. Un mes después se produjo un acuerdo previo, por lo que el juicio no llegó a celebrarse. El Sporting tuvo que indemnizar al abogado saliente, con quien las relaciones dejaron de existir a todos los niveles desde el cuadro dirigente del club gijonés.
La única intervención de Tebas en representación del club gijonés fue por la amistad personal del abogado de la Liga con García Amado. Incluso no pasó minuta alguna por sus servicios. Posteriormente aconsejó al Sporting en situaciones puntuales, pero sin figurar como abogado del club. Sus intervenciones fueron a título personal, por una cuestión de relación amistosa con el director general rojiblanco.
Tras aplicación del proceso concursal de 2005, el club contrató los servicios del abogado gijonés Antonio Sarasúa, quien tuvo que lidiar una etapa muy complicada de la entidad rojiblanca.
Así fue Javier Tebas, la persona más relevante del fútbol actual en España, abogado del Sporting. Una curiosa historia.
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