Irarragorri regresa a Gijón años después de su primera visita

También Alfonso Villalva conocía bien Asturias y la zona del Oriente, con Llanes y Ribadesella, donde tiene alguna amistad en un territorio plagado en verano de mexicanos de ascendencia asturiana, como el propio José Riestra, presidente del Atlas y un ejecutivo de la máxima confianza de los dos.

Antes de pisar Gijón, los dos hicieron un guiño a la causa sportinguista, comenzando a seguir al Sporting en sus redes sociales. El Grupo Orlegi, como tal, todavía no. Faltaba el acto oficial de la firma y los dos lo tenían presente. Así, no quisieron entrar todavía a El Molinón ni poner un pie en Mareo. Sí tuvieron tiempo de ver a través de los cristales de la ventanilla del vehículo que los trajo la imponente estructura del estadio del Sporting, el campo más antiguo del fútbol profesional español.

En su breve recorrido por el centro, Alejandro Irarragorri y Villalva tuvieron tiempo para pasar y contemplar la legendaria estatua de Pelayo, con alguna explicación añadida de sus acompañantes, en la zona en la que se vivió el gran estallido del último ascenso a Primera División en junio de 2015, en aquella multitudinaria celebración después del éxito de la generación de los 'guajes', con la victoria en el Villamarín y el agónico gol al Girona de Pablo Caballero, futbolista entonces del Lugo, en la última jornada.