Irarragorri, en su primera visita a Mareo: «Esto será la base de todo lo que viene para el equipo»

El nuevo dueño del Sporting visitó los distintos campos de fútbol, la zona de las cabañas, donde se cruzó con los jóvenes del primer turno del campamento deportivo de la que iban a desayunar, y también se acercó a ver la cercana finca de 'La Marruca', adquirida por el Sporting con la intención de ampliar Mareo.

La impresión que se llevó Alejandro Irarragorri de las instalaciones rojiblancas no pudo ser mejor. Se mostró impresionado ante «un lugar maravilloso, con un potencial enorme». «No dejo de pensar en una serie de oportunidades que hay que ir apuntalando y seguramente esto será la base de toda la construcción de lo que viene para el equipo, para la institución y para la afición», aseguró el presidente del Sporting.

La historia del Sporting que comenzó el martes una nueva era, en Madrid, en la calle de Goya número 61, presenciada de principio a fin por EL COMERCIO, el único medio de comunicación asturiano presente en la capital para informar de una jornada crucial. El relato nació y terminó en la notaría de Celso Méndez Ureña, quien trabajó hace años, ironías del destino, en Gijón. En esa segunda planta dejó la familia Fernández casi tres décadas de gobierno, para desvincularse del Sporting. Allí recogió el bastón de mando el Grupo Orlegi, con Alejandro Irarragorri y Alfonso Villalva sobre el terreno. Ansiosos por firmar y salir pitando hacia Gijón.

En una larguísima jornada que comenzó a las 9.40 horas, cuando Ramón de Santiago aparecía en el horizonte y entraba por la puerta principal del edificio, se formalizó la venta del 73% del paquete accionarial mayoritario del club a Orlegi, que aumentará su familia futbolística de Atlas y Santos Laguna con el Sporting. Tres hermanos con los que afianzar un proyecto colectivo, pero sin perder de vista la idiosincrasia de cada uno. Mareo, de hecho, emergió en el comunicado de confirmación como la piedra filosofal. Unos minutos después, Javier Fernández, aún como presidente rojiblanco y máximo accionista, seguía al abogado sevillano.