«Me habría gustado jugar en el Sporting, fue la primera ciudad en la que viví el fútbol»

César Gelabert (Palencia, 2000) habla igual que juega. Con Es puro desparpajo. La 'brújula' que dirigió al Mirandés hacia la yugular del Sporting en la última visita del equipo burgalés (3-4), con un soberbio partido de este joven mediapunta, vive y compite hoy en Toulouse, en la Ligue-1, a donde llegó tras dos años curtiéndose en Miranda de Ebro. Labrándose una carrera que avanza con pasos muy firmes, al galope de su verticalidad y talento, y dando rienda suelta a una pasión que prendió en los dos años que vivió en Gijón por la situación laboral de su padre, Juanmi, entonces jugador del Sporting. Su recuerdo de todo, «inolvidable».

-¿Qué tal le va por Francia?

-Bien. Acabo de llegar. Es todo muy nuevo, como con cualquier adaptación. Me voy haciendo poco a poco al idioma, a los compañeros, a la comida, que es diferente a la de España... Estoy muy contento y con ganas de dar el cien por cien.

-¿Se ha recuperado de su lesión?

-Sí. Justo en la segunda semana de pretemporada hubo mucha carga de trabajo y tuve la mala suerte de tener una pequeña rotura en el cuádriceps. Tuve que parar. Pero hace dos fines de semana ya jugué quince minutos contra la Roma y he ido yendo convocado poco a poco, con una adaptación progresiva.

-El entrenador del Girondins de Burdeos deslizó que Pedro Díaz no había llegado en el punto de forma que se requiere en Francia. ¿Hay tanta diferencia en la preparación de ahí?

-Sí, sí. La pretemporada, a nivel físico, ha sido de mucho correr, mucho físico, trabajo de gimnasio, también balón... Esta Liga es de muchas transiciones, balones largos al espacio, segundas jugadas. Un reto. Pero hay que hacerse a todo.

-Usted vivió dos años en Gijón. ¿Cómo los recuerda?

-Vivía en una urbanización cerca de El Molinón. Gijón es una ciudad muy bonita. A mi familia le gusta mucho. Iba a un colegio en Las Metas, a parvulitos. Luego estuve en El Clarín, donde me inicié como jugador. Fueron dos años maravillosos.

-¿Llegó a jugar en Mareo?

-Sí, pero de rival. Contra el Sporting prebenjamín. La última vez que fui a Mareo estaba muy cambiado, pero son recuerdos muy bonitos. Fueron dos años maravillosos, de verdad. Yo tenía 5 ó 6 años. Era muy pequeño.

-Sus primeras camisetas serían del Sporting, ¿no?

-Claro. ¡Y me venían doce tallas más grandes (risas)! Eran de mi padre. ¡Las de Astore! Tengo fotos todavía por ahí. Fue muy especial. Viví El Molinón como un aficionado total, pero me tocó jugar los dos últimos años en contra con el Mirandés. El Molinón es un campo espectacular.

-¿Fue el primer estadio al que asistió como aficionado?

-Sí. Creo que fui al del Sevilla antes, cuando estaba mi padre, pero era muy, muy pequeño. El Molinón es el primer campo al que fui siendo consciente. Di mis primeras patadas allí y sentí el deseo de querer jugar al fútbol allí. Viendo a ese aficionado del Sporting apretando... Me motivó mucho. Disfruté mucho como aficionado de El Molinón.

-¿Algún recuerdo?

-(Pensativo). Me acuerdo de un 5-4 contra el Cádiz en el que marcó Congo. Fue una remontada brutal en El Molinón. Yo estaba viendo el partido donde el túnel de vestuarios, con los expulsados. Pensé que se caía el estadio encima cuando marcó Congo. Siempre me metía en el túnel, no sé por qué, pero me gustaba. Recuerdo a Barral, Congo, Ximo Enguix, 'Gati', Diego Castro...

-¿Nunca hubo gestiones abiertas en estos dos últimos años para regresar a Gijón como futbolista del Sporting?

-No tuve ninguna noticia. Hablé con mis representantes en cada ventana de traspasos y nunca llegó nada del Sporting.

-¿Y le habría gustado?

-Bueno... Está claro. El Sporting es un equipo al que le tengo mucho cariño. Fue la primera ciudad donde realmente viví el fútbol. En el momento de la salida del Madrid habría sido una buena opción, pero terminé en el Mirandés, al que estoy muy agradecido. Me quedé impactado con la ciudad y la afición. No es una ciudad grande, pero animan, empujan... La vida diaria es increíble.

-Vaya partido hizo el año pasado en El Molinón...

-Lo que me tocaba para mi equipo. Estuvimos muy concentrados. Sabíamos lo que nos jugábamos en las últimas jornadas, puesto que nuestro objetivo era salvarnos, y lo trabajamos bien. Nos salió un partido de diez. Casi nos remontan al final (risas), pero nos salió muy bien. Es ese día en el que te sale todo.

-¿Tenían muy estudiadas las debilidades del Sporting cuando perdía el balón?

-Teníamos estudiados a todos los equipos. Por la semana hacíamos mucho táctico, veíamos a los equipos en vídeo. Teníamos el balón parado, la presión muy coordinada. Teníamos planeado ir a presionar muy arriba y, sobre todo, al '6' (Marsà) para robar arriba. Las transiciones nos salieron perfectas.

-¿Y para usted era una motivación especial?

-Conocía bien El Molinón. No como jugador, sino como aficionado. El año anterior había jugado ya en Gijón mi segundo partido fuera de casa en el fútbol profesional y me quedé muy impactado. Lo que se vive desde fuera, dentro es muy diferente. Notas la presión, la gente empujando. Es lo más bonito que hay.

-¿Verá el partido del domingo?

-Claro. Los estoy viendo todos. Me gusta mucho el fútbol, la Segunda. Veo muchos partidos.

-¿En qué posición se siente más cómodo? El año pasado le vimos hasta de mediocentro.

-Tirado a banda, de delantero... He jugado de todo. Donde me ponga el míster. Si le soy sincero, la posición que más me gusta es la de '10', de mediapunta. Tener libertad sobre el campo. Pero, fíjese, el año pasado fue la primera vez que pude jugar de '8' y también me gustó. Soy una persona a la que le gusta menos defender (risas), pero le cogí el gusto.

-¿Qué le parece este Sporting?

-He visto alguna cosa: la salida de Pedro al Girondins, el fichaje de Róber Pier, también que ha salido Cristo, que lo tuve de compañero en el Castilla... Veo que hay una buena plantilla. La idea de juego del míster era apreciable el año pasado y creo que, con continuidad, pinta bastante bien.

-¿Qué pálpito le da el partido del domingo?

-Vi el inicio del Mirandés, que fue espectacular. Creo que va a ser un partido igualado. Son dos equipos a los que les gusta jugar el balón. Que se lo lleve el mejor. No me voy a decantar aquí (risas).

-¿Se ve jugando algún día en el Sporting?

-Si se da la situación, la vida del futbolista sabe cómo es, habrá que mirarlo bien con mis representantes y mi familia, y tomar una decisión. No lo sé. Me ilusionaría, sí, porque he vivido ahí dos años.