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JAVIER BARRIO javibarrio@elcomercio.es
GIJÓN.
Martes, 3 de diciembre 2019, 03:34
En el barro de Anduva, en un contexto extremo para el equipo y su entrenador, que se la jugó con dos canteranos en la cocina del juego, Pedro Díaz (21 años) confirmó una tendencia que contradice su poco tiempo de competición. Y José Gragera ... (19 años), una prometedora impresión que se lleva incubando en los últimos años en Mareo. Con el mediocentro más joven de la categoría (40 años entre los dos), el Sporting empujó más que el Mirandés bajo un chaparrón de época y unas condiciones que premiaban más la adaptación que el talento. Aguantaron el pulso y precintaron el partido con nota, abriendo un interesante debate a las puertas de la visita de la Ponferradina el sábado a Gijón (El Molinón, 18 horas).
La discusión viene motivada por el rendimiento de los dos y la recuperación de Javi Fuego, limpio de tarjetas para el fin de semana, con Cristian Salvador metido aún en la enfermería. La duda es razonable en este momento de crisis, pero también pesa el liderazgo del poleso en una cita capital para enderezar el rumbo ante los ojos del sportinguismo. «Tenemos una cuenta pendiente con la afición», asume Pedro Díaz, brillante en Anduva en distintos registros. Abarcó tanto con su repertorio que estuvo a punto de embocar en un parabólico disparo que abortó el meta Limones con la parada de la jornada: «Nada más salir el tiro pensé que iba para dentro, pero estamos en una división de mucho nivel y hay grandes porteros».
Ahora busca romper su techo en el primer equipo con su tercera titularidad consecutiva, aunque esquiva pronto las preguntas sobre sus aspiraciones personales. «Más que continuidad en el once, quiero victorias. Las necesitamos y estamos luchando por ellas», ataja el pivote, regateando el debate y volviendo a la puesta en escena de Miranda. «Somos una pareja joven de centrocampistas, pero ahora da igual la edad o lo que sea. Ahora todos estamos a una y muy concentrados, fuertes de cabeza», refuerza el futbolista sierense, quien cursa un módulo de Contabilidad y Finanzas lejos del fútbol.
La especial armonía con la que se expresaron en Segunda no sorprendió a algunos técnicos de la casa, que en las últimas horas recordaban la experiencia de ambos el año pasado en el filial, con el que tuvieron tiempo de poner en hora su sociedad. Igual que el sábado, el mediocentro gijonés actuaba de '4'. Unos pasos por delante de la defensa, donde se siente más cómodo para maniobrar, girar y facilitar una salida de balón. Y Pedro, con piernas para ampliar su radio de acción y un cañón en la derecha para la llegada desde segunda línea.
A Gragera, que estudia en Oviedo el segundo curso de Administración de Empresas, la confirmación de su titularidad le llegó el mismo sábado por la mañana, en una sala del hotel de concentración del equipo, durante la charla previa al partido. Solo sus padres tuvieron conocimiento de que iba a jugar de inicio en Anduva. José Alberto, su gran valedor desde que le hiciera debutar el curso pasado, apostó por él en una situación de máximo riesgo para sí mismo, adelantándole en su orden de prioridades a jugadores más experimentados, como Hernán Santana. «Estuve cómodo en el centro del campo, algo nervioso al principio, pero muy bien rodeado por compañeros con los que ya había jugado. Me han arropado todos mucho», recuerda Gragera sobre su experiencia en un partido pasado por agua, inundado el verde de Anduva: «El césped estaba bastante mal. Fue complicado intentar jugar al fútbol». Interviene Pedro Díaz para torcer el morro con el empate: «El punto nos sabe a poco porque luchamos muy bien el partido, a pesar de las dificultades del campo, pero estoy muy confiado y orgulloso de lo que estamos haciendo. No estamos teniendo buena suerte de cara al gol».
El presente anuncia que el Sporting tendría que estar bien provisto de centrocampistas en el futuro. Pedro Díaz tiene contrato hasta 2022, mientras que José Gragera firmó en enero de 2018 una vinculación que finaliza también en 2022, con el filial. En cualquier caso, el acuerdo incluyó una cláusula que el Sporting puede activar en cualquier momento, siempre y cuando establezca a Gragera como un jugador del primer equipo de pleno derecho, con otro nuevo contrato de tres temporadas en este nuevo estatus.
A corto plazo, los dos miran hacia el partido del sábado frente a la Ponferradina, un equipo contra el que los rojiblancos aspiran a entrar en el mes de diciembre con mejor pie que en el terrorífico noviembre. Los dos canteranos llegarán a la cita pisando fuerte, pendientes de la decisión de José Alberto. «Estamos luchando día a día, semana a semana, y con mucha ansia de que llegue el partido del sábado para revertir ya esta situación», rematan.
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