Golpe de realidad al Sporting en Santander

Mal partido del Sporting. La victoria del derbi de la pasada semana no tuvo continuidad en Santander. Es más, volvieron a sobrevolar los fantasmas de las debilidades rojiblancas. Un solitario gol de Michelin decidió un duelo que pudo haber sido un castigo severo si no llega a ser por Rubén Yáñez.

Rubén Albés eligió a Olaetxea para suplir al lesionado Diego Sánchez en el centro de la zaga. Un movimiento que generó un efecto dominó en el centro del campo. Nacho Martín recuperó la titularidad junto a Nacho Méndez y Bernal. Ninguno de los tres se enteró del encuentro en El Sardinero. Un hándicap que, junto a las debilidades defensivas y la escasez ofensiva, perjudicó a los rojiblancos.

El choque no empezó mal. La igualdad sobre el terreno de juego comenzó a desequilibrarse a favor de los hombres de Albés, que le tomaron el pulso al partido. Aunque el juego parecía acercar el primer tanto de la tarde para los rojiblancos, lo cierto es que el Racing de Santander buscó las cosquillas al Sporting con balones a las espaldas de los centrales.

Precisamente en un balón a la espalda de la línea defensiva llegó el único tanto de la tarde. Cote tuvo la mala fortuna de lesionarse en medio de la acción, pero Gaspar Campos no fue lo contundente que tuvo que ser para detener a Michelin. El latera derecho definió a la perfección enviando el balón por debajo de las piernas de Yáñez.

Tras el descanso. Todo se vino abajo. No hubo ni reacción ni ocasión para poder empatar. El peor Sporting hizo acto de presencia en el peor momento posible. Con cientos de sportinguistas en las gradas, el equipo se vino abajo. Fue un desastre absoluto.

Al igual que sucedió en el primer acto, José Alberto López tenía claro el plan a seguir. Insistir en aprovechar los huecos que generaba defensivamente el Sporting. Hasta en tres ocasiones se le presentaron sus futbolistas ante Rubén Yáñez. Milagrosamente el meta ejecutó todas las jugadas a su favor. Tres manos salvadoras para mantener intacta la esperanza de rascar algo positivo de Santander.

José Alberto movió antes y mejor el banquillo. Y su equipo lo agradeció. Todo lo contrario a lo que aportó Albés al partido. Tampoco tiene mucho más. Campuzano, Caicedo y Gelabert hicieron acto de presencia para buscar el empate. No salió nada.

El centro del campo volvió a brillar por su ausencia. Gelabert en el costado zurdo no pudo demostrar su valía y mientras Dubasin se dejaba todo en el costado diestro, Caicedo y Campuzano hicieron lo que pudieron con los pocos balones que les llegaron.

Nacho Martín antes de abandonar el terreno de juego estrelló un balón al poste. Fue lo mejor del equipo tras el tiempo de descanso. Un balón en la frontal lo ejecutó con un derechazo que la madera expulsó fuera.

Los instantes finales llegaron a ser desesperantes. Ni una sola jugada de peligro a favor de los rojiblancos para poder empatar. La mala imagen preocupa porque se han vuelto a repetir errores del pasado. Vuelve a tocar reorganizar las ideas y trabajar para mejorar lo visto en Santander.

La resaca del derbi fue buena hasta el partido frente al Racing. La realidad ha golpeado, y de qué manera, a Rubén Albés y sus jugadores.

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