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p Padre e hijoThiago y Miguel López-Cedrón posan con las camisetas del Llanera y la del Sporting de la etapa del exdelantero. M. ROJAS
Los goles de Miguel ya tienen heredero
Sporting de Gijón

Los goles de Miguel ya tienen heredero

Con la portería entre ceja y ceja, a sus once años Thiago López-Cedrón es uno de los prometedores canteranos del Sporting alevín: «Tiene más gol que yo a su edad», reconoce su padre

Iván García

Gijón

Jueves, 6 de febrero 2025, 01:00

Más de 300 goles en los equipos de pista del Llanera le valieron su fichaje por el alevín del Sporting de Gijón. Thiago López-Cedrón –a más de uno le sonará el apellido– lleva el oficio de delantero en la sangre. «Va a tener un físico importante», aventura su padre, Miguel. Con casi 1,70 metros de altura a sus once años el hijo del que fuera delantero del Sporting es uno de los jugadores más destacados del alevín del club rojiblanco. Su progenitor preside el Llanera, donde Thiago comenzó a dar las primeras patadas a un balón. «Marcó como 300 goles en pista», pulverizando casi todos los registros del club llanerense. El Sporting lo reclutó a sus filas en su salto al fútbol de campo y en sus dos campañas en el alevín no ha dejado de ver portería.

«Lleva jugando al fútbol desde que tenía tres años, que empezó aquí (en el Llanera)», cuenta orgullosa su madre, Sandra. Desde el Pepe Quimarán, donde el equipo de Segunda RFEF juega sus partidos como local, la familia de la última perla de la cantera de Mareo atiende a EL COMERCIO. Eso sí, conscientes de que «el camino hasta el fútbol profesional es largo y debe tener los pies en el suelo». No lo dice cualquiera. Miguel López-Cedrón llegó a jugar en Primera División con Sporting y Numancia. «Tiene mucho gol y eso... Se puede pulir, pero en su caso viene de serie». Miguel describe futbolísticamente a su hijo como un '9' «muy coordinado, que tiene remate y utiliza muy bien las dos piernas». Las comparaciones las carga el diablo, aunque el ahora presidente del Llanera lo tiene claro: «Él tiene mucho más gol del que tenía yo a su edad».

El camino hacia el mundo profesional es largo y nadie mejor que su padre para marcarle los pasos. «Lo que tiene que saber es que llegar es muy complicado, yo estoy disfrutando mucho con él ahora, pero creo que lo importante es que entienda que esto es un proceso difícil». El sueño de Thiago está claro: llegar al primer equipo del Sporting y poder pisar algún día como jugador el césped de El Molinón. Aunque los focos de Mareo apuntan hacia su espigada figura cada vez que su equipo juega, él tiene claro que la clave del éxito en un deporte de equipo está en el colectivo. Por ello, destaca el papel de sus compañeros, quienes le ayudan a conseguir sus cifras goleadoras.

Precisamente la foto de perfil en 'WhatsApp' del exdelantero del Sporting es de Thiago celebrando un gol con la camiseta rojiblanca. Como presidente del Llanera, Miguel ha cosechado tres ascensos (el último esta pasada temporada a Segunda RFEF). «Como dirigente de fútbol y ahora, como padre de Thiago, estoy disfrutando el doble». Y aunque en la vida no siempre hay que elegir, Miguel tiene claro que «ver crecer a un hijo siempre es lo máximo». «Al final me veo reflejado un poco en él cuando yo tenía su edad», insiste.

Miguel, que ahora ve los toros desde la barrera, tiene la experiencia de haber estado «en los dos lados del fútbol». Cuestionado por dónde se disfruta más, no necesita pensar mucho. «Como jugador, sin duda». Él, igual que Tiago, también inició su dilatada carrera profesional en Llanera.

El casi ascenso con Marcelino

Asentarse en el Sporting, al que llegó a mediados de los noventa, no fue fácil, y alternó cesiones a Leganés y Eibar hasta regresar en la temporada 2003/04, donde de la mano de Marcelino García Toral el equipo se quedó a las puertas del ascenso. «La Segunda no deja de ser lo mismo que hace veinte años», expone el exdelantero aún lamentando que aquel curso no terminase de mejor manera. «Teníamos una ventaja no sé si de once puntos en la jornada treinta». Miguel define a aquel Sporting como un equipo que «jugaba muy bien» e hizo «una temporada impresionante». Cree que a aquella plantilla «se le apagó un poco la gasolina», algo que acabarían pagando porque «técnicamente no éramos los mejores». Su cargo actual de presidente y director deportivo del Llanera no le impide asistir a El Molinón regularmente. «Cada vez que voy me acuerdo cuando era yo el que estaba en ese campo y la verdad es que se me pone la piel de gallina». Tiene claro que ser futbolista «es un privilegio». También, que se sufre «mucho más fuera que dentro del campo».

Rivalidad y fichajes

Los movimientos de Dubasin, Dotor y Hassan de este curso parecen romper el hielo en cuanto al trasvase de jugadores entre Oviedo y Sporting. Miguel López-Cedrón jugó en los dos equipos, y aunque no dio el paso directo de unos a otros cree que es normal que estos movimientos ocurran. «Son jugadores que no tienen vínculo emocional con los equipos, son profesionales y tienen que rendir».

Él se define como «seguidor del Sporting», aunque «nunca he tenido una palabra mala del Oviedo». Real Avilés, Tuilla o Llanes completan el currículum de un trotamundos del fútbol asturiano que ahora trabaja para que el Llanera pueda lograr el objetivo de la permanencia tras un ilusionante inicio de 2025. «En unos años se va a valorar lo que en un equipo humilde como el nuestro se está haciendo», concluye.

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